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Presidente Juan Andrés Carreño

Escribo estas líneas hacía usted con la certeza de que nunca llegará a leerlas, pero mi único fin es poder plasmar el sentimiento que tenemos hoy miles de hinchas, que con preocupación vemos lo que está pasando en Santa Fe.

No le voy hablar con el sentimiento de un hincha, le voy a hablar con la visión de un cliente que está consumiendo un producto, al fin al cabo, si hay algo que nos ha dejado clara su administración, es que nosotros somos eso, unos clientes.

El camino hacía el éxito corporativo no está en creer que todo es perfecto. Bien dicen por ahí que de los errores se aprende, y cometer errores no está mal, por el contrario, es necesario para crecer, pero la autocrítica es el inicio del éxito, algo que lastimosamente usted no tiene.

Cuando usted asumió la presidencia de Santa Fe, encontró un legado muy alto. Los títulos logrados bajo la administración de César Pastrana, volvieron a dejar a Santa Fe en lugar que le corresponde, en la cumbre con el reconocimiento del continente.

De eso tan bonito hoy no queda nada, solo el recuerdo, las fotos y los vídeos. ¿Por qué? Sí, por su terquedad, necedad y falta de gestión que ha llevado a Santa Fe a tener la peor campaña de la historia, sin patrocinador principal y lejos de un torneo internacional.

Tal parece que este semestre ‘nos vamos a la guerra’ con los jóvenes de la cantera, algo en lo que no tengo reparo, porque la cantera fue nuestra base para conseguir después de 37 años la séptima estrella. 

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Lo que molesta de todo esto, es que no le ha hablado de frente a sus clientes, no se ha pronunciado concretamente acerca de temas tan sensibles como el patrocinador y los refuerzos.

Si el plan es jugársela con los juveniles, perfecto, pero díganlo y tenemos claro desde el comienzo que será un semestre en el que no quedar de últimos va a ser una ganancia, y nos vamos a la lucha con ellos, pero su silencio ofende.

Nosotros, como clientes, estamos consumiendo su producto a pesar de que este año ha sido de muy mala calidad, y ustedes se están aprovechando de ese sentimiento. 

Últimamente se ha rumorado que las finanzas en Santa Fe no andan bien, y nada raro sería; no jugar torneos internacional y no tener un patrocinador principal tiene que hacer un hueco en la institución.

Después de todo lo anterior, ¿No le parece qué es el momento para dejar de pensar que todo está bien?, ¿no le parece que es hora de tener autocrítica?, ¿no le parece que es hora de hablarle de frente a la hinchada, y ofrecer perdón a sus clientes?, ¿no le parece que es momento de dejarse asesorar?

Piénselo y verá que no me equivoco. Usted no es infalible, no es un dios, es humano y comete errores. Con su ego está pisoteando a los únicos que pueden llevarlo a sanear los problemas: sus clientes, su hinchada, los que hemos dejado todo por la institución.

Hoy día puedo decir con certeza, que usted ha logrado lo que no logró ni siquiera el vecino con habernos ganado la final: dudar si abonarme este semestre o no. 

Doctor Carreño, o mejor, señor Carreño, (porque en este país cualquiera es doctor), demuestre que usted tiene las condiciones para comandar este barco, que sus clientes le importan, que los respeta, demuestre que los escucha, demuestre que tiene con qué alcanzar la gloria y deje la soberbia que es una mala consejera.

Denos las razones a sus clientes para que nos abonemos y creamos en el proyecto Santa Fe 2019-II.

Para terminar quiero decirle que, aunque no hago parte del colectivo #RespetenNuestraHistoria, suscribo, adhiero y apoyo cada una de sus intenciones para que acá se retome el camino. 

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Mientras usted manda la policía para amedrentarlos en una protesta pacífica, nosotros seguiremos buscando lo mejor para Santa Fe.

Señor Carreño, con respeto le doy un consejo: no se convierta en el Juan Carlos López de Santa Fe, quién decía trabajar cada día por una institución pero no hacía si no hundirla, más y más.

Ser el peor Presidente en la historia de Santa Fe o no está en sus manos.

Señor, Carreño, no olvide ¡El Escudo se respeta!

Atentamente

Jose Falla R, un cliente más.

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