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Marzo 25 de 2010

Por Azzurro

He guardado silencio estos meses, consciente de no tener nada nuevo qué decir.  Mis opiniones no han cambiado y mi discurso no ha evolucionado. Sigo pensando lo mismo que pensaba cuando escribí en este espacio para anunciar que no volvería al Campín a ver a este adefesio de equipo que nos han dejado.

Hoy Millonarios es penúltimo de la tabla. No somos últimos solamente porque el Quindío ha tenido una campaña increíblemente mala. No es culpa de los pelados. Ellos, producto del supuesto trabajo de García en las inferiores, son las víctimas de un proceso sistemático de destrucción de los cimientos más puros y básicos de nuestro equipo. Lo lamento por ellos, pero más por nosotros.

¿Hay solución? ¿Acaso se tiene que quebrar Millonarios para que vuelva a empezar con nuevos aires, con nuevas caras, con nuevos liderazgos? ¿Acaso debe venir el comprador soñado que con sus millones de dólares saque, de una vez por todas, a la dirigencia actual de su trinchera y decrete el renacer azul? ¿Tal vez deben los hinchas ilustres de Millonarios organizarse para exigir a los actuales dueños que entreguen las ruinas de Millonarios para que tratemos de salvar lo poco que queda de él? ¿O de pronto nada cambiará para seguir viendo a García retando e irrespetando nuestro amor por Millonarios con sus declaraciones y posturas cínicas, febriles y obtusas?

Tocqueville decía que en las democracias, los pueblos tienen el gobierno que se merecen. Es claro que Millonarios no es una democracia. No nos merecemos este gobierno a cambio de tanto amor, tanta fidelidad, pasión y aguante.

El hincha azul no desiste, no se detiene, no se rinde. Nuestra dirigencia, que no nos representa, sí debería desistir, detenerse y rendirse. No los queremos más. Ya estuvo bueno. Que tengan vergüenza. Que tengan honor. Ya no es un tema de inversión, dólares y utilidades. Es un tema de dignidad. No jueguen más con el corazón de millones de hinchas azules que se sienten hinchas de un recuerdo, de un espejismo, de una ilusión. Devuelvan el equipo. Váyanse. Retírense. Partan.  Jubílense.

En el partido contra el Chicó, Luis Augusto García hizo algo INCREIBLE: Abandonó el estadio antes de que acabara el partido. No dirigió a Millonarios en la parte final del partido. Según El Tiempo: «Al abandonar la cancha no apareció el DT Luis
‘Chiqui’ García, quien como colofón para la mala noche, ni siquiera
dirigió al equipo en la parte final. Según afirmó Diego Barragán,
asistente técnico y preparador físico del equipo azul, García «se
sintió mal y sintió vergüenza y por eso se fue del estadio».
Señor García, si su vergüenza es real, váyase de una vez por todas. Váyase, no solo del banco azul, sino de su dirigencia, de su propiedad. Usted no es digno de este equipo. 

Señores, llegó la hora de que los hinchas tomemos las banderas. ¿Cuál es el camino?

Azzurro

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