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Durante buena parte de las últimas dos décadas de historia de Millonarios -tristemente marcadas por la desidia administrativa, el saqueo descarado por parte de bandidos grandes y chiquis y el temor a una liquidación-, los hinchas nos acostumbramos a mirar casi con igual interés tanto los balances administrativos como la tabla de posiciones y las crónicas futboleras. 


El afortunado e histórico proceso de salvamento que lideró
José Roberto Arango y que dio vida a Azul & Blanco y a Millonarios FC, nos
alejó del infierno económico y nos puso de nuevo a pensar en la pelota.

Sin embargo, después de un 2011 donde hubo más alegrías que
tristezas, Millonarios ha entrado en un lamentable trance, provocado por una
mezcla malas contrataciones, desatinadas decisiones técnicas y bajo nivel
futbolístico.
 

Vamos por partes. Muchos hinchas esperaban que Urbano,
Osorio, Berrío y Cosme replicaran el caso de Edison Toloza. En parte por eso,
la gente, aunque con recelo, les dio la bienvenida a unos jugadores que no son
los que uno querría ver vistiendo la camiseta del equipo. Algo similar ocurrió
con nombres como Ithurralde, Otálvaro y Britez. No obstante, ninguno de los
refuerzos, salvo Ramírez (y a medias), ha dado la talla.
 

Cuestionado a comienzos de año por la calidad y el recorrido
de las contrataciones que se hicieron, Javier Álvarez, de quien nos han dicho que
es el ‘manager deportivo’ del equipo, repitió una y otra vez el cuento del «tope
salarial» y de unas condiciones muy exigentes en lo deportivo como pautas
para traer jugadores.
 

Todo ese verso se viene al piso cuando uno lee lo revelado por el periodista Norbey Quevedo en la edición del diario El Espectador del pasado domingo.

¿Qué austeridad y qué tope es que un jugador como Urbano se
gane 21 millones de pesos?

¿Está bien que Leonardo Castro, uno de los peores jugadores
que hayamos visto vestir la azul (y no es poco) se gane 17 millones de pesos al
mes? El señor Castro, que regresó al equipo precedido por la impresionantísima
cuota goleadora de cuatro tantos marcados en 2011, se ganará este año un total
de 237 millones de pesos (sumado lo que se le pagó por su pase),
independientemente de si juega, no juega, hace goles, calienta banca o
simplemente entra a caerse al piso y hacer nada, como ocurrió en el partido
ante Huila.

¿Es justo que Millonarios se traiga de Nacional, a préstamo
y sin opción de compra, a Orlando Berrío? ¿Acaso el equipo no tiene jugadores jóvenes
y buenos a quienes pagarles 8 millones de pesos mensuales?

Esos son los criterios de austeridad del señor Javier Álvarez.
Nada se ha mencionado sobre incentivos en dinero por logros deportivos
conseguidos. Y que no vengan a meter cuentos con que en Colombia todos los
jugadores buenos cobran por encima de 21 millones de pesos. Apuesto que con los
estrechos márgenes de Gabriel Camargo, Robin Ramírez, el goleador paraguayo que
la rompe en el Tolima, solo para citar un ejemplo, debe ganar que Matías
Urbano.

En todo esto Richard Páez tiene responsabilidad. Él, como
director técnico, avaló la llegada de estos jugadores.

Y su falla es doble. Primero, por dar el visto bueno a
contrataciones que no hyan funcionado, y segundo, por no haber sido capaz de
sacarles buen fútbol y acoplarlos al funcionamiento del equipo.

No comparto que a Páez se lo insulte. Las alegrías y el título
de Copa Colombia jamás se olvidarán, y la incondicionalidad del venezolano para
con sus jugadores y los colores de Millonarios, deben darle un lugar en el
corazón del hincha.

Durante los partidos el DT intenta variantes, cambia a los
jugadores de posición y ninguna le sale. En parte porque tal vez no está
leyendo bien los p’artidos, en parte porque hay jugadores que tristemente o no
dan, o no están comprometidos.
 

Viendo a este Millos se da uno también cuenta de la mucha
falta que hace Robayo como acompañamiento de Mayer y Vásquez. Ramírez tiene un
estilo totalmente distinto y eso, a mi juicio, explica el bajón de Ganiza
quien, no obstante, sigue siendo uno de los mejores jugadores del azul.

Mención aparte merece Nelson Ramos. Un arquerazo, un tipo
comprometido con el azul y el blanco. Un señor. Un arquero de Selección. Él no
tiene la culpa de que Iturralde se duerma a ratos, de que hayan contratado a
Britez y de que Pedro Franco no juegue por dos.

Saben que mantengo siempre una visión optimista del equipo,
algo que me ha costado, incluso, criticas de algunos de ustedes.

Sin embargo, veo con tristeza que el panorama no es
alentador. No veo por dónde pueda llegar la inyección de fútbol, y sobre todo
de confianza para con el equipo.

Lo que sí sé es que no llegará por la vía de los madrazos y
los putazos. Lo bueno y lo malo del equipo hay que decirlo, pero otra cosa es
hacerle mal ambiente al equipo, que lo que necesita es por lo menos ganar en
confianza para, como ya ha pasado antes, reponerse de sus falencias futbolísticas.

Sabemos que ahí radica la clave. No perdamos la fe. Somos Millonarios.

Ánimo, muchachos.

Un abrazo azul.

 

*****

¡Sus comentarios, como
siempre, son más que bienvenidos!

 

Un saludo muy especial
a los hinchas de otros equipos que comentan en este blog. Este también es su
espacio, todos somos hinchas del fútbol.

 

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pierda su tiempo. Lea un libro.

 

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