Es imposible no despertarse con una sonrisa en el rostro, una mirada al cielo y alegría en el corazón. Es imposible no imaginarse un Atanasio Girardot repleto y es inimaginable pensar en un ambiente de final mejor que el que se vio el partido pasado ante Millonarios. ¿Se viene la sexta?
Eso se vio en el ‘Coloso de la 74’, una final adelantada entre dos equipos que batallaron como guerreros hasta el último minuto, dos grandes el fútbol colombiano. El partido comenzó inclinado para el lado azul, ‘los embajadores’ dominaron el balón y, aunque Robayo estaba perdido, otros jugadores como Jhonatan Estrada estuvieron a cargo de la creación y ‘Manga’ Escobar parecía intratable con la velocidad que lo caracteriza, toda una culebra.
Pero Medellín se fue replegando bien, con buenas transiciones que hicieron olvidar la ausencia de Daniel Torres y con una linea defensiva que, aunque se veía débil cuando la encaraban, estuvo muy atenta en los anticipos y en el fútbol aéreo, por donde Millonarios también lastimó. El partido no tuvo un claro dominador, un momento Medellín mostraba un buen fútbol de toque y movimiento y al otro minuto Millonarios dominaba el balón y parecía que el rojo nunca podría quitárselo.
Pero la lámpara se encendió, Marrugo filtró un balón con su habitual magia a Leonardo Castro que, en esta ocasión, sirvió de asistente para que Hernan Hechalar, quien no venía en buen nivel, anotara de palomita el gol que definió el partido.
De ahí para adelante todo fue fútbol puro. Buenos toques, excelentes atajadas, grandes remates y gambetas que están aseguradas cuando en un lado tienes a Andrés ‘Manga’ Escobar y Jhonatan Estrada, y por el otro lado están jugadores como Marrugo, Macías y Marlon Piedrahita, que fue uno de los puntos altos del equipo.
Medellín termina dejando buen sabor, excelente rendimiento y una curva ascendente que hace soñar con hacer unos buenos play-offs. Solo queda soñar y mantener la calma y la humildad, no hemos ganado nada y comenzamos desde cero con equipos que hicieron torneos más deficientes y que lograron clasificarse hasta la última fecha; la injusticia de la fase final del fútbol colombiano.
LA HINCHADA, PUNTO APARTE
En la Avenida Centenario siempre están algunos hinchas esperando la llegada del bus poderoso, pero lo que se vivió ayer fue un ambiente digno de una final y sin precedentes. Toda una hinchada volcada a la carrera 74 para recibir a su equipo con bengalas, extintores y mucho aguante, un espectáculo total.
39 mil personas sin contar cortesías fue la asistencia al Atanasio Girardot, lugar donde el ‘equipo del pueblo’ comenzará a partir del domingo a labrar su camino a la anhelada sexta estrella.
Quedan seis finales, seis partidos que se deben jugar con alma y corazón para poder lograr la sexta estrella, esa que ha sido esquiva en tres oportunidades y que otra vez la podemos sentir, la podemos oler. Son seis partidos en los que el DIM debe mostrar su casta, su garra y su jerarquía, la cual ha mostrado en su estadio donde solo perdió un partido de los diez disputados.
Muchos sueños, mucha esperanza y mucha felicidad genera este Medellín.
Fotografías: Facebook: Es Muy Bonito Es Muy Hermoso Ser Un Buen Hincha del Campeón
Sergio Ruiz
@SergioRuizL
Creo que a los play-off llega la mejor versión del equipo; a pesar de un par de bajas por lesión o por convocatoria a selección, el equipo llega en una curva ascendente de resultados. Me preocupó un poco el tono de Leonel en la rueda de prensa y las consecuencias que pueda tener en el grupo lo de Castro. También habría que consolidar a algunos jugadores en sus posiciones, para evitar el mal de las «rotaciones»: ¿quién es el lateral por izquierda para estos juegos? ¿Tipton o Macías? ¿Cuál va a ser el remplazo de Torres? ¿Va a jugar siempre Parra? ¿Qué pasa con Cabezas y Didier Moreno? De todas maneras es mejor que el problema sea tener muchas opciones que no tener ninguna, pero hay que ir consolidando una nómina para las finales.
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