Anoche Santa fe se coronó campeón de la Copa Suramericana 2015, luego de empatar sin goles con Huracán en 120 minutos y vencerlo en los cobros de tiros desde los 12 pasos. Fue un partido aburrido, lleno de imprecisiones de parte y parte, jugado eso sí, con la garra y el pundonor propio de estos partidos finales.
El juego no resiste mayores comentarios. Digamos simplemente que fue un juego que recordó a los espectadores en el estadio y a través de las pantallas de televisión, lo que significa ser santafereño.
No había transcurrido un minuto de juego cuando Robinson Zapata recibió una devolución de balón de su compañero Mina, la paró con su pierna derecha, se tomó su tiempo para despejar el esférico, no calculó la velocidad con la que venía Ábila a embestirlo y la perdió cuando quiso hacerle el quite. La pelota de manera rebelde rehusó entrar al arco cuando enmudecidos y estáticos los espectadores temían que se produciría el primer gol del visitante.
Este campanazo anunciaba que si Santa fe quería alzarse con la Copa, debería padecer, sufrir, llevar a sus hinchas al desespero, la desilusión, la rabia y acudir al coraje, el temple y la garra, características propias de la historia del equipo capitalino.
Porque para ser hincha de Santa fe se requiere eso. Tener el temple suficiente para sufrir más de 35 años de competencia en la Liga Nacional sin ganar un solo título y no renegar por ser del rojo. Se necesita paciencia y mucho compromiso para soportar el desfile interminable de técnicos y jugadores que alimentaron las ilusiones rojas de triunfo durante muchos años, antes de ver de nuevo el nombre del equipo capitalino en los listados de los más importantes del continente.
Porque se necesita ser un vendedor de ilusiones para ser capaz de transmitirle a las nuevas generaciones la pasión por la divisa cardenal y enamorarlos de un equipo que en más de una ocasión se le quemó el pan en la puerta de horno. Títulos que se escaparon en los últimos minutos, jugadores grandes que se marcharon en su mejor época a jugar con los rivales, siempre más poderosos y con el dinero suficiente para despojar a los seguidores cardenales de sus ídolos.
Porque se necesita coraje para ser seguidor del primer campeón del fútbol profesional y ver como sus rivales ganaron más estrellas y lo dejaron rezagado en títulos nacionales.
Porque se necesita tener fe para lograr salir de una muy difícil situación financiera que lo tuvo contra las cuerdas y casi lo desbarranca a la quiebra.
Pero Santa fe y los suyos no se rinden tan fácil. Perseveran y agarrados a esa “Santa fe”, se ha convertido en el flamante campeón de la Suramericana y tiene un futuro promisorio con jugadores jóvenes, de la casa, que deben tomar la posta que hoy dejan los Meza y otros más que seguramente no continuarán con el equipo. Ellos son el futuro del rojo de Bogotá.
En este momento de fiesta cardenal quiero recordar a algunos de los ídolos pasados y recientes de la historia cardenal. Al menos la que he vivido con más intensidad. Los ídolos que han hecho grande a este equipo. Además de los jugadores, cuerpo técnico y presidente actuales, evoco acá los nombres de Alfonso Cañon, Carlos Alberto Pandolfi, Pepe Tébez, Juan Carlos Sarnari, Mina Camacho, el Tren Valencia, Gottardi, Agustín Julio, Ernesto Díaz, “el cachaco” Rodríguez, Manuel Ovejero, Leider Preciado. Técnicos que dejaron huella como don Pancho Hormazábal, Wilson Gutiérrez, Gustavo Costas, Dragan Miranovic, Toza Veselinovic, Vladimir Popovic, Germán Basílico” González. Presidentes como Jorge Ferro Mancera, Guillermo “la Chiva” Cortés.
Y ustedes: los hinchas que domingo a domingo, durante años, en las buenas y en las malas han acudido a la cita en El Campín para reír, llorar, sufrir, por culpa de la pasión cardenal.
Y finalmente a los míos: los que me enseñaron a vivir a Santa fe. Mi papá y mis tíos que me llevaron al estadio desde pequeño. Luego aquellos con quienes crecí sintiendo a Santa fe: los amigos de barrio, de colegio, de universidad. Los amigos de tribuna. Ellos saben a quienes me refiero. Y ahora, por supuesto mis hijos, que han crecido viviendo la mejor época de Santa fe. Tanto es así, que les da para preguntarme desde sus escasos 10 años de vida. “Papá, me dice mi hijo: en toda tu vida alguna vez has visto perder a Santa fe?”
