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Este Millonarios tiene claro el objetivo. Con Torres, Ramírez, Candelo, Otálvaro y Cosme como ejes, buscará no 4 sino los 6 puntos que lo lleven a disputar el título. El miércoles a Ibagué y el domingo, a cerrar en casa.



«¡YO! ¡YO! ¡YO! ¡YO! ¡HIJUEPUTA! ¡YO! ¡YO!».

Ese grito del buen Wilberto Cosme se me quedó grabado para siempre. A pesar de su vehemencia, no fue el gesto vulgar. No fueron Leider Preciado o Luis Fernando Mosquera desafiando a la tribuna mientras se tomaban los genitales (solo para citar dos ejemplos).

Fue, por el contrario, el grito de un Millonarios que con fútbol sigue diciendo «aquí estamos, nos dolió lo que pasó con la Sudamericana y tenemos claro nuestro objetivo». 

El equipo tiene claro no solo el qué, sino también el cómo, que intenta una y otra y otra y otra vez más para llegar al gol. Que, a pesar de las falencias en toque y la definición, tiene una identidad de juego y es práctico.

El fútbol de Millonarios pasa hoy por cinco ejes fundamentales: Román Torres, Jhonny Ramírez, Mayer Candelo, Harrison Otálvaro y Wilberto Cosme.

Torres se ha convertido en garantía plena de cierres efectivos y de respaldo a sus compañeros de zaga. Franco juega con menos presión y cuándo los laterales salen al ataque, tienen el respaldo de un central rápido en los cierres sobre las líneas del campo. 

Ese afianzamiento del panameño ha estado acompañado de un cambio profundo en el funcionamiento de la defensa del equipo: las incursiones al ataque de Lewis Ochoa y Járol Martínez (quien ha subido mucho su nivel), aunque igual de peligrosas, son más medidas que antes. Eso ha cerrado un peligroso boquete que se advertía a comienzos del campeonato. 

A mi juicio, el eje central del equipo es Jhonny Ramírez. Medido en sus avances en ataque, marca, corre, quita balones y pone a jugar a los volantes y delanteros. Confieso que es un jugador que me gustaba mucho en el Chicó pero me decepcionó en su primer semestre con Millonarios. Y ahora no concibo a este equipo sin él. Sin duda, un gran mérito de Hernán Torres.
Mucho se ha hablado de Mayer Candelo. Y con razón. Tuvo tres partidos en línea para olvidar. 

Pero es un jugador fundamental. Es un pulmón anímico y futbolístico. Impone respeto. Y puede perder una, dos, tres, hasta cuatro. Puede meter varios pases mal. Pero se ilumina. Y mete, como puestos con la mano, balones como los que llevaron al gol de Cosme. Además, como se vio ante Pasto, pasada la lesión, sigue subiendo su nivel. Hasta balones quitó en área propia.

Al margen de eso, Torres entendió que Candelo necesita alguien que corra a su lado. Y, en vista de que Vásquez desaprovechó ese chance, Otálvaro lo ha hecho muy bien. Tiene movilidad, buen toque y, a pesar de que se equivoca en la entrega, mete unos muy buenos pases.

Y para aprovechar esos pases filtrados, los balones a la espalda de los defensas y los que caen en el área, se necesita un delantero que haga diagonales, que cambie sin problema de posición, que no juegue encerrado en el campo rival. Y ese delantero, ya ven, ha sido Wilberto Cosme. 

Wason y Perlaza lo hacen mejor aguantando el balón y recibiendo de espalda al arco rival. Pero Cosme, cuando se anima, cuando se tiene fe, lo hace bien. Qué bueno que así sea.

Al lado de ellos corren jugadores que también están dando lo mejor de sí para lograr el objetivo. Luis Delgado, Ganiza Ortíz, Elkin Blanco, Osvaldo Henríquez…

Alegra, además, ver que Rafael Robayo mostrara ante Pasto algo del fútbol que tenía antes de irse a EE. UU. Falta un camino largo, pero tiene con qué. También alegra ver que despunta un prometedor jugador como Yuber Asprilla. Con calma, sin presión y sin excesivas idolatrías, dentro de poco seguramente tendremos en él a un delantero titular indiscutido.

Así están las cosas para afrontar los dos partidos que quedan del cuadrangular. Tolima en Ibagué el miércoles y Junior el domingo, en nuestra casa. Wason fue descartado, por lo que Perlaza y Cosme repetirán en la titular. 

Por el 1-1 que se presentó el fin de semana en Barranquilla, Millonarios necesitaría 4 de los 6 puntos para clasificarse a la final. No obstante, me alegra escuchar a Torres y a los jugadores pensando únicamente en ganar los 6 puntos.

Y mantengo la apuesta que les hice desde el primer partido ante Junior: el tema se resuelve en Bogotá, en El Campín, el próximo domingo. 

Aunque me reafirmo en que se vale soñar, este Millonarios ya no nos presenta un sueño. Es una realidad. Así que vamos por esa final.

on la cabeza fría. Paso a paso. Con la mente y la fe en el objetivo. 

Once jugadores y millones de corazones alentando que se mueren por gritar una mil veces ese catártico «¡YO! ¡YO! ¡YO! ¡YO! ¡HIJUEPUTA! ¡YO! ¡YO!».

Ánimo, muchachos. Ánimo que se puede. Ánimo que somos Millonarios. 

Los invito a participar: Cuál es su línea titular para enfrentar al Tolima en Ibagué este miércoles? ¿Candelo sí o Candelo no? ¿Cómo les ha parecido el despunte de Yuber Asprilla?

¡Un saludo albiazul!


PD: Más que como hinchas del fútbol, como personas despojadas de camisetas, colores y demás, unámonos a las oraciones por Miguel Calero, a quien le fue diagnosticada muerte cerebral el lunes en la noche. Gracias al futbolista y a la gran persona. 

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