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La victoria ante Junior demostró que ni la desastrosa presentación ante el Madrid ni el debate bienintencionado pero inoportuno sobre las estrellas 12 y 13 mellaron el ánimo del equipo.
Comienzo de atrás para adelante. En Colombia, el país en el que nadie asume responsabilidades por nada y las vergüenzas se maquillan para ser presentadas como glorias, Millonarios se animó a dar un paso adelante.
Reconocer que la mano negra del narcotráfico entró con fuerza a Millonarios es un mea culpa valiente que, no obstante, generó un debate mal planteado en el que el equipo terminó siendo el chivo expiatorio de toda una generación que prefirió mirar para otro lado mientras los dólares ensangrentados se metían al fútbol.
Las estrellas no se deben devolver. ¿Dónde se traza la línea entre lo que pagó el criminal y lo que se ganó el ídolo?
Tres cosas marcaron mi nacimiento como hincha del fútbol y de Millonarios. El primero, un golazo de la ‘Gambeta’ Estrada a René Higuita después de acomodar el balón con su muslo. El segundo, la injusta eliminación en la Libertadores de 1989 a manos de un Atlético Nacional con tantos jugadorazos como cuestionamientos. Y el tercero, la imagen de los jugadores del equipo verde de Medellín ingresando a La Catedral, a visitar a Pablo Escobar.
Narco es narco. Criminal es criminal. No importa si el equipo es azul, rojo, verde o naranja. La vigencia de Escobar, por ejemplo, la comprobé hace poco cuando un hincha de Nacional se ufanó de que «el patrón sí pudo comprar la Copa que Gacha no».
Que Millonarios haya puesto el tema sobre la mesa es realmente valiente y prueba la determinación de las actuales directivas de impedir que algo así se repita. Pero no era el momento ni la forma. ¿Cómo sale Felipe Gaitán a hablar del tema antes del partido contra el Madrid? Y, ¿por qué el asunto no se ambientó primero dentro del equipo?
El problema es el cómo, no el qué. Tampoco el quién, como algunos lo han presentado. Han dicho, por ejemplo, que Gaitán no puede hablar del asunto porque «no es un hombre del fútbol». ¡Por favor! Por muchos «hombres del fútbol» es que pasó lo que pasó. Y pasa lo que pasa.
Entiendo la indignación de los jugadores que sudaron y ganaron las estrellas 12 y 13, pero otra cosa es jugar al levantador de masas. Péguenle una mirada al Twitter de Eduardo Pimentel. 
Por otra parte, no se puede permitir que Millonarios se convierta en el chivo expiatorio de un montón de gente que ahora viene a decir que en su momento no vio ni supo nada. ¿Se quieren meter con las estrellas? ¿Quieren quitar títulos? Pues entonces sentémonos todos a decir qué pasó, cómo, cuándo y con quiénes. Pero todos no solo Millonarios.
Y mientras eso no pase, mientras todo el mundo evada las culpas y solo apunten a Millonarios, la idea me parece inviable. Eso sí, nadie está obligado a decir o hacer nada.
Pero las estrellas no se devuelven. La historia de Millonarios es mucho más y va mucho más lejos de las estrellas 12 y 13. A diferencia de otros, nuestra dorada historia no comenzó a escribirse a punta de dólares ensangrentados.
Me quedo con lo bueno de la idea de Gaitán. Saber qué pasó, cómo pasó y por qué, es lo que necesita para superar las desgracias y los dolores pasados.
Millonarios es más que dos estrellas. Son trece alegrías y las que vienen. Son un puñado de guerreros cuyos pies han ayudado a escribir y forjar la historia del fútbol mundial. Somos millones y millones de almas latiendo en una frecuencia que solo nosotros conocemos. De gente buena. De gente decente.
Buena y decente como sé que es Gaitán y quienes lo rodean. Pero a tener más tacto, señores, a medirse en las palabras.
Y cierro el tema porque, como me dijo un amigo, «tiene más carne el debate de Valerie Dominguez».
Sobre el tema del Real Madrid no es mucho lo que hay para decir. Más allá de que fue una presentación desagradable, el asunto no pasó de ser un partido amistoso. En todo caso, creo que no hay ninguna razón para enojarse por los comentarios. Creo que en los cálculos de todos estaba perder, pero no de esa forma.
Paso a la actualidad del equipo y a lo que vimos el fin de semana ante Junior. Hay tres temas centrales para tratar. El primero Jorge Perlaza, de buen desempeño. Tiene una movilidad similar a la de Wason Rentería, pero dado que tiene más ‘lomo’, me parece una buena opción para aguantar balones. Y, a medida que baja el nivel de Cosme, Perlaza se gana un puesto.
En la zona de volantes, muy buena decisión la de Torres al incluir desde el inicio a Otálvaro y un poco más atrás a Ganiza Ortíz. Sigo esperando ver sobre todo en la Sudamericana, preferiblemente de visitante, un solo delantero (Wason, Perlaza o Cosme) con tres volantes atrás. El tercero debería ser Robayo, que aporta marca y salida.
Y, no sé ustedes, pero me inquieta el nivel de Delgado. Es un gran arquero. Conocemos su gran nivel. Pero ha tenido algunas salidas inseguras y complicadas.
Termino reiterando que tranquiliza ver que el equipo se mantuvo fuerte mentalmente a pesar de las circunstancias.
Tolima (V), Cúcuta (L), Medellín (V), Quindío (L), Pasto (V), Envigado (L) y Patriotas (V) son las siguientes estaciones en las que Millonarios deberá asegurar los puntos para clasificar a los cuadrangulares y concentrarse en la Sudamericana. Palmeiras es el reto siguiente.
¡Ánimo, somos Millonarios!
Un saludo albiazul.
***
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