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Deiber_Caicedo_Cali

La historia del canterano de 17 años de nuestro Deportivo Cali ya es conocida por prácticamente todos. El de Barbacoas nos puso la piel de gallina, no solo por lograr lo que hace rato no veíamos en el azucarero (un gol de tiro libre), sino por lo que vino después de esa anotación, su primera como profesional.

Déiber celebró su tanto dedicándolo a su hermana menor a quien perdió por la violencia recientemente. Las fotos, los videos, las declaraciones del juvenil, los abrazos de sus compañeros, de don Gerardo, todo, todo fue emoción. Recibí varios testimonios de hinchas que me declararon el haberse unido a la lagrimas del pelao para llorar con él, solidariamente, juntos, por su perdida.

Atrás quedaron los días oscuros derivados de la pobreza futbolística del equipo y alimentados por las mil y una declaraciones proferidas por directivos, jugadores, pseudoperiodistas, hinchas y no tan hinchas. Deportivo Cali estaba hasta complicado, perdiendo valor de marca y plata por segundo, incrementando las dudas (y las deudas) cada segundo así como la inconformidad de una hinchada que, amparados en su «derecho» a exigir por la boleta que pagan (si es que se da el caso) llegaron al extremo de amenazar de muerte a jugadores.

Sé que es complicado pedir aplausos y voces animadas cuando tu equipo en prácticamente seis meses solo gana dos partidos y que, además, sentís que el timón administrativo está quebrado por los tumbos que da, pero llegar a esa irracionalidad no es de un hincha, con el respeto a otros hinchas, es de orates.

En fin, Deportivo Cali se acordó de jugar. Nico Benedetti volvió, Sand se ajusta al esquema y aporta, ojalá le caiga pronto un gol. Ángulo mejoró, Giraldo crece y Palomeque va, lentamente, callando las bocas y justificando su traída.

Debería hablar de Vargas, había salido figura en las dos salidas previas, pero no, gracias a Déiber no tengo que decir nada de Camilo pues la figura fue el canterano que hizo lo que quiso con la lima que plantearon los de Pimentel y que, como es debido para uno de sus equipos, se comió cuatro que pudieron ser seis, o mas. Gracias Déiber.

Y no solo gracias por eso, no, sino por demostrar que uno se debe levantar aun de la peor calamidad y seguir, vista al frente como un profesional. Que uno debe amar lo que hace y hacerlo con amor, con respeto a quien te dirige, a quien te ve, a quien sabe de lo que sos capaz de hacer. Gracias Déiber por ser un faro en la oscuridad de ese camerino, traer sonrisas, generar abrazos, brindar un motivo más para estar unidos y sacarle la presión al equipo cuando ya la hinchada no pudo apoyar mas.

Gracias Déiber por ser esperanza, por ser alegría, por ponernos a celebrar y desear que en cada tarde o noche podamos, en coro, celebrar junto a vos y los muchachos cada gol de nuestro glorioso Deportivo Cali que sé que llegarán.

Despertamos, aparecimos, figuramos, volvimos porque somos lo que somos, el Deportivo Cali y aunque la torpeza de algunos y la mala leche de otros digan lo contrario lo nuestro es la gloria, la grandeza.

Eso sí, calma, calma, sin romanticismos. Un partido, como una golondrina, no hacen verano y una buena actuación no solidifica un ídolo. Tenemos mas por hacer, por trabajar, por meter y por dar. Tenemos mucho en donde crecer, en seguridad y dinámica, en experiencia administrativa, en unión institucional y fortaleza como club.

Hay que aprovechar el momento, el bálsamo que no da esta victoria con los goles de los canteranos y, quien deba hacerlo, interiorizar en reflexión lo que ha venido haciendo. Cambiar para bien, sumar, aportar y estar por y para el Deportivo Cali, de lo contrario la puerta está abierta y los iremos a despedir, simple.

Acá no hay lugar para el que viene a ponerse por encima del club, a no ser profesional, a actuar como un delincuente y mucho menos para el soez y vulgar. No hay lugar, no en el mundo que Déiber nos muestra con su andar y mesurada voz, no en el universo que don Alex nos mostró, no en mi Deportivo Cali, no es nuestro Glorioso amado.

Dios te bendiga Déiber, a vos y los tuyos en este camino que apenas estás empezando y que, con cabeza bien puesta y pies sobre la tierra, gambeteando, claro, te llevará muy, muy lejos.

Y a nosotros, los asociados e hinchas del Deportivo Cali, calma, algo mas de tranquilidad. Introspección, reflexión y cambio. Juntos, en serio juntos no de boca o para la prensa sino de verdad, podemos no solo salir del bache de forma definitiva sino olvidarlo para no volver.

Hagamos lo de Déiber, superémoslo y vayamos por lo que es nuestro sueño y nuestra alegría, un partido a la vez y sin abandonar. ¡Vamos Cali!

Nos vemos en el estadio, nos leemos por acá.

@Germanchos

*Foto: ElTiempo.com

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