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«A Millonarios me metí por bruto. Pero voy a hacer todo lo posible para que ese proyecto salga adelante». Yo a Arango no lo escuché, pero dicen que eso dijo. Hombre, tampoco es para hacer drama.

 

Amo a Millonarios. Lo llevo en el alma. Pero yo pensaría más de diez veces meterme a administrarlo, a buscarle salidas financieras. Por habérsele metido de frente al tema y por lo que ha logrado en este corto tiempo que lleva al frente del equipo es que admiro y respeto a José Roberto Arango.
El fútbol es un negocio. Millonarios, bien administrado, es un negociazo. Pero tras décadas de desfalco, desidia y cinismo, el equipo como empresa es un desastre.
Cuando Arango, citado por medios de comunicación, afirma que se metió al equipo «por bruto», le hallo razón. Porque Arango no es bruto. No nos tomemos las cosas tan literales.
Me causó gracia escuchar a Antonio Casale rasgarse las vestiduras al comentar el tema. No diré más.
Para mí, la declaración de Arango no es más que la exteriorización de una realidad de la que todos como hinchada sabemos y reconocemos. Por eso rescato que subraye que no va a abandonar el barco ni va a claudicar.
Prefiero a alguien que está metido en el tema por el negocio y no solo por el amor incondicional a una camiseta.
El tema es empresarial. De platica, que es lo que falta en las arcas del equipo. Un tipo cuyas acciones no estén mediadas por su condición de hincha es más racional. Nosotros, como hinchas somos pasión y amor. Eso ciega hasta para hacer juicios sobre declaraciones como la de Arango.
Si el tipo debe o no guardarse este tipo de opiniones para su fuero interno es otro cuento. El punto es que, repito, no se ha ido corriendo ni va a dejar botado el proyecto. Le creo. Si lo hiciera, otra sería mi opinión.
Nada de esto excluye la responsabilidad que le asiste a la dirigencia del equipo, cuya cabeza visible es Arango, por lo que está pasando en el aspecto deportivo.
Yo creí que lo más vergonzoso que había visto en los últimos años era la definición por penales ante el Bucaramanga, hasta que vi e oprobioso partido contra Itaguüi.
Qué feo cobrar cosas malas pero, como lo comentaba recientemente, el equipo no son más que Delgado, Robayo, Amaya y Arrecha y Henríquez, por ratos.
Creo que, salvo que se clasifique a la final de la Copa Colombia, esto sí marca el fin de cualquier margen que todavía pudiera tener Richard Páez. Una verdadera lástima porque me gustaría ver a este técnico dirigiendo un grupo más sólido de jugadores.
Que novelerías como la de Arango no nos aparten del objetivo central, que es sacar adelante el equipo. No seamos tan brutos.

¡Sus comentarios, como siempre son bienvenidos!

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