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Mario Yepes Deportivo Cali

Mario Yepes recibe a la prensa en El Campín. Poco o nada nuevo se escucha. Continua el discurso, valido y agradecido, de valorar el esfuerzo. Una tibia, muy tibia, autocritica al momento de los jugadores y a la intención y una, ya habitual, ida «por las ramas» para justificar lo injustificable, la tercera derrota consecutiva de un equipo conformado por nombre (y hombres) para no perder.

Nos queda, una vez más y como siempre, la obligación de salir por la victoria solo que esta vez, gracias a la poca producción de los dirigidos por ‘Mabeto’ ya no tenemos margen de error si queremos asegurar un cupo en las finales y, ojo, si queremos seguir avanzado en la Copa Águila, ambos, objetivos deportivos impuestos desde el inicio del semestre y, considerando la inversión, se suponen claros en todo el plantel desde el jardinero hasta el presidente, ¿no?

Ah viejo, pero es que los jugadores no ayudan. Punto número uno. Tenemos una nomina envidiable, seleccionados desde el cuerpo técnico para que, con su experiencia y andar futbolero por mil estadios, trajeran al club esa tranquilidad y jerarquía que le permita a los muchachos (ya campeones de Liga) alcanzar su potencial. Pero no, seguimos con gres o cuatro, máximo, destacados por partido y los otros, los llamados a sumar y mostrarse, se limitan a verlos jugar, comprometer las jugadas y entregar los partidos como Banguero en Manizales, como Aquivaldo en Bogotá y como Abel ante el Medellín. Tenemos buena nomina, hay cambios para controlar o remontar un partido. Hay talento, pero, ¿hay actitud o el deseo de hacerlo?

Los jugadores del Cali, cosa que no es nueva y que no entiendo porqué no la han tratado ya, tienden a la comodidad, a conformarse con poco, a ir por lo básico y, salvo contadas excepciones, a no entregarlo todo en la cancha. Uno supone, porque es así, que dentro de su profesionalismo está eso, el no ahorrar energía, en agradecer sus generosos contratos y los aplausos del hincha con un rendimiento que no deje dudas. Diferente es si se nota el sacrificio, la derrota, dolerá como siempre, pero será manejable y no indignante como la del Campín.

¿Qué será que les falta o sobra? ¿Qué necesitarán para rendir? No es el esquema porque han ensayado varios, no es el estilo de manejo porque han pasado del calor al frío y viceversa. ¿Será la plata? No creo, andan bien pagos. Tan raro, esa falta de motivación o ese conformismo es propio de quien le da lo mismo hacer que ver hacer y esa no es la filosofía ni los valores con los que desde 1912 se fundó y sostiene el Deportivo Cali y que hoy el presidente Martínez seguro se los recordó. Hay que poner, hay que meter y hay que responder al club, al socio, al hincha y a la profesión.

Punto número dos. Mario Alberto Yepes llegó como lo es y será siempre, un ídolo de la institución. De él se dijo en su momento que sería una muy buena opción y que su reconocida capacidad de liderazgo y manejo de camerino sumado a su preparación en Europa y Argentina sería suficientes para, rodeado de Barragan y Hurtado, llegaran a conformar un cuerpo técnico serio y a la altura de uno de los grandes de Colombia y el continente. Recogió lo que el desgaste fisico y emocional de una suma de caídas le dejaron, lo reformuló y con un comité ejecutivo comprometido y creyente, conformaron a este Deportivo Cali 2016-II. No se le negó, hasta donde sé, nada e incluso, en declaraciones a las prensa nuestro presidente Martínez aseguró que «Mario tiene vía libre para trabajar con lo que él determine sea lo mejor» Hoy, ni siquiera 20 partidos después el discurso ha cambiado un poco y si bien el respaldo sigue, ya tiene otro matiz, ya nuestro presidente dice (con justísima razón) algo como esto: “Mario Yepes tiene contrato hasta diciembre de 2017 pero todo en la vida lo manejan los resultados».

