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Noviembre 19 de 2006, primera fecha de los cuadrangulares semifinales. Millonarios le ganaba al DIM por 1-0 y se quedó sin arqueros por la lesión de Juan Carlos Henao y la expulsión de José Cuadrado, que además había cometido un penal. Entonces, el 10 de Millonarios se disfrazó de 1 y se paró frente a Jaime Castrillón con una casaca celeste, se lanzó hacia su derecha y atajó el cobro.

Había más de 30 mil personas en el estadio y nadie lo podía creer. Acababan de presenciar un hecho histórico, todo el estadio explotó y muchos lloramos de la alegría. Nunca en la vida pensé presenciar algo así. Mi hermano no quiso ver el penal y se perdió de una jugada para la historia, desde ese día nunca más volvió a cerrar los ojos para una pena máxima, ni a favor ni en contra.

Hay cosas con las que uno sueña de niño siempre en un estadio: un gol olímpico, una chilena, un gol del arquero. Pero nunca, en serio nunca, alguien puede imaginarse que un jugador de campo se va a poner el traje de arquero para atajar un penal. Muchísimo menos en instancias finales. Es posible que esa gesta sea lo más celebrado en El Campín hasta el 16 de diciembre de 2012 para muchos, entre los que me incluyo.

Pero las historias siguen:

Septiembre 5 de 2007, segunda fase de la Copa Sudamericana. Un Millos en crisis que estrenaba técnico dio el golpe en Medellín. Le ganó a Nacional 3-2 con el árbitro en contra (no expulsó a Ospina, se inventó un penal para el rival y expulsó un jugador azul). Dos de esos tres goles los hizo quien vestía la 10, y una semana después, Millonarios se clasificó, contra todos los pronósticos, a la siguiente fase. Todos los hinchas de Millos en el país y en todo el mundo lo celebramos con el alma.

Octubre 24 de 2007, cuartos de final Copa Sudamericana. Millonarios elimina al Sao Paulo de Rogerio Ceni con dos goles de quien terminó siendo el goleador del certamen en medio de otra noche memorable. Fueron dos anotaciones que hicieron explotar de felicidad a todo El Campín, con lágrimas de felicidad incluidas. La fiesta por la clasificación en los alrededores del estadio se extendió hasta bien entrada la madrugada.

Abril 2 de 2008, Copa Mustang. Millonarios enfrentaba al América, que comenzó ganando con un gol a los 19 segundos. Del 0-1, el Embajador pasó al 3-1 con una tripleta de su jugador número 10. Fue uno de los mejores triunfos sobre los «escarlatas» para toda una generación de hinchas.

El nombre de Ricardo Ciciliano siempre te traerá a la memoria alegría, nostalgia y cariño. Fueron muchas las jornadas en las que su actuación despertó felicidad en una afición que vivía en medio de malos resultados. Quienes lo vimos jugar hoy lloramos, pero esta vez por la tristeza de su partida. En la memoria se quedarán para siempre los relatos descritos en los párrafos previos y otras tantas anécdotas, lindas o tristes, de su paso por Millonarios entre 2006 y 2007, y más adelante en 2009.

Y a quienes no lo vieron jugar, y a las futuras generaciones de hinchas de Millonarios, habrá que contarles que por Millonarios pasó un barranquillero, calvo, que jugaba con la 10, que hizo muchos goles y que también se dio el lujo de tapar un penal en un partido de finales. Que tenia un talento maravilloso y que es de esos cracks que mereció ser campeón con esta camiseta, y que aunque no lo consiguió, sí fue capaz de hacer llorar de felicidad a toda una generación de hinchas no una, sino varias veces.

Descansa en paz, Ciciliano eterno.

En Twitter: @elmechu

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