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Un juego difuso
para Junior en el primer tiempo (por grandes momentos pálido y muy enredado) y
Santa Fe decidido, dominador del toque y del medio campo. Junior se le avivó a
Santa Fe -perdedor-, porque no supo leer las redes tiburones que le anclaban su
ofensiva de pescador embobado por el calor fiestero de curramba y armado con
anzuelos de picardía y velocidad marina.

            Técnicos los defensas cardenales González
-qué buen jugador-, Nájera y Delgado que formaron el bloque que le impidió a
Junior concretar goles la mayor parte del partido, en especial el primer tiempo
porque todas las pelotas no visitaban con peligro a Julio. La encerrona que le
armó Santa Fe a Junior fue vital para enredarle la vida el primer tiempo pero
hasta ahí; sólo fue eso porque jugar en Quilla
tan inocentemente como lo hizo el equipo cardenal, es salir perdiendo.

            Junior dejó que los rojiblancos santafereños
hicieran el gasto y terminaran rendidos hasta el agote no sólo físico, técnico
y estético, sino estratégico, porque las filas las subían y le apretaban la
garganta a Junior y éste, de contragolpe, los atacaba y ahí, por ese medio,   Junior se le vino encima a santa Fe y por las
puntas, jugando fácil porque alimentaba pelotas Giovanny y Cici, y Teo y Ruiz
centraban y rotaban los delanteros y al mejor estilo de basquetbol le aplicaron
la muerte. Unas veces los medios Gio y Cici eran delanteros y los delanteros
Teo, Yañez y Ruiz se convertían en medios, y rotaban y a veces eran cuatro
atacantes y de pronto cinco y así canastiaron la defensa cardenal.

            Comesaña,
óyeme: así es que se juega… espero seas consistente, coherente de local como
de visitante. Felicitaciones por el manejo del partido;
es pura sencillez penetrante. Supiste maniobrar a un Santa Fe, creyente
de Semana Santa que podía comer pescado gratis.

            El cuento se le volteó a Santa Fe
por insistir en un esquema repetitivo que Junior le adivinó, o le leyó, así la
fiesta fue para Curramba: Junior se impuso con viveza y picardía; la fiesta del
toque con Ciciliano con su melena invisible le hacía juego al Pelo
e´perra
de Giovanny… y Jaramillo un guerrero, y Teo «Guty» jugando como
un caballero slider entre los bloques
de tres y, a veces, de cuatro defensas cardenales… y contrariamente Yañez
perdido, acorbadado y despistado, pero pensando bien, mamando gallo también es valioso porque arrastraba y distraía
marcas.

            Junior se impuso porque el Metro era
una fiesta de colorido hermoso y porque supo leer el partido, porque atribuyó
estrategias sudorosas en punta y con rotaciones de poder variativas que
confundían la estabilidad rígida de una defensa que jugó en bloque con poca agudeza
firme y de baja insistencia.

            Santa fe hizo el gasto en un 70% y
Junior se lo ganó desde un 30% con inteligencia, con localía y con contragolpes
que descuadernaban a Santa Fe porque éstos, subían y bajaban frustrados y
desordenados a defenderse de los alegres y técnicos tiburones… y el calor los
lentizaba y porque un equipo que llega a Barranquilla a imponerse, tiene que
tener buena gasolina y oxígeno de reserva para aguantar las embestidas y los
aletazos tiburones porque si no, los goles terminan cantados en las tribunas
locales rojiazules. Y sobre todo, debe llevar a Barranquilla estrategias
variadas y no juego estático y de bajo perfil argumentativo.

            Un
detalle que me parece barro: la discusión con énfasis de «ruego» por parte de
Teo hacia Ciciliano por la cobrada del penalty. ¿Es el entusiasmo del juego? Pero
la actitud de firmeza y terquedad por cobrar el penalty, hizo -contrariamente-,
hablar bien de Cici, significa que el
«man
de la melena invisible» siente la
identidad barranquillera y que era su noche, que se la debía a los junioristas…
al fin y al cabo, Teo, comprendió y comprenderá que a él, le quedan muchas
tardes, noches y días de jolgorio con Junior
.

            Con Envigado, creo que partiremos
con la convicción de ganar y de hacerlo bien.

¡Ah! se me olvidaba: retórica  es engaño, manipulación. En el juego se utiliza demasiado. Y Junior dio la impresión que estaba desordenado y enredado y Santa Fe creyó en eso, y terminó en los dientes tiburones. El pