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Delirante, increíble, emocionante, insólita.. de locos. Así fue la eliminación de Millonarios del torneo y parece que las caídas son cada vez más dolorosas.

El guayabo futbolero durará varios días; el equipo subió en una montaña rusa a todos los hinchas, los divirtió, los hizo gritar de emoción pero al  final nos dejó caer es un vértigo que un día después no termina.

No se puede ser injusto y no valorar el hecho de que el equipo reaccionó, y de que manera, ante un 3-0 en la serie que puso a muchos colegas a dar por terminado el capítulo y a pensar en titulares llenos de esos lugares comunes para ponderar la «contundencia» y «jerarquía» del Junior «Tu papá». Pero no contaban con que no solo el Junior se arrugó sino que Millonarios inspirado y empujado por sus hinchas quiso escribir la historia con algo más de drama y heroísmo.

Cuando el cuento iba en la mejor parte apareció el  «Grinch» de nacionalidad uruguaya a aburrirlo todo. Creo que el 99.9% de los hinchas que estábamos en el estadio presenciando la hazaña de liderada por «Manga» Escobar sentimos que se podía pasar derecho y sentencia con goleada la clasificación. Pero a Rubén Israel le pareció que 4 goles eran demasiadas alegrías y le puso el freno de mano al equipo; apagó con un baldado de agua fría el fuego sagrado. Millos ya tenia a su rival a punto de noquearlo, estaba con el puño listo para mandarlo a la lona sin regreso.

Había que tener el balón pero el técnico decidió sacar a los que podían hacerlo para poner a jugar los que les quema la pelota. Y a punta de «garra» no alcanzó!

Quedan varias lecciones aprendidas: Nunca hay que darse por vencido, nunca hay que darse ganador antes de tiempo, siempre es mejor defenderse con la pelota  y sobre todo NUNCA se le debe quitar el ímpetu a un equipo que logra inspirarse.

El aterrizaje de barriga dejó al descubierto lo mejor y lo peor de este Millonarios. Una buena oportunidad para  que tanto las directivas como el cuerpo técnico sepan conservar lo bueno y deshacerse de lo malo con cabeza fría y sin apegos románticos ridículos. En Millonarios hay jugadores que deben irse ya y darle aire a sus propias carreras deportivas en otro equipo. Gracias por el esfuerzo pero llegó la hora de marcharse!

Mi lista la encabezan Michael Rángel , Andrés Cadavid y Lewis Ochoa. Seguramente hay más candidatos pero hay que empezar a sacudir el  árbol del que creo que se deberían caer también el señor Enrique Camacho  y uno que otro miembro de la junta directiva.

Con todo y lo que no me gusta de Rubén Israel creo que hay que dejarlo seguir, la campaña no fue tan mala como creen muchos ni tan buena como los números lo dicen. Pero si Israel se va a quedar debe adaptarse también a lo que queremos ver de Millonarios. Si bien nunca podrá deshacerse del gen defensivo con el que nació en un país que además enseña eso a sus mejores hijos en el fútbol,  si debería hacerse un auto análisis y reconocer que defenderse no es la única manera de luchar los resultados, de hecho es otra manera con la que se puede perder… y perder feo!

Desde ya le pedimos al señor Gustavo Serpa, de donde parten todos los males de este equipo, que haga algo por salvar el año. Que no vaya a salir ahora a mostrar la billetera vacía para justificar otro semestre de decepciones. Suficiente con la eliminación del domingo. Esta hinchada se está cansando de llorar por sus malos manejos y por su falta de ambición deportiva. Traiga 4 refuerzos GRANDES, gane el título de Copa, de Liga y clasifique a la Libertadores y verá como se le acaban su problemas de dinero y se quita esa imagen de parásito y pésimo administrador que arrastra desde que llegó.

Volveremos! Y gracias a los jugadores que si corrieron, que si sintieron esta camiseta, que si querían ser campeones. Todos sabemos quienes son… se les nota tanto su profesionalismo como se les nota la pereza y el desinterés a los que no quieren estar en Bogotá.

@gisselleapa

 

 

 

 

 

 

 

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