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Recuerdo el 18 de noviembre de 2009 como si hubiera sido ayer. Ese día Santa Fe disputaba una final después de tres décadas de solo sufrimiento y derrotas. Era el partido decisivo de la Copa Colombia, parecía imposible llegar a ganarla en el entretiempo; perdíamos 1-0 y teníamos que hacer tres goles para ganarla o dos para definir desde el campeón desde el punto penalti. El panorama era difícil, si salíamos victoriosos y remontábamos la Copa, era solo por algo heroico, no más.

Pero ahí estaba él. Omar Pérez tomó el mando de héroe, entró a la cancha lesionado al segundo tiempo, anotó dos goles estoicos y pudimos tener una alegría -aunque no haya sido la estrella- después de mucho tiempo. En ese momento entendí que el nacido en Santiago del Estero, no iba a ser un jugador más, él iba a escribir con letras doradas la historia de Independiente Santa Fe.

Son muchos los momentos, además de esa Copa Colombia, en los que no me cansaré de decirle ‘Gracias’ al hoy cumpleañero, pero hay uno en que la emotividad supero la razón y logro traspasar fronteras. Fue el 11 de noviembre de 2011 en el estadio de Vélez Sarsfield, cuando Omar empapado en lágrimas, sacó del alma un derechazo profundo y convirtió un gol que llegó hasta el cielo para dedicárselo a Don Helio, su abuelo fallecido dos días antes en un fatídico accidente de tránsito, cuando iba camino a Buenos Aires para ver a su nieto jugar. Fue gol, Santa Fe empataba el partido y Omar se desvanecía llorando, abrazando a todos sus compañeros que no paraban de darle aliento.

Lo más memorable de aquel partido, es que Omar le solicitó a Wilson Gutiérrez ser titular a pesar del dolor que llevaba en el alma. El ‘bocha’ jugó, hizo ese gol del empate, y luego un bandido disfrazado de árbitro, le regaló un penalti inexistente a Vélez que a la postre le dio el paso a la semifinal de la Copa Sudamericana, pero eso era lo de menos, toda América se quedó con la imagen de Omar celebrando al cielo su gol como el más valiente de todos los futbolistas.

Para llegar a un equipo ausente de victorias, con un padecimiento a sus espaldas de 37 años sin quedar campeón, se necesita no solo ser buen jugador como lo es el ‘pelado’, se requiere tener sangre, corazón y sobre todo amor y fidelidad a la camiseta, características que le sobran y que el 10 demuestra por Santa Fe. 

Con el respeto de Alfonso Cañon, Hugo Gottardi o Carlos Alberto Pandolfi, me atrevo a escribir y a afirmar que hoy cumple años el mejor jugador de la historia santafereña, el que si le dieran un contrato de por vida se quedaría, el que rechazó una oferta de Atlético Nacional por el doble de salario solo porque le prometió a la vida quedar campeón con Santa Fe. Hoy es el onomástico del responsable y actor principal de los únicos tres títulos de la historia reciente de Santa Fe. Hoy amigo hincha cardenal, debemos estar de fiesta porque cumple años el causante de nuestras lágrimas de felicidad y el que hizo que tres generaciones de hinchas vivieran el mejor episodio de sus vidas.

¡Feliz cumpleaños ídolo, que sean muchos más al lado de Independiente Santa Fe!

AGUANTE CARDENAL
AC

pasioncardenalsantafe@gmail.com

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