El pasado miércoles santo pude asistir a una cena homenaje a Fernando Castro organizada por la Comisión del Hincha del Deportivo Cali, allí estuvimos algunos hinchas, los miembros de la Comisión, el Pecoso y su esposa. Fue muy sentido, conversamos sabroso con el viejo y hablamos de todo, práctico, directo y siempre muy sencillo. Fue, ahora que lo veo mejor, más que un homenaje un gesto pequeño de agradecimiento, si, eso mejor.
Durante la cena, entre una cosa y otra, tuvimos un espacio para preguntas y los asistentes pudimos cuestionar al DT acerca de la actualidad del equipo, los resultados y lo que viene. Dios, este señor nos tiene fe.
El Pecoso Castro está orgulloso de sus muchachos y preocupado, como profesional que es, por su futuro laboral. Insiste en hacer un gran presente para asegurar un mejor futuro. Habla de lo que ve en ellos, mucho talento como también las peligrosas distracciones de la vida cotidiana de un muchacho y los malos vicios del fútbol.
Comentó de cómo los ve y de cómo se nota la diferencia entre el modo de encarar un partido de unos y otros, de veteranos y jóvenes. La cantera del Cali es un tesoro, de eso no hay duda y si bien logramos lo impensable, un titulo con juveniles, lo que viene será mejor, porque son muchachos en constante formación, muchachos que han ido ganando experiencia y minutos en cancha mientras, merced al trabajo del comité ejecutivo, cultivan un invaluable sentido de pertenencia, de respeto por la hinchada y amor a la profesión.
Hay algo que no conversamos esa noche del 23 de marzo y fue acerca de los de experiencia. Digamos que siempre nos hemos concentrado en cuidar y alimentar el 70% de la ecuación Deportivo Cali pero poco hablamos del 30%, ese que, como el mismo Pecoso lo dice, es fundamental para que la cantera de todo de si. Creo que, después de los resultados obtenidos en las últimas salidas, es momento de quitarle la mirada un poco a los de la inexperiencia y ponerla en los veteranos, en los llamados a liderar a llevar al club por un sendero seguro.
La experiencia te permite, lo sé yo con mis 41 años de edad, levantarte más rápido de las caídas y asumir las derrotas con la dignidad de quien busca inmediatamente la revancha, no por venganza, sino porque perder es muy feo.
Los últimos encuentros del glorioso han tenido algo en común: errores de la experiencia que la inexperiencia no sabe administrar. Y no hablo solo de lo que pasa en la cancha, no, sino afuera, en el entorno, en todo lo que rodea a los canteranos y su juvenil hinchada.
Hemos dejado ir puntos (e ilusiones) por goles absurdos llenos de una generosidad inusitada. Errores tan groseros y grandes como las ganas de estar en Palmaseca cada partido. Fallas increíbles de quienes considerábamos infalibles. Errores en lo básico: desplazamientos en la cancha, entrega y tenencia de balón, distribución de juego, salir a cortar un centro o poner las manos correctamente. El 30% de la ecuación no anda bien y es el referente para el otro 70%. Hora de ajustar y con prontitud, estamos a tiempo (más en Liga que en Copa) para revertirlo.
Seguir insistiendo con Lozano y/o Mera sabiendo que Bianchi y Calderon andan mejor es terquedad. Otra cosa pueden verse en los entrenos pero, esos partidos ganados por el equipo titular en Pance no suman puntos, quizá autoestima (si es que la necesitan) pero no puntos.
Me preocupa el nivel de Andrés Pérez y Ernesto Hernández. El uno, el ‘Capi’ es quien le permitía al equipo ser flexible, elástico sin perder seguridad. Hoy no se ve eso. Y el uruguayo, madre de Dios, ¿dónde estás uruguayo? el que viene atajando no sos vos. Tal vez les venga bien un periodo en la banca, sé que su profesionalismo no se los va a permitir por mucho rato, pero es hora de tener y valorar otras opciones. No están en el nivel que los requerimos en este momento y, paradójicamente, lo romántico del asunto, es que hacer estos cambios sería una muestra de experiencia sin par.
Sé, no me cabe la menor duda de ello, que los llamados referentes del equipo volverán por su nivel habitual pronto, es cuestión de creer, pero antes de seguir mirando al juez, a la hinchada o al cielo, hay que mirar para adentro, la autocrita es una necesidad imperiosa, una buena y positiva daría como resultado los cambios que necesitamos para encontrar regularidad. Un cambio de actitud, de un par de nombres y dejar ser a los canteranos, quizá este 70% pueda (como lo viene haciendo el equipo suplente) dar unas lecciones de cómo luchar por un partido.
Eso si, hay que salir a ganar los partidos, ser fiel a esa ambición que se predica, a esas ganas de irse contra todos y todo para únicamente salir victorioso.
Esta entrada pude escribirla con las vísceras, como le gusta a muchos de ustedes y sacar una valiente prosa (valiente por lo anónima) de improperios y oprobios, de adjetivos que solo merece el rival, pero bueno, yo prefiero apelar a lo que nos falta y es la experiencia porque de ahí se obtienen las herramientas para administrar pasiones y tratar de entender, si es su voluntad que lo que necesitamos en el Deportivo Cali no es un borrón y cuenta nueva, menos cuando la pertenencia y los números en el balance dan, no, lo que necesitamos, y con urgencia, es que aquello que no debe fallar no lo haga mas y aquel llamado a marcar el paso lo haga con convicción, con seguridad para que vuelva la tranquilidad.
El 23 de marzo en la cena de la Comisión de hinchas del Deportivo Cali pude agradecerle al Pecoso, en persona y con un abrazo, el pasado y las alegrías que nos ha brindado. Ahora quiero abrazarlo pero como apoyo, decirle «aquí estoy y no me muevo» porque, quiéranlo o no, en sus manos está nuestro futuro. Sabiduría profe, la necesitamos toda para que aquel sueño que nos compartió esa noche se le cumpla.
Nos vemos en Palmaseca, nos leemos por acá
Germán Salcedo Cajiao
* Fotos: Occidente.co y Futbolred.com
@john460852 Yo creo que antes, en copa no clasifica y no es por nada, pero que calendario tan duro tiene en la liga. Yo creo que se quedan fuera de ambas competencias.
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Al pecoso le terminan el contrato en Junio de 2016.
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