A seguir el manual, nuevos hinchas santafereños
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Me encantó, nací en 1985 y si sacan cuentas, desde niño nunca vi a mi Santa Fe campeón. Lo conocí sufriendo, como todos los santafereños. Recién en la Copa Colombia 2009 lo vi ganar un título (a mis 24 años). Es amor puro, enamorarse de un equipo que siempre perdía pero que ahora nos da alegrías, sufriendo igual, como siempre.
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Que buen articulo, especialmente la última parte donde el niño pregunta si lo ha visto perder jajajaja. Si los pelados supieran…
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la realidad es que ser hincha de santa fe es una curiosidad del destino; en muchas ocasiones uno se pregunta si es necesario sufrir tanto.
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realmente creo que hubo un buen arbitraje en todo el tiempo que se vio
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Muy bueno el artículo. Nos merecemos estar en la cima,del continente. Acostumbrarnos a estar ahí.
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Somos sobrevivientes y héroes, grande Santa Fe
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Yo pase toda mi vida esperando para ver a Santa fe Campeon, por que la ultima vez que habia sido campeon yo estaba tan pequeño que no me acuerdo. Decepcion tras decepcion y sin embargo uno seguia fiel a su equipo rojo. Me acuerdo muy bien del equipo de Gottardi, Odine y Perazo. Ya parecia que estaban listos para ser campeones y en los tres ultimos partidos se descarrilaron y quedaron de terceros. Tambien estuve en el estadio en la final de la Copa Conmebol y volvi a tener la decepcion de ver al Lanus celebrar el titulo en nuestras narices.
Asi que cuando Santa finalmente fue campeon de nuevo hace tres años era como qe un sueño se hubiera hecho realidad, era algo que nunca habia experimentado en mi vida, solo viendo ganar a otros equipos como America, Nacional y Millonarios. Finalmente anoche cuando ese penalty golpeo en el palo, volvi a sentir una felicidad parecida o tal vez mas grande. Por que solo despues de tres años despues de ser campeones colombianos por primera vez en 37 años, Santa fe conseguia lo que hasta hace unos meses parecia solo una fantasia dominical, ser campeon de una de las dos Copas mas importantes del continente. Una hazaña, simplemente y llanamente.
Ojala las directivas del club lo sigan manjeando con la misma seriedad y no incurran en gastos exagerados en la nomina, para evitar dañar las finanzas del equipo. Hay que seguir trabajando en la cantera para sacar mas jugadores de la talla de Meza y hacer contrataciones adecuadas que fortalezcan al grupo y le permitan enfrentar lo que viene el año entrante. Que año que le espera al Santa fe! Con cuatro competencias internacionales quien sabe que mas alegrias nos va a brindar este grupo de guerreros.
Feliz Navidad y Feliz año para todos!
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Muy bien Germán, que buen articulo, nos tocaste la fibra a todos aquellos que por una u otra razón tenemos que ver con el equipo desde muy niños, porque para seguir un equipo como el SantaFe se necesita de ese temple para no morir en el intento como bien lo dices. Y ahora recuerdo muy bien mi primera vez que fui al campin por alla en una fria tarde de domingo bogotano, en el año 66 y estaba yo próximo a cumplir 13 años, quede impresionado del verde «tapete» del rectangulo y quede enamorado del futbol, cuando los rojos saltaron a la cancha.Que lindo espectaculo Fui a ver y conocer personalmente al que seria por mucho tiempo mi «idolo», al que lleva mi segundo nombre, a «alfonsito» Cañon el maestrico…pero ese dia me lleve mi primera decepción, no fue el idolo del que tanto en esa epoca habia oido mencionar en la radio , por andar con la selección colombia y en el primer tiempo le «metieron» 3 dianas al equipo bogotano y yo miraba para los lados, por primera vez supe que era un madrazo a voces, pero el equipo no perdió la fe y en el segundo tiempo le empato al medellin empezando la tanda el mejor jugador que ha pasado por Santafe me refiero a Omar Lorenzo Devani y ya para terminar llego el cuarto del rival, pero santafe a punta de huevos y coraje empato a cuatro y todo el mundo feliz.Ese dia supe que era sufrir pero tambien gozar con los que estaban a mi lado que sin conocerlos me abrazaban. Desde ese dia llevo al equipo en mi corazon y a traves de mi mis largos años he podido comprobar que el futbol es como el amor….el «primero» nunca se olvida.
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Benditos los que pudimos soñar con los vendedores de ilusiones….se hizo historia en Colombia y se demostró que vale la pena soñar…acá ganó un país que aún tiene ilusiones…
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