Ingresa o regístrate acá para seguir este blog.

Esta vez no escribo como hincha del Cali sino como hincha del fútbol, como ciudadano y como ser humano. Parece que tal como pasa con la gripa, la violencia se apodera del fútbol colombiano y este virus está mutando cada día más. Los ‘doctores’ que estaban encargados de frenar con medidas radicales los brotes de violencia que desde hace años nos afectan (señores de la Dimayor y la Confederación Colombiana de Fútbol), se hicieron los de la vista gorda y en vez de buscar una ‘vacuna’ para evitar que la enfermedad se propagara, fueron negligentes y hoy estamos sufriendo las consecuencias.

Después de ver que en Bogotá a Millonarios no le sancionaron la plaza ante la agresión de un vándalo y que después de capturarlo, el comandante de la policía de la capital, el general Palomino, lo mostró como un ejemplo porque «el pobrecito» estaba arrepentido, ¿cómo diablos esperan las autoridades sentar un precedente para que los mal llamados hinchas o barras bravas paren?, ¿creen acaso que al ver que a nadie se le judicializa, los criminales van a coger escarmiento?

No puedo sentir más que pena y lástima por lo que ha pasado anoche en el Pascual Guerrero. No voy a justificar a nadie. El terreno de juego es sagrado, y si condeno las agresiones de cualquier tipo, mucho más me siento indignado con que se metan a la cancha a MATARSE por defender una camiseta.

Como hincha del Cali no quiero al América, pero eso no quiere decir que odie a los americanos. Tengo amigos, amigas, familiares hinchas de ese equipo y los respeto, porque ante todo son seres humanos, y el amor por una divisa no los hace más ni menos, es solo una cuestión de gustos y amores. Estamos en una sociedad con tantos problemas que acá no se respeta a nadie. La raza, la religión, la inclinación sexual, etc., todo es un pretexto para ver en el otro a un enemigo y no a un par, a una persona que tiene los mismos derechos y deberes que yo tengo.

Al no ser Millonarios es probable que nos sancionen la plaza mínimo con dos fechas jugando a puerta cerrada. También saldrá el alcalde a amenazar con cerrar tribunas, hacer bulla y terminar comiendo empanadas y tomando jugo hit con los líderes de las barras de los dos equipos (Cali y América) para que los medios hagan bombo y sigan creando el espejismo de que aquí no pasa nada.

El virus está ahí. Cada día toma formas más peligrosas y se está contagiando por todo el país. El fútbol colombiano tiene su pandemia. Ya ni los hinchas del Huila se salvan de esto, pues el domingo se daban con palos en las tribunas entre ellos mismo. Lamentable.

Los hinchas debemos poner nuestro grano de arena para sacar a nuestro fútbol del caos en el que se encuentra. El nivel tan deficiente de nuestro balompié sumando a que nos matamos en las tribunas por un sinsentido tan grande, va a terminar con esta diversión que nos hace olvidar el país colapsado en el que vivimos. El fútbol debería ser un escape a la violencia que día a día nos azota, a la angustia que genera la inestabilidad económica, a todo. El fútbol está ahí para divertirnos y no para que nos matemos como unos malditos trogloditas. La pandemia está ahí, ¿le encontraremos cura y vacuna?
 

Compartir post