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Deportivo-cali-celebra

Undécimos y no, no es la peor campaña del Cali en su historia ni mucho menos pero si una de las más tristes de los últimos años. Es que con semejante entrega por parte del Comité ejecutivo en términos de nombres. Lo que se pidió, prácticamente, se trajo. Quedaría faltando algo, tal vez un delantero, pero bueno, fue lo que se pidió y lo tenemos todo para hacer lo que hacemos, nada.

Algo debe andar muy mal dentro de nuestro Deportivo Cali para que un equipo, una institución que lo tiene todo (ya libre de dependencias económicas y cerca de limpiar las deudas) no transmita a su equipo profesional ese deseo de siempre ganar, siempre estar arriba y sobresalir propio de los equipos grandes. Insisto, algo debe estar desconectado al interior para que el discurso sea uno y la acción otra.

Algo debe andar mal dentro del Deportivo Cali, nuestro Glorioso, para que todos los esfuerzos económicos y de gestión se pierdan en el ego de un individuo y no en la gloria del club. Debe estar mal, muy mal,  desde que los socios, con voz y voto, no digan nada, no escriban nada, no se manifiesten más allá de campañas cobardes con chismes, conjeturas y ningún proyecto. Un momento, en ese caso algo debe andar bien desde que quieran el poder sin ni siquiera saber para qué, aunque seguro lo saben, pero lo callan porque al final será mas lo que restan que lo que suman. ¿O me equivoco?

Algo debe estar muriéndose o ya se murió dentro del Cali para que los muchachos no den, textual y literal, «pie con bola» en la cancha. Cada balón rebota sin rumbo, cada pelota quema, pica y nadie la puede sostener. Les falta hombría, parece, les falta temple, les sobra vanidad y ni así les duele el orgullo o la profesión. Son, una y otra vez durante 16 fechas, más palabras que acciones, más promesas que realidades, son, con todo respeto y muy de frente, una mentira muy bien contada alcahueteada por amiguetes (porque los de verdad no son permisivos) con micrófono y cubiertos de un pasado que, para ser francos, se les está escapando.

Al Deportivo Cali, si el undécimo de la tabla, le urge un cambio estructural urgente. Uno que le permita, por fin, tener un proyecto institucional que vaya de la mano del deportivo y viceversa. No podemos seguir tirando todo a la basura cada cuatro años y menos por responder al carácter de cada aspirante a presidente, su cuadrilla de amigos, sus borregos o emisarios. No, el Cali necesita una gobernabilidad que le de la potestad de planear acertadamente a un futuro que no se vea influenciado por unas elecciones. Es hora de entender como empresa a la empresa más importante del deporte vallecaucano.

Olvidemos eso de «el fútbol no se ve diferente”  y de paso lo de “duélale a quien le duela”; es momento para cuestionarnos ácidamente y mirar para adentro. Necesitamos tener un verdadero proyecto en el que no se dependa del feeling o la cercanía de “X” o “Y” directivo con un jugador o DT. Urge un cambio del que los nuevos socios serán protagonistas porque a la mayoría de los viejos, mientras el turco funcione, les da la misma si el equipo gana, pierde o empata; muchos ni conocen Palmaseca, así que calculen.

¿No me creen que no hay proyecto? En los últimos años pasamos de Leonel a Cárdenas y de ellos a ‘Pecoso’ para terminar en Yepes con ganas de Cárdenas otra vez (yo no), ¿qué es eso? Eso es no saber a qué juega o debe jugar el Cali, eso es desconocer, de frente, que la cantera y el proceso de formación de los muchachos tiene una filosofía y un ADN con el que lo ganan todo. Eso si, los pelaos,  mientras no les ha cambiado la voz, son campeones y disfrutan representando al Cali pero suben a primera y, no todos, se pierden. Si, cada individuo es diferente pero, si me equivoco me corrigen, eso es no tener identidad institucional, eso es ir de un estilo a otro sin una filosofía deportiva clara y, de paso, cambiando los objetivos restándole ambición.

Gol Deportivo Cali 2016

Sé que no se puede ganar siempre, ideal que si, pero hay formas de perder y lo del Deportivo Cali 2016 es lamentable porque, aunque por minutos se ven cositas alentadoras, la mayoría de los partidos se nos van es por pura falta de voluntad, de deseo de ganar.

Algo debe estar muy mal dentro del Cali que cada vez que debemos buscar una razón para las fallas la hallamos afuera en vez de mirar para adentro y, con ello, le damos alimento a ese sector nefasto de la prensa deportiva local que no ve la hora de pescar en ese río revuelto en que se convierte el afán de protagonismo de unos pocos a costillas del nombre de una institución para, a través de cizaña y mala leche, crear un ambiente que divide, que destruye y no aporta. Lo peor, parte de la hinchada les cree y, sin argumentos más allá de un corazón herido, hacen eco a todo lo que va en contra del Deportivo Cali aun vistiendo la verdiblanca. Algo está mal adentro, muy mal.

Undécimos, me duele más que darme rabia (aunque también), no es la primera vez que los veo ahí, es más, hace poco menos de 30 años terminamos de 14 en un torneo, si, a principios de los 90s y no se respiraba un aire tan pesado como el de hoy, obvio, eran nominas diferentes y recursos diferentes. Ese torneo el equipo ere liviano, pero batallador. Muchos de los hinchas (y los que aparentan ser hinchas solo que no han tenido el valor, o la motivación, para decir que su “ciclo como hinchas terminó”) no lo entienden y desesperan o, cada quien con lo suyo, prefieren alentar a un jugador, incluso del rival, antes que al equipo de sus amores.

Triste, a Mario Yepes, quien sabe cómo es dentro del Cali la cosa, lo dijo, le correspondió, en medio de su inexperiencia, evidenciar eso, que no sabemos deportivamente cómo vamos a lograr los campeonatos locales e internacionales que queremos mientras seguimos dándole al fútbol talento.

La tabla de posiciones no miente, los puntos y el rendimiento distan diametralmente de lo esperado y deseado. No hay resultados. Eliminados de Copa y muy cerca de estar fuera de Liga el año, el 2016, se está perdiendo sin freno.

Es el momento para mirar para adentro, un acto de contrición decidido para encarar los cuatro partidos que nos quedan de Liga buscando que nos permitan llegar a disputar la final o un cupo internacional. Es su deber, nuestro deber.

Momento para mirar adentro y, con sinceridad, sin miedo y seriedad decir: Esto no es el Deportivo Cali, este no es el sueño de don Alex, esta no es «La Amenaza Verde» y, juntos, socios, hinchas, personal de planta, Comité ejecutivo, cuerpos técnico de todas la categorías y jugadores convencernos de que se puede cambiar, que necesitamos hacerlo y, a diferencia del plantel profesional, HACERLO.

Vamos Cali, sos y serás siempre mi primer amor, mi vida y mi pasión, por eso contás conmigo en la buena pero sobretodo en la mala, eso si, las malas deben acabarse, lo vamos hacer juntos, porque Cali somos uno, desde adentro.

Nos leemos por acá

Germán Salcedo Cajiao

@germanchos

*Fotos: Futbolete.com y ElPais.com.co

 

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