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Como el arriero de las viejas rutas antioqueñas que fueron forjadas por las legendarias mulas, como el hijo pródigo, Medellín volvió al triunfo después de más de un mes sin ganar y revivió las esperanzas de los aficionados del soñado bi campeonato.

Christian Marrugo, un ídolo más. Fotografía Cultura DIM

El Deportivo Independiente Medellín comenzó a recomponer su camino después de la esperanzadora victoria ante Once Caldas en su propio estadio y que significó subir provisionalmente algunos puestos en la tabla, pero más importante es que el Medellín queda dependiendo de su propio resultado ante Boyacá Chicó el próximo fin de semana.

El partido fue interesante, el comienzo arrollador del Medellín fue digno del campeón de Colombia, el que debe salir a jugar y proponer en todas las canchas del país. La séptima se puede dar. Los goles de Mauricio Cortés y Christian Marrugo, como siempre cuando lo necesitamos, le dieron un aire al ‘Poderoso’, que parece acariciar la clasificación en su totalidad y esperanza al público con una nueva conquista.

Tampoco se puede ser ciego, Medellín sigue teniendo un problema de definición tremendo, parece una maldición, y debe pulir ese aspecto si espera repetir corona en este torneo. Además, siguen jugadores como Luis Carlos Arias en un bajo nivel, junto a ‘Goma’ que en este caso fue al banco y cabe resaltar la desgraciada lesión de Sebastián Macías, que me parece que brinda más seguridad que Valencia en esa banda.

El funcionamiento en general fue bueno, aunque el segundo tiempo se volvió a ver un equipo lento en el cual la posesión de pelota no parece ser más que un adorno, el buen primer tiempo y el ímpetu con el que se buscó el marcador queda como recordatorio de cómo se debe jugar si se quiere ser campeón e ilusiona con una subida del nivel de varios jugadores, como Piedrahita.

Contra Chicó hay que sacar un rótulo gigante que diga «SOMOS EL CAMPEÓN DE COLOMBIA», y al descendido boyacense hay que hacerle sentir el rigor del mítico Atanasio Girardot, donde tenemos que sellar nuestra clasificación, y que la victoria significaría un gran avance en la búsqueda del subestimado pero siempre importante «punto invisible». Hay que ganarle al Chicó, sí o sí.

En caso de ganarle al Chicó y sacar un buen resultado en Bogotá, el equipo entraría en una curva ascendente vital para los cuadrangulares y la esperanza crecería cada vez más y más en el Medellín, porque como siempre se ha dicho, este tipo de torneos no son de cómo empiezan, es de cómo se termina.

 

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Sergio Andrés Ruiz López

(Me parece feo hacerse auto proclamaciones, o hacer como la mamá cuando le reprocha al hijo : «¡Le dije! Así me siento con este Medellín, siempre pensé que para la liga colombiana se tienen muchas oportunidades y que para la Suramericana estábamos cortos, como se terminó viendo).

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