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Yonny Hinestroza, del Pereira, quien no cobra un peso hace seis meses, le dijo a Semana que le gustaría jugar en un equipo «grande, que pague». ¿Qué dirán de eso los señoritos que nos tienen a un punto de la promoción?

Preferí no escribir con la cabeza caliente la noche del domingo, ni durante este lunes. No quería plasmar aquí la mano de barbaridades que me pasan por la cabeza al recordar el humillante partido contra el Huila.
Pero aquí estoy, 24 horas después del pitazo final. La piedra sigue intacta. Piedra que yo, ingenuamente, creí que se me pasaría con el tiempo. Así como creí que con el tiempo se pasarían el mal fútbol, los errores infantiles, los malos cambios y las humillaciones en TV nacional.
¿Qué decir de este Millonarios? Yo diría que decepciona. Y decepciona porque engaña con un toque improductivo, con un manejo de balón que termina siendo un juego soso hacia los lados, porque, desesperado y sin ideas, recurre al pelotazo. Y lo que es peor, no cuida lo poco que hace.
Y súmele a eso que los jugadores no responden y que el técnico hace cambios inexplicables. Sacar a Omar Rodríguez para poner a Alex del Castillo… ¿Para qué? ¿Para cuidar el empate? Jonathan Estrada, ah, el pobre Jonathan no ha podido superar lo que pasó -o lastimosamente no pasó- en España. Tiene la cabeza en otro lado.
Me pregunto también qué cosa tan grave le pudieron haber hecho a Páez, John Jairo Montaño y Leonard Vásquez como para que ahora los blanquee como lo hace. Y más para alinear a Luis Mosquera y a Carlos Saa, que no aportan.
Si tano le gusta Mosquera, pues póngalo. Pero póngalo adelante, en vez de hacerle estorbo al volante de esa banda. A menudo Vásquez tiene que irse a la mitad porque Mosquera se le mete en el espacio. Creo que en parte por eso es que Vásquez no está brillando como hace algunos partidos, porque no puede desbordar, no tiene espacio para hacer el enganche hacia adentro.
Pero bueno. El problema no es táctico. El problema es de actitud. Y si a ese desastre que es el Millonarios de ahora le sumas la ausencia del único que de verdad suda la camiseta -el muy merecidamente convocado a Selección, Rafael Robayo- y el error grave del Ringo Amaya, uno de los jugadores más seguros en estos partidos, estás frito.
Y Obelar. A él lo defendí. Pero es que no ayuda. Y creo que los ahorritos ya se le acabaron. Ya la gente no le tiene paciencia. Y yo tampoco. Que le den la oportunidad a Delgado.
Contaba al principio lo de Hinestroza. Y de verdad que me llamó mucho la atención porque estos jugadores están recibiendo su pago al día, como debe ser, ni más faltaba. Pero es muy berraco ver a unos tipos bien pagos, con una hinchada fiel, vistiendo esa camiseta, haciendo el ridículo que vienen haciendo. Es muy berraco hacer memoria y caer en cuenta de que tipos a los que les debían hasta la madre corrían más y jugaban mejor.
El descenso está a un punto. Estos jugadores están demostrando que no soportan la presión. Eso me preocupa. Qué vaina. Uno ya no piensa en cómo clasificar a cuadrangulares sino en cómo hacer un resto de campeonato decente. Y pensar en 2011. Pero es que la promoción está ahí… y viene Santa fe… ay Dios…

 

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