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Fotografía: DIM-Oficial Deportivo Independiente Medellín controlaba el partido ante Fortaleza después del gol de Leonardo Castro, tocaba el balón y mostraba, tal vez, su mejor cara en todo el semestre. Llegó un mágico pase del siempre crack, Marrugo, a John ‘Goma’ Hernández, quien cruzó el balón al área y, sin dejarla caer, Juan Fernando Caicedo mandó a guardar el balón en el ángulo derecho de la portería norte.

Caicedo, el resistido por tanto tiempo, corrió a la cámara, saludó a su recién nacido hijo y a su mamá, luego, salió corriendo al banco de suplentes y se unió en una rueda de abrazos de todos aquellos que esperan su oportunidad en esas frías y acolchadas sillas. Caso igual con el tercer gol de Marrugo, otra jugada elaborada con pase de gol de ‘Goma’ y una definición cruzada; Cristian Camilo fue al banco y se abrazó con todos sus compañeros.

Muchos podrían pensar en estos abrazos en algo parecido al beso de Judas a Jesús, esos abrazos sarcásticos y no reales que los suplentes le dan  los titulares, sabiendo que siempre están esperando su caída para tener la oportunidad de entrar al campo de juego. Pero es algo distinto, en este caso sí es un abrazo de hermandad, de amor, de apoyo.

Que los jugadores del banco se abalancen sobre los autores del gol y demás compañeros es una muestra de unión, de cariño. Recuerdo ese momento en el que Caicedo falló un penal en el 2015-1 en las finales, salió llorando y en la zona de suplentes solo recibió consuelo por parte de la ‘Goma’ Hernández. Ese apoyo del banco es vital, y aquí está Caicedo, 6 goles en este torneo y jugando en su mejor nivel.

Si el que está detrás de tu puesto, el que espera que falles para mostrarse, el que también quiere jugar, si ese celebra un gol contigo, eso es amor, eso es cariño. 13 de 15 puntos posibles es una muy buena marca, llega el Medellín a la tercera posición y sueña con terminar las fases definitivas en casa, como debe ser.

No quiero decir que todo esté perfecto, pero debemos reconocer también lo bueno, el Medellín se jugó su mejor partido en este semestre y se metió en el grupo de los cuatro primeros, algo que hace algunas fechas no parecía posible gracias al triste juego del Medellín. El factor determinante, para este servidor, es el momento de Arias, Hernández y Torres, además de la pareja de delanteros que están haciendo estragos.

Se viene un clásico muy difícil contra el líder, Atlético Nacional, el eterno rival. Si derrotamos a Nacional y Millonarios no puede obtener sus tres puntos, volvemos a ser líderes y estaríamos, más que nunca en lucha por el campeonato.

 

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Sergio Andrés Ruiz López

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