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Gerardo Pelusso llegó al Deportivo Cali y ha sido un bálsamo para el momento que el equipo, la institución, asociados e hinchas atravesamos, sí en plural porque, salvo que seas de palo o no simpatices con el equipo (aun siendo asociado) debías estar, al menos, preocupado.

Deportivamente nuestro 2017 fue, después del partido de ida de la final Liga Águila, un mar de errores, nervios, ansiedad y falta de voluntad. El ambiente político polarizó a la ya dividida hinchada y se puso de manifiesto en unas elecciones que tristemente, a pesar de ser ejemplo nacional, dejan mucho que desear por el tipo de contienda que se da sumado al impacto en el plantel profesional al que, si había que cambiarle el aire, no debía ser a los balones sino al que circulaba helado por su pecho.

Ese ambiente aburridor que debió terminar con la elección y posesión del nuevo comité ejecutivo encabezado por nuestro presidente Juan Fernando Mejía, aun sigue en medio de acusaciones temerarias, señalamientos de poco o ningún fundamento, palabras sin sustento, afán de venganza que no llevan a ningún futuro y que algunos cizañeros (o cizañosos) en mantener quién sabe con qué objetivo. Una cosa es cierta, si hay un momento para que el Asociado e Hincha demuestre su «amor incondicional» es ahora, con la unión que el club reclama, con la intensidad que se quiere en la cancha y en lo administrativo para corregir aquello que debía ajustarse y cuidar, si proteger con todos los sentidos, aquello que se venía haciendo bien. Esto es de todos y mas que nunca debemos estar para y por el club, para y por el Cali.

Les decía, llegó Pelusso y sin ese verso que enamora a periodistas deportivos y editores de secciones deportivas con enfoques variables, se puso a trabajar. Como debe ser. Armamos un equipo sólido al que llegaron el goleador de la Copa Libertadores, José Sand, el central Ezequiel Palomeque y el latelar Nicolás Roa. Posteriormente tuvimos el feliz retorno de Camilo VargaJoseSands al arco. Hay equipo, el mismo entrenador lo dijo, y lo quiere «competitivo», dispuesto a pelearlo (y ojalá ganarlo) todo.

Estuve, por esas cosas de la vida y mi regreso a la Sultana, en el entreno del pasado 16 de enero en la sede de Pance y en la posterior rueda de prensa.

Hacía mucho rato no estaba en una práctica y aunque vi mucho prefiero solo compartir aquello que la prensa ya ha dicho. Noté al profe metido en buscar el orden, en que todos defiendan cuando haya que defender. Vi a los delanteros recibiendo de un medio campo generador y marca mas aplicada, más solida. Un solo gol hubo en la sesión, lo hizo Sand a pase de Benedetti.

Me gustó que se nota que mas allá del sentimiento y la motivación hay un trabajo serio en lo mental y en lo estratégico, hay orden y cada acción se habla, se discute y se revisa. Hay un líder al que atienden, al que siguen.

«Vos paráte acá» le dice a uno de los muchachos. «Si esto pasa, ustedes hacen esto otro» recalca desde la mitad con los 22 jugadores mirando. Son pruebas a su concentración, disposición y entrega tan discutidas el semestre anterior.

«Vení un poco más acá» le grita a otro de los muchachos, mientras reanuda el entreno haciendo sonar su silbato. Así lo hizo un rato, así los fue metiendo en el cuento don Gerardo Pelusso y harta falta que nos hace que se crean el cuento, porque hay con qué y de sobra.

Suena de nuevo el pito. Se detiene el entreno, las miradas al centro, pero sin bajar los brazos. No se ven jarras. La vista es al frente, no al suelo y menos al cielo. Es nuestra realidad, hay que trabajar.

Particularmente revisé el entreno de Abel. El hombre sabe que Rusia está a la vuelta, se entrena a fondo y en la rueda de prensa manifestó su deseo de «arrancar el nuevo ciclo» con toda, ojalá así mismo estén los otros jugadores, que atrás quede esa sombra del semestre pasado, los rumores de falta de unión, sindicatos y hasta indisciplina. Es nuestro momento, salir y arrancar de nuevo, con toda, como espero lo hagamos el próximo 20 de enero en el inicio del Torneo Fox en Bogotá enfrentando a Santa Fe, aunque es pretemporada, sí me gustaría ver ese orden y esa entrega, al menos un poco para quitarnos de encima el recuerdo de ese fútbol del 2017-II y aletar que el Cali, como el Patito feo, aparecerá cuando nadie lo da como candidato a llevarse todo.

Aquí vamos de nuevo, buscando la unión en las tribunas, en nuestro cada vez mas bonito y elegante Templo al rededor de un grupo de jugadores que se saben en deuda deportiva, pero que liderados por el compromiso y profesionalismo de don Gerardo, estoy seguro nos darán más alegrías que molestias.

Hora de abonarse, para estar «Junto al Cali por siempre» con fuerza, como debe ser.

Nos vemos en el estadio, nos leemos por acá

@Germanchos

*Foto: Deportivo Cali

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