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Con la agónica victoria ante Itagüí, Junior le sigue demostrando a su hinchada que aún tiene con qué meterse en la pelea por lograr un cupo entre los ocho mejores del campeonato. No podemos tapar el sol con un dedo, no fue el partido perfecto, la defensa aún sigue fallando, se siguen desperdiciando múltiples opciones de gol, pero no cabe duda que es mejor corregir sobre victorias que sobre derrotas. El triunfo ante los paisas reconforta y aclara un poco el panorama para lo que resta de la liga; claro está, que debemos seguir con los pies sobre la tierra, el incendio aún no se ha extinto por completo y la clasificación aún sigue siendo complicada.
Alexis García parece haber encontrado el equipo que juega a lo que a él  le gusta, y  queramos o no, está al frente de Junior y debemos apoyarlo. Como hinchas, debemos entender siempre que los técnicos pasan, los jugadores pueden ser remplazados cada semestre, los directivos cambian, la misma hinchada se renueva generación tras generación, pero la Institución queda. Junior no es Antonio Char, mucho menos Alexis García, tampoco lo es Sebastián Viera, Junior es aquel sentimiento que es capaz de modificar el estado de ánimo de toda una ciudad según el resultado obtenido. Nadie es imprescindible en la vida y las instituciones siempre estarán por encima de las personas.
Frente a las ‘Águilas doradas’, me gustó la manera como se cerró el partido: incluyendo a un volante creativo como Jonathan Álvarez con el fin de tener una mayor posesión de balón y aguantar la arremetida antioqueña, diferente a lo que pasó en Manizales, donde Alexis García quiso cerrar el compromiso con un defensor central más, cediéndole así el esférico y terreno de juego a Once Caldas, que terminó remontando en esa ocasión. Con lo que sigo estando en desacuerdo es con el tiempo en el cual Junior renuncia al ataque para  defender un resultado. Pese a que existieron oportunidades para anotar el cuarto tanto y al mal anulado gol a Dayro Moreno, el equipo barranquillero esperó a su contrincante luego de haber remontado el partido, aún cuando faltaban casi treinta minutos; y de no ser por las manos, o mejor, por la cara del inmenso Sebastián Viera, la historia hubiera podido ser otra.
Restan aún 21 puntos por disputar, de los cuales el equipo tiburón debe conseguir entre 16 y 17 para clasificar, la tarea sigue siendo difícil, pero esto es Junior y sus hinchas estamos acostumbrados a que el sufrimiento (o la paridera como se dice popularmente) preceda casi siempre a las grandes alegrías que nos ha regalado este club. Aprovecho este espacio para hacer un llamado a la hinchada para que apoye al equipo, Junior nos ha demostrado que todo es posible, que SÍ SE PUEDE, hay que ir al estadio y mostrarle nuestro apoyo incondicional a los jugadores. Como leí por ahí: Junior puede estar herido pero nunca muerto, y mientras hayan posibilidades, lucharemos, no nos rendiremos, ¿Se vale soñar? Claro que sí ¡VAMOS JUNIOR!
«El hombre que se levanta es aún más grande que el que no ha caído» ¡Nos levantaremos!
Hasta pronto.
Miguel Elías Pumarejo Sánchez
En Twitter: @MiguePumarejo
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12. Un sentimiento llamado Junior

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