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Henry Jekyll, fue un científico que creo una poción que tiene la capacidad de separar la parte más humana del lado más maléfico de una persona. Cuando el doctor Jekyll bebe esta mezcla se convierte en Edward Hyde, un criminal capaz de cualquier atrocidad.

Ese es parte de “El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde” una novela escrita por Robert Louis Stevenson publicada originalmente en ingles en 1886 y que, guardando la proporción, se vive entre muchos de los hinchas y otros tantos “hinchas” del Deportivo Cali cada vez que el equipo juega de visitante.

Es, digamos, aunque con pena, algo que se está volviendo habitual en el marco de las sedes del club y en las redes sociales. Hinchas, de todo tipo, que, al momento de celebrar, como es debido eso sí, se abrazan con todos, sacan pecho, vociferan y gritan el aDeportivo_Cali_2018mor por el equipo y el respeto por la institución, sus valores y colores. Lindo todo, lo viví en el estadio ante Danubio y tras la racha de victorias en casa en donde el rendimiento es superior al 90%. Di-vi-no les digo, una delicia.

No importó el trancón, no importó la cerveza sin enfriar, el clima, la distancia, el estilo de juego, etcétera, no importó nada. Tenemos un gran plantel y un gran DT en Pelusso. Eso se lee, se ve.

Viene el bache, partidos en los que no nos sale media y no por falta de trabajo, sino de espíritu, concentración y, hay que decirlo, humildad.

Una derrota que no debió ser (nunca debe ser) en el clásico, un segundo tiempo terrorífico contra Alianza Petrolera y ahora un partido vacío ante Jaguares en donde, con riesgo, solo llegamos una vez al arco rival… sí, un equipo que tiene una diferencia de +12 en la tabla solo remató una vez al arco. Complicado empatar así y ganar, ni se diga.

Entonces el hincha tipo doctor Jekyll se trasforma en el señor Hyde verdiblanco. Activa sus cuentas en las redes sociales con mensajes llenos de sentimiento y pasión, válidos, pero dirigidos a la destrucción y el pesimismo.

“Ya no seremos primeros, el semestre se perdió”, “con ese equipo jugando así no vale la pena clasificar”, “¿Cuándo será que Menganito se da cuenta que no es jugador del fútbol y se retira?” “Mórite Perencejo” y así son los comentarios que leés y sí, de los mismos que celebraban ante Danubio.

Ni somos los mejores por tener una racha de cuatro partidos, ni estamos eliminados por no lograr victorias o sumar de visita. Viejo, es equilibrio y estamos en un equipo al que, para bien o mal, hubo que hacerle muchas correcciones y muchas de ellas no terminan porque pasan por lo mental, la voluntad de un jugador y ahí es poco lo que el hincha o el DT podamos hacer.

Es claro que no podemos ignorar el hecho de tener tres partidos en línea con un juego muy pobre, lo que me molesta no es solo eso, todo tiene curvas de rendimiento, lo que me molesta es volver a la época de las dudas y que, teniendo con qué y cómo aclararlas, no se encuentra una respuesta positiva.

Deportivo Cali va a clasificar, el tema es que lo hagamos, ojalá, sin dudas. Sabemos que al profe le importa mas el colectivo que el individual en términos de rendimiento y debe estar, como vos y yo, rascándose la cabeza viendo como el equipo alterno no llega al nivel del titular. También, hay que decirlo, hubo momentos en los partidos en los que hizo falta un grito en la cancha y un correctivo desde el banco. Ni lo uno ni lo otro hubo, autocritica sí, bien, pero los correctivos urgen.

No sé si está en una pócima, pero se debe acabar con ese salir mirando por encima del hombro al rival y, aunque estemos cerca, sintiéndonos clasificados. A riesgo de sonar como Faryd, un partido se gana con goles y cuando termina, no al saltar a la cancha a esperar a que suene el pitazo final.

¿Hay que aplaudir todo? No señor, pero tampoco debemos caer en la puteada fácil y mucho menos, creo yo, en la destrucción.

De cinco partidos que empezamos perdiendo, solo remontamos uno y los rivales no eran de los quilates como para no hacerlo, simplemente no pudimos y eso, de cara a una final, es para revisar y con cuidado. Así mismo la forma de encarar los partidos fuera de casa, hay que sumar.

¿Hay que preocuparse?, Obvio sí. ¿Hay que dejarse contagiar de la histeria y el pesimismo para dar por terminada la temporada como lo sugirieron entre oprobios por Twitter? ¡Jamás!

Equilibrio, calma, criticar con argumentos y ojalá buscando construir, proponer, aportar y no hacer la fácil, destruir. Los correctivos deben llegar, esperar a que no sea muy tarde, pero con equilibrio y cordura. Hay que creer.

Nos vemos en el estadio, nos leemos por acá

 

@Germanchos

 

*Foto: Futbolred.com

*Fuente datos bibliográficos y estadísticos: Wikipedia y Luis Jovel

Nota: Feliz día del libro y del idioma (Abril 23).

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