Hay una expectativa descomunal entre la opinión pública alrededor de los jugadores que serán convocados por José Pékerman para enfrentar los dos próximos compromisos de la eliminatoria para el Mundial de Rusia, ante Chile y Argentina.
Después del sinsabor que en términos generales quedó entre los colombianos por el desempeño del equipo ante Perú y Uruguay, las ilusiones para estos juegos estaban puestas en la recuperación física de James, cuya ausencia se identificó como causa principal del bajón de la selección, así como en la puesta a punto de varios jugadores que mostraron un pobre nivel de juego, muy por debajo del que se les conoce.
Desde que sonó el pitazo final en Montevideo en la jornada anterior, se iniciaron toda suerte de conjeturas, opiniones, consejos y críticas a Pékerman, con el fin de ayudarle a definir, con las mejores intenciones, la lista de convocados. Pero el destino se encargó en este tiempo de desmontarnos del sueño de la recuperación del “Ave Fénix” y nos puso más bien a pensar en otros nombres diferentes a los Falcao, Ospina, Aguilar, Cuadrado, con quienes tocamos el cielo el año pasado en Brasil, pero este año nos han mostrado las duras mazmorras del infierno futbolístico.
¿Entonces qué hacer? Pues echar mano de lo que hay! Creo que tenemos mucho de dónde escoger y Pékerman lo sabe. Conoce muy bien a los jugadores colombianos, a los citados de manera consuetudinaria, a los que han hecho parte de este proceso y hoy no están, (Aldo Leao, Mcnelly, Quintero, Muriel, Dorlan Pabón) y a otros que con sobrados méritos han sido pedidos por comentaristas y por el público en general.
Pékerman lo hará, de la misma forma que los otros técnicos en competencia. Todos buscarán la mejor manera de reemplazar a sus ausentes, como son Messi, Agüero, Zabaleta, Garay, Neymar, Luis Suárez y Cueva entre otros. Todos saben que los equipos están por encima de los jugadores, por más estrellas que sean.
Los equipos se deben conformar con los jugadores que estén en mejores condiciones y son esos quienes deben jugar. Acá el problema es que todo esto será bajo la óptica de Pékerman, que no necesariamente será compartida por la mayoría.
Aceptemos una cosa: nadie como Pékerman conoce mejor lo que le da al equipo cada uno de los jugadores colombianos. Los ha tenido con él durante todo este proceso, los sigue permanentemente y entiende el momento futbolístico y anímico por el que pasan. Recuerdo con claridad las numerosas notas que se le hicieron al cuerpo técnico de la selección en muchos medios de comunicación nacionales, destacando su compromiso con la selección, su método de trabajo minucioso y serio como base y explicación del éxito que cosechamos en el pasado mundial. Hoy, son los mismos personajes que están al mando de la selección, siguen trabajando igual, pero ahora lo cuestionamos todo, como consecuencia del bajón futbolístico de nuestro equipo en la Copa América y en la primera fecha de la eliminatoria.
Recordemos que son los jugadores quienes entran a la cancha. Son ellos quienes atajan balones imposibles, defienden estupendamente y generan jugadas brillantes que terminan en goles cuando nuestros artilleros la embocan en el arco contrario. No son Pékerman y sus ayudantes quienes juegan. Ellos son responsables de convocar a los mejores, preparar de la mejor manera posible los juegos y durante el partido, establecer las variantes que potencien en un momento determinado el rendimiento del equipo.
Por ahora Pékerman no ha dado la nómina de convocados y hay nerviosismo en el ambiento por lo que se entiende como inacción por parte del estratega argentino. Ya varios cuestionan incluso su seriedad y compromiso con el combinado nacional y el proyecto que busca la clasificación a un nuevo mundial. Lo que ayer eran elogios a su modo de ser calmado y reflexivo, hoy son señales de confusión, rosca y desidia.
Pero entendamos a Pékerman. Así funciona. En las buenas y en la malas. Es metódico, detallista al extremo, calmado y habla poco con la prensa. Basta revisar lo que ocurría por allá en los años 2005 y 2006, cuando estuvo al frente de la selección argentina de mayores que participó en el mundial de Alemania. La prensa argentina sufría por las lesiones de Mascherano, Heinze y Roberto Ayala, puntales de ese equipo. Algunos hacían ruegos porque alcanzaran a estar listos para el mundial y otros se devanaban los sesos sugiriendo reemplazos idóneos. Y creo que comparten mi apreciación de que ninguna de ellos significaba para Argentina, lo que James, Falcao y Ospina son para Colombia.
Pero escarbando un poco más en los recuerdos, nadie le perdona aun hoy que haya dejado a Messi en el banco en el juego contra Alemania y en su lugar haya enviado a la cancha a Julio Cruz, a quien describen como un delantero” grandote y caso pusilánime”, para enfrentar a jugadores grandes y fuertes como son los defensas alemanes. Pero Pékerman así lo consideró en ese momento.
Como ven, la historia se repite y es parte de la tragedia de ser seleccionador nacional. Es muy difícil satisfacer todas las visiones y siempre se está condenado a que un sector, después de acontecidos los hechos diga, “se los dije”.
Así es Pékerman. Entendámoslo para no exasperarnos con lo que no toca. Dará la nómina cuando haya analizado todas las opciones y cuando haya terminado de estudiar milimétricamente a los rivales.
De lo que sí no se salvará es de que si Colombia no obtiene buenos resultados en los dos compromisos que vienen, el mundo se le vendrá encima al cuerpo técnico de la selección, cuestionará todo lo que éste decidió y aplicando la infalible “inteligencia de para atrás”, gritará a los cuatro vientos: ¡“Se los dije”!
Sabemos que Pekerman es un gran estratega , pero por lo mismo no entiendo aún !!como sale a jugar con la misma nómina jugando con Peru de local y luego contra Uruguay de visitante. Si sales con la misma nómina indica que juegas con la misma estrategia táctica independientemente de local o visitante o del rival. Sabemos que todos los equipos no son iguales, incluso todos los partidos no son iguales aún jugando contra el mismo equipo , entonces para cada partido y para cada equipo rival debes jugar con una estrategia diferente. Por ejemplo contra Uruguay debió salir con dos volantes de marca , Sanchez y Mejia y dos delanteros corajudos , altos y fornidos como como Jackson y Falcao . Con ésta nomina seguro hubieramos traido un punto de Uruguay. Tampoco entiendo como llama a Santos Borré que está pasando por un bache , mientras Muriel y Dorlan Pabon están haciendo goles en ligas extanjeras.
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