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No pudo ser mejor cierre de este Campeonato para los hinchas de Junior que este partido contra Millos (los Blues) jugado en una tarde sabrosa, alegre, de grandes expectativas en el estadio de la calle 57 entre las 24 y la NQS, en Bogotá, a una temperatura de 14 grados C.
Da gusto congraciarse con Cheché pues mostró respeto, ética y madurez al no poner una nómina de segunda. Aprendió Cheché que una afición, una ciudad y una insignia no deben ser mal interpretados para darle paso al manoteo; es una actitud inteligente que se valora mucho Cheché. ¡Eso es competencial!
Te recomendamos que en el Metro refuerces y trabajes aún más la defensa pues si bien ha mejorado, hay problemillas, los de siempre claro, cuando hay despejes hacia el frente que pueden ser obsequios para los rivales.
Me gustó la madurez del equipo para moverse en su medio y ofensiva. Wlado como Gio suelen ser amigos que necesitan encontrase más, aunque estén por escenarios distintos. Ruíz sigue siendo explosivo y sorpresivo y su mejoría es tal que los avances, los fluidos de los Tiburones muchas veces lo tienen a él de protagonista.
Junior le jugó en segunda persona a Millos y éste demostró su gran avance futbolístico, pero no pudo con Junior y ambos nos brindaron un gran juego.
Los Blues hoy estuvieron como siempre aguerridos y echados para adelante. Millos tiene unas ganas de hacer gol en cada partido que genera preocupación pues Robayo (que las ganó todas ante Gio), Mosquera y Toloza (que se mostró muy delicadito, lo «miraban» y de una para el piso) son trombas azules que nunca cesan de atacar.
Páez ¿qué le hizo a este Millos? ¿Será la tendencia de un venezolanismo style que ha caído por estos Andes?
Millos será, si pasas sus rivales de iniciación, un hueso muy duro para este Junior; a su vez, nuestro Fader lo será también.
Junior hoy en El Campín con excelente asistencia de fanáticos, mostró su categoría, jugó bonito, nunca fue confuso y jamás mezquino. 
Junior podría mejorar si sus atacantes se preparan creo, filosóficamente, pues es la contundencia ante los arcos rivales unos de us grandes objetivos para corregir. Es conceptual de pronto esa falencia tiburona; el asunto es de enseñanza y por qué no de teoría futbolística, esa que nunca falta.
El amor por nuestro Fader cada día se acrecienta pues la alegría ha vuelto a las mesas de los hogares barranquilleros, a los corazones de los curramberos y sobre todo, a toda Colombia pues hay que sentirse muy contento ya que Los Tiburones están signando el fútbol grande.
Como nota muy especial, agrego que el árbitro pintó a Junior de amarillas pendejas, innecesarias, las cuales hacían presentir que estaba del lado de Millos. Afortunadamente todo cambió pues los jugadores BLUES como nuestros tiburones rayados se preocuparon más por el fútbol que por pararle bolas al pitoman.
Chulespe volverá.

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