Pongamos las cosas en orden y sin dar rodeos, así como deberían ser las ruedas de prensa del Deportivo Cali tras cada partido pero, por alguna razón que no conozco, terminan siendo un costal lleno de mas de lo mismo con el beneplácito de los periodistas (y otros que se dicen serlo) asistentes.
Eso si, estos «periodistas» que van la rueda de prensa a callar son los mismos que vociferan desde sus estaciones de radio y, armados de chismes y conjeturas propias de colegio, van contratando y despidiendo jugadores y técnicos. Hombre, ya basta. Ahora tuvo que salir el presidente Martínez, una vez más, a aclarar las versiones y a desmentirlos. Yepes no se va, no por ahora.
Lo que es claro, es que Mario Yepes no ha logrado cuajar un partido completo que llene la retina del hincha. Si bien ha mostrado “cositas” y el equipo gano en orden, en tenencia, en gestión de juego el precio pagado es muy alto. Los verdiblancos no atacan con decisión, se cuidan mucho resguardando lacónicas ventajas. Cesan los ataques tras un gol, se repliegan, no son agresivos, no tienen puntería y, de un tiempo para acá, son más los espacios que regalan que los que ganan con sus movimientos.
Lo acepto, la forma elegante de Yepes no me molestó hasta cuando me di cuenta que era un estilo que no se ensucia, que no lucha, que no pelea. Tibio, si, es un juego tibio en donde en más de una ocasión hemos dependido de la suerte para lograr un resultado a favor pudiendo, fácilmente, ser en contra. Eso no habla bien de un DT. Menos sus números: Ha dirigido 22 partidos; ganó ocho, empató siete y perdió siete, cinco de esas derrotas en la actual Liga II. Grave, un rendimiento del 45%.*
Ha sido una prueba muy dura para la exigente hinchada verdiblanca. Lo decía en mi entrada anterior, quienes regularmente vamos al estadio (no los hinchas de Twitter) ya no sabemos qué vamos a ver. Sabemos que está el equipo de nuestros amores, nuestra razón de ser futbolística armado con una nomina con la que nos saboreamos pero que, por esas mismas cosas del fútbol, inexperiencia mas que incapacidad no juega a nada. La gente, normal y doloroso, se alejó del estadio.
Gracias a Dios de todos los que se dicen ser hinchas del Cali todavía están los leales, los que siempre acompañan, los que se sacrifican para ir al estadio a dejar su aliento. Los que critican con respeto y exigen de igual manera. Ellos, nosotros, somos los primeros en sentir este dolor del que habla Ronnie porque, como a nadie, nos duele cada cosa que no anda bien en la Asociación Deportivo Cali. Es nuestro, el Cali somos uno.
Hablando de Fernández, los jugadores, gallardos al dar la cara y enfrentar el mal momento con valentía, nos invitan, incluido el chileno, a estar unidos, a volver al estadio, ir a verlos y alentarnos. Hablan de respaldar a su DT, de estar con él y para él. Los mensajes vienen llenos de emociones, deseos y promesas pero, hay que decirlo, en la cancha no se nota nada de eso que tanto profieren.
Obvio, en la tribuna tampoco se ve mucho de «con vos hasta el final», «sos mi vida, mi pasión», etc. Insisto, el Cali somos uno, en la buena y en la mala pero sobretodo en la mala, en la buena está cualquiera (más si le pagan por eso). Duele ver al Deportivo Cali así, pero duele mas, teniendo abono y posibilidades de tiempo como de dinero para hacerlo, no ir al estadio. (Por lo menos a mi si).
Igual, hay que decirlo, el DT perdido y los muchachos que no juegan mejor a pesar de prometerlo, que no concretan, que no se destacan del rival más allá de su sueldo y, lo que es peor, como la canción: “no se les ven las ganas”. Hubo algo que dijo Marino Millán en su transmisión del pasado empate, milagroso, ante el Pasto: “Al Pascual y Palmaseca los equipos venían a defenderse, a meterse atrás; hoy al Cali el Pasto le maneja el medio campo, propone, y le juega de tu a tu”.
Tiene razón Marino. Este fútbol sin ambición, sin garra ni deseo no solo espanta a la hinchada sino que motiva a equipos de menor tradición, nombre, nomina y obligación. Les da vida ver a un equipo tan perdido y vulnerable como el nuestro, si, porque, de frente, en eso nos hemos convertido: un atado de miedo.
No estamos eliminados y sigo pensando en el titulo, ¿por qué no si tenemos los nombres en la plantilla para eso? El tema es que esos nombres sean bien representados por los hombres que los llevan, si , hombres, varones, guerreros como deben ser en cada encuentro en el que, porque Dios les ha permitido, se ponen la camiseta del Glorioso.
Escribir más es llegar a lo mismo de las últimas tres semanas o mas. Yepes no tiene margen de error, los jugadores, en especial los refuerzos, tienen una enorme deuda con la institución y la afición así como con la profesión. El Deportivo Cali no se ha hecho ni se hizo para ser noveno, no y menos para ser eliminado.
Hay que ganar el viernes ante el Bucaramanga. Ganar bien, ganar con ganas y determinación. Ganar poniendo en la cancha cada una de las palabras de la rueda de prensa y ganar, siempre ganar, porque al Deportivo Cali se viene a eso, ¿Si no a qué viniste?
Vamos Cali, vamos toda la vida.
Nos leemos por acá
Germán Salcedo Cajiao
*Fuente: Futbolred.com
** Fotos: Futbolred.com y ElTiempo.com
Eso es lo malo contra Bucaramanga se puede ganar lo malo es que el Cali no juega a nada y da pesar por Yépez pero debe prepararse y volver
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