Hoy Colombia entera se sacudió ante la noticia del paso de James Rodríguez del Real Madrid al Bayern Munich. Pocos compatriotas fueron indiferentes a esta noticia. Cuando parecía que los seguidores del extraordinario jugador cucuteño tendríamos que comernos de nuevo las uñas semana tras semana por una temporada más, rogando por su titularidad en el Real Madrid, se conoció en la mañana su préstamo por dos años al potente equipo alemán.
Se cierra así un capítulo que comenzó hace tres años ya, al concluir el Mundial de Brasil, cuando James saltó al estrellato del planeta fútbol, como resultado de su magnífica actuación con la selección colombiana. En la máxima cita orbital salió goleador, derrochó su calidad por todos los campos en los que se presentó y condujo a Colombia en su búsqueda por el título mundial.
La llegada de James al Madrid para vestir la mítica camisa 10, era la prolongación de un justo sueño del que nadie quería despertar. Parecía que James no tenía techo y, por el contrario, su hambre de gloria lo llevaría tan lejos como él quisiera. Bajo el mando de Carlo Ancelotti, se hizo un lugar en el equipo y deleitó a propios y extraños en una temporada memorable, en la que demostró al mundo su calidad futbolística.
Pero las circunstancias cambiaron, el entorno cambió y James también. Se fue Ancelotti y con los vientos de cambio llegaron al banquillo merengue Benítez primero y luego Zidane. Con ellos aparecieron nubarrones en el horizonte de James, que nunca volvió a ser el mismo. Cada vez que tuvo la oportunidad de demostrar su calidad en los campos lo hizo, pero perdió esa capacidad para mantenerse atento, “en puntas de pie”, para soportar un entorno no tan amigable, que en varias ocasiones censuró su comportamiento personal y su falta de hambre para mantenerse dentro del grupo de titulares del Madrid.
Afirmar que James fracasó o triunfó en el Madrid da para un debate interminable en el que podemos encontrar múltiples razones para soportar una u otra posición. Pero ese no es objetivo ahora. Ancelotti, quien comanda esa tremenda banda del Bayern, lo quiere con él en el equipo. En una negociación muy rápida, los clubes se pusieron de acuerdo para que el colombiano se mude a Munich en calidad de préstamo por dos años, con opción de compra.
James llega al Bayern, el mismo equipo al que arribó por primera vez un colombiano por allá en 1993: Adolfo “El tren” Valencia. Llega con mucho más cartel, experiencia y formación que el espléndido delantero formado en el Santa Fe. En aquel entonces “El tren” demostró que su éxito en el Bayern estuvo acompañado de mucho compromiso, dedicación, trabajo y esfuerzo. Solo así pudo superar las barreras que enfrentó, derivadas de no tener una cultura futbolística y una fundamentación como la que tenían sus compañeros de aquel entonces. Como él mismo lo confesó en alguna entrevista, sus avances tenían que darse a todo nivel. “Ya me siento más cómodo con el idioma, ya soy capaz de pedir el balón a mis compañeros”.
James tiene todo para triunfar en el Bayern. No pueden equivocarse él y sus seguidores, suponiendo que el trabajo previo con Ancelotti lo eximirá de rendir al máximo nivel. Está en la tierra de los campeones mundiales, de los que parecen tener una cantera inagotable de grandes futbolistas, como lo acaba de demostrar recientemente al ganar en pocos días la Copa Confederaciones con una selección alterna a la de mayores y la Eurocopa para jugadores menores de 21 años. Está en un club que es referente histórico del fútbol mundial, al que solo llegan los mejores, como lo es él.
Preparémonos para deleitarnos viéndolo jugar al lado de Arturo Vidal, de Robben, Ribery, Lewandowski, Müller, Neuer, Thiago Alcántara y demás estrellas del equipo bávaro. El Bayern siempre será protagonista en la liga alemana y por supuesto en la Liga de Campeones, que desde ya es un objetivo para la temporada que viene.
La selección Colombia, que se apresta a enfrentar la fase definitiva de la eliminatoria también podrá sacar réditos de la transferencia de James, en la medida en la que venga a la convocatoria de Pékerman con más continuidad y ritmo de juego.
Atrás queda la experiencia del Madrid y debe quedar también cualquier deseo de venganza ante el club que lo reconoció como el mejor jugador del último mundial y lo llevó a sus filas. Solamente James y Zidane conocen a ciencia cierta las razones que deterioraron esa relación. Porque para pelear, como para bailar, siempre se necesitan dos.
muy bueno
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Buena entrada
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Que empiece la mejor etapa de James
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super!
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Buen post
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