Ya nuestro ‘eterno capitán’ no puede salir a esconderse y mucho menos con la nomina que tenemos. Mario, es el momento de exigirle a tus valorados muchachos que vayan por los partidos pero para eso deben creer en vos como crees en ellos. Te deben sentir y saber seguro, decidido, ambicioso. Deben recordar que sos un ganador e inspirarse en eso, no verte con la mirada perdida, agachada esperando que el partido termine. No señor, el miedo es para los rivales, para el Deportivo Cali, para este Deportivo Cali, el tuyo no.

Los resultados te condicionaron y es porque vos mismo lo permitiste Mario. Hay que ganar siempre, no le tengas miedo a si te quemás o no, todos los procesos en el Cali arrancan lento pero dan frutos siempre y cuando sean llevados con inteligencia (mental y emocional) así como con valor, con entereza y honestidad. Tenés equipo, en el banco y en la cancha, apoyáte en ellos, déjalos ser, escuchá y si vas aprender, que sea un proceso nutritivo, no uno destructivo. Estas a tiempo, ahora obligado, pero a tiempo.

Deportivo Cali PalmasecaLa hinchada te va a responder si ve que estás por el camino del bien, por salir a ganar y no a jugar, por respetar la meritocracia del jugador rendidor, no el de cartel. La hinchada sabe de su rol aunque a veces lo interprete mal, la hinchada quiere lo mejor, exige lo mejor (a veces sin poner nada para ello), la hinchada es el punto número tres.

Quedo demostrado, no hacen falta estadísticas, que el hincha del Cali no es propiamente el que más veces vaya al estadio. Pero somos más de 12.000 los abonados, no es despreciable el número. Podemos no jugar a estadio lleno en cada partido pero los que vamos lo hacemos con la fe de que veremos algo más de lo que están mostrando hoy en día. El amor es ciego, pero no tanto.

El hincha es complicado.  A la mayoría de los del Cali los atraen los resultados y son los primeros, vehementemente, en salir a destruirlo todo cuando estos no se dan. Ya se hizo antes, se puede volver a dar. No soy uno de ellos, prefiero construir antes de salir a acabar con todo sin ni siquiera tener claro qué hacer después de verlo todo abajo.

No hay hinchas buenos o malos, simplemente hay formas de sentir diferente, de vivir la pasión y amor por el Cali diferente y de expresar ese amor diferente.

En este momento, así suene romántico y me levanten por las redes sociales aquellos que ni foto ni nombre de perfil tienen, es cuando el equipo, la institución, necesita de sus hinchas. Ojalá vayamos en masa al estadio el domingo a ser testigos del cambio que han prometido los jugadores en la rueda de prensa y que ha exigido el presidente. Vayamos, a mostrarle a Mario que el Cali tiene una hinchada que va más allá de las palabras y que prefiere acciones, que quiere ver goles y fútbol ofensivo, que quiere resultados, no porque sea una obligación sino porque es un deber.

En resumen, necesitamos los tres puntos (del domingo en adelante sin parar):

Punto uno: hinchada a acompañar, alentar para exigir, con respeto y administrando pasión, que los resultados lleguen y que se hagan realidad, en pases, goles y victorias, las palabras de los jugadores. «Hablar mucho no sirve hay que remediar en la cancha«, como Mayer, jugador e hincha,  lo ha dicho y para eso nuestra presencia en la cancha es fundamental.

Punto dos: Jugadores entregados que pueden o no caer derrotados pero que se notará, sin mucho esfuerzo, que dejaron todo en el campo, que no le negaron al escudo una gota de sudor y que cada peso (o dólar) devengado fue trabajado hasta el final. Jugadores que quieran y necesiten ganar, por honor, por orgullo y dignidad. Por amor al Cali, respeto al hincha y sobretodo, respeto a lo que son.

Y, punto tres: un cuerpo técnico sensato, valiente, enérgico, motivador y líder que pueda, con convicción, llevar al Deportivo Cali a lo mas alto, a su lugar natural.

Cali somos uno, que no se nos olvide.

Nos vemos, esta vez  en el Pascual, nos leemos por acá

Germán Salcedo Cajiao

@germanchos

 

Fotos: Futbolred.com y archivo particular.

 

 

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