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Cesar Amaya Deportivo Cali 2016 «Mirá, mirá como corre ese peladito y ahí hay otro. Se metieron un poco a la cancha» le escuché a mi vecina de puesto en El Pascual. El partido frente al Once Caldas, equipo ordenado y complicado, había terminado con una victoria de la cantera azucarera por 1-0 (golazo de Benedetti) cosechando así su séptimo punto en tres encuentros.

Para destacar el empeño y las ganas que le ponen los canteranos a cada oportunidad que el profe Pecoso les da para después, orgulloso, decir «es a lo que me comprometí, trabajar 70% con jugadores de la cantera», gran partido de Hurtado, la entrega de Amaya es impresionante, muy buen juego el de Rivera, enorme partido de Calderón y da gusto volver a ver a Nicolas Benedetti lleno de alegría y confianza.

Vimos en cancha a los tres refuerzos. El paraguayo Godoy con unos buenos 30 minutos, a Bianchi Arce, ordenado y líder aunque todavía luce algo tieso y a Fabian Sambueza corriendo la cancha, perdido por momentos pero claro en otros, sobretodo en la jugada que termina en el gol.

Ganamos, si, por la mínima diferencia pero aunque eso al final es lo que cuenta desconocer que el Once tuvo como anotar al menos una vez es negar lo visto en San Fernando la noche del domingo.

Deportivo Cali Once Caldas Este equipo, el equipo suplente del Cali me gusta. Es uno que sabe que es suplente pero que cuenta con las condiciones para llegar a la titular, por eso cada pelota es luchada, cada metro de cancha devorada y cada gota de sudor entregada. Si, hay errores, unos más notorios que otros, pero es parte del aprendizaje y del ganar experiencia que, con los partidos, sé que llegará y con ella más triunfos. Es, como dice nuestro presidente, el futuro del Cali y que, gracias a Dios, nos esta dando un buen presente.

Del pasado tenemos que hablar, obvio, del juego en La Paz y el desastre. El resultado no da pie para comentario mayor a lo que ya se ha dicho. El preparador físico, el medico y el propio entrenador ya han hablado del tema, aceptado responsabilidades y compartido preocupación. Muchos me preguntaron acerca de lo sucedido, ¿Cómo podés perder así? Hubo, a mi juicio, una mezcla de situaciones y, a pesar de ellas, ninguna excusa.

Jugadores sin experiencia en altura, excesiva confianza, falta de preparación y correcta adecuación física sumado a que, dicen, no reconocieron la cancha. Los jugadores reciben el golpe del compañero que no puede actuar (Sambueza por soroche) y a los tres minutos ya perdés uno a cero. La cabeza no responde, las piernas menos y nos comemos cinco, triste, emputante pero ya pasó.

Hay, de todo lo anterior, algo que va más allá de la altura, la condición física y la desconcentración. Es, basicamente, una inquietud. Todo el tiempo previo al encuentro se habló de ir a La Paz a jugar «de manera inteligente» y que en ese sentido se plantaría un partido de bloque de ataque y defensa en donde la tenencia de la pelota sería el arma para lograr sumar. Viejo, no lo vi. El gol tempranero lo desbarató, no lo sé, lo cierto es que no se hizo nada de lo dicho, eso, además del gol diferencia me inquietan pero no lo suficiente para dejar de creer.

Debemos ser inteligentes, hay puntos sobre la mesa y debemos ir por ellos, no por algunos, por todos si queremos seguir vivos en la Copa Libertadores. Viene Racing, viene Bolívar y vamos a la Argentina. Ya no tenemos opción diferente a sumar en todos y cada uno de esos juegos y esperar, con fe, a que entre ellos vayan cediendo terreno. Van dos juegos, si, hay con qué, obvio, pero no podemos seguir en eso de hablar mucho y no aplicarlo. Debemos ser inteligentes.

Menos mal al equipo «muleto»  los periodistas/empresarios lo dejan trabajar (a veces) sin buscarles escándalo o hacerles show. Esos muchachos dicen lo que tienen que decir con la camiseta empapada en sudor al final de un partido, con errores si, pero dejando la piel en cada balón, corriendo cada pelota y, sin importar quién o qué, hacer valer el hecho de que son Deportivo Cali, que nos representan y lo hacen con orgullo.

Sé que Pecoso comparte lo anterior, lo dijo recientemente, para él los jugadores se miden en sacrificio, entrega y profesionalismo, no en nombres o eco. Se miden en resultados, en trabajo y, de acuerdo a lo manifestado por el entrenador, tiene 36 jugadores así. Muchachos, que se vea. Insisto, lo saben, hay con que, es hora de creer, de no parar de hacerlo y mostrarlo.

Deportivo Cali Pascual Guerrero 2016

«Mirá, mirá como lo abrazan» continuaba diciendo la señora de la silla de arriba. Los niños son espectaculares, sin importar nada saltaron al gramado y sin violencia alguna abrazaron a los jugadores del Cali y al Pecoso, ese amor, esa pasión, esas ganas de estar con sus ídolos es pura; lejos de las envidias y cizaña de otros «hinchas» que solo esperan una caída para aparecer, para tristemente, celebrar no sé qué. Hombre, cómo dice Cata, de la familia verdiblanca, «recapaciten» otros equipos necesitan ese tipo de aliento, lo reclaman, el Deportivo Cali ya no.

La señora de la fila de arriba le decía a su pareja: «Lo abrazan y saltan con él, armaron una fiesta los niños con el Pecoso» sin salir de su asombro. La gente salió contenta, hubo que sufrir un poco pero sacamos el partido adelante. Un triunfo necesario para la confianza, para el trabajo, para los muchachos, para la hinchada y para todos.

No estamos para divisiones, no estamos para envidias, no estamos para odios, al contrario, debemos ser inteligentes y rodear al equipo. Los malos partidos no se olvidan, se llevan en la cabeza, pero no para generar desconfianza, sino para alimentar el valor, para salir adelante, para levantarnos e ir por todo, contra todo.

Nos vemos en Palmaseca, nos leemos por acá

Germán Salcedo Cajiao

@germanchos

 

*Fotos: Futbolred.com, Deportivocali.co y Alejita Girón (@alejita_giron)

 

Nota acerca de jugar en El Pascual: Gracias por todo y por recibirnos siempre, pero ahora nuestra casa es otra, es Palmaseca.

Nota acerca de la invasión: Dimayor espero la multa, como en otras canchas sucedió, pero no la sanción. Esa no.

 

 

 

 

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