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El partido del domingo  fue más que lamentable.
Mientras en la ciudad de Medellín Chicó y el DIM repartieron honores, dando luz
al posible ganador en Armenia, ni Quindío ni Cali fueron capaces de llevarse
los tres puntos dejando el grupo aún en suspenso. Un lánguido empate que mata
lentamente las ilusiones de final en la hinchada azucarera.

Debemos agradecer  el no perder,
afortunadamente Córdoba es un grande y ha logrado salvarnos en más de una
ocasión. El árbitro del encuentro, Hernando Buitrago, le perdonó la expulsión a
Hurtado quien conectó a un contrincante como si fuese actor de una película de
mafia japonesa. Luego sería el mismo Hurtado quien hiciera lo que no pudo
ninguno de los delanteros verdes, que solo hacen goles en la Copa Postobón.

Aunque empezamos bien, ordenados y buscando el gol, no concretamos y en una
contra el rival nos marcó, descuadernando al equipo como ha sido costumbre en
los últimos partidos. El conjunto verdiblanco no ha podido con la presión, le
ha faltado jerarquía.

 El Cali NO DESPEGA, no se ve cómo ganar un partido. Aunque
matemáticamente las posibilidades siguen intactas, el fútbol que profesa el
conjunto azucarero no logra convencer, no se ve salida a la crisis de
resultados que tiene al equipo cerca de ser eliminado.

A continuación haré un análisis de los principales problemas de la
otrora  Amenaza Verde:

Primero, el medio campo no logra salir avante. Tanto en la zona de recuperación
como en la de creación hay serios problemas. Durante todo el mes de enero el
presidente del Cali, Rodrigo Otoya, dijo estar buscando de forma cuidadosa y
muy pensada un volante cinco de peso y jerarquía. Se mencionó el nombre del
paraguayo Vera de Liga de Quito, se dijo que era muy costoso el jugador. Bien,
ese costoso jugador es el bastión de un equipo que hoy es finalista de la Copa
Libertadores. En cambio llegó el charrúa Delgado, jugador que parece más un
licenciado de 40 años que un futbolista  de primer nivel. ¿Qué pasó con
Delgado?, fácil, suplente con alto sueldo y con déficit futbolístico.

Cuando necesitamos un Rottweiler en el medio campo, nos toca conformarnos con
un «Cachorro», quien lucha solo contra los titanes de otros equipos y
apenas puede morderlos, como consecuencia sufre constantes expulsiones y
acumulación de amarillas.

Frangipane, por otro lado, no tiene la categoría para echarse el equipo al
hombro. El jugador se esconde y no logra generar opciones para que los
delanteros marquen. EL CALI NO TIENE UN CREATIVO QUE PUEDA RESOLVER SITUACIONES
COMPLEJAS.

Los delanteros.
Sergio Herrera, Freddy Montero y Milton Rodríguez andan de
capa caída. Los dos primeros sólo le marcan al Depor Jamundí o a la B del
Quindío. El segundo fue sentenciado hace más de un mes por su irregularidad y
no continuará en el equipo. El caso Carrillo es diferente, el jugador apenas
toma forma, pero lo de Herrera es imperdonable.

INSEGURIDAD. El bochornoso hecho de la camiseta devuelta demuestra que
hay inseguridad en los jugadores y también en la hinchada. La gente no cree en
el equipo y se encuentra muy molesta. Es más que entendible, recuerdo que
mientras estaban en campaña los actuales directivos, prometieron un equipo
grande y lleno de figuras, pero el Cali versión 2008 raya con la vergüenza.

Ya solo queda esperar que estos días de eliminatoria mundialista sirvan para
que los jugadores reflexionen, salgan a arroyar y que Medellín y Chicó empaten
de nuevo. Los números no mienten, la posibilidad existe pero el fútbol del Cali…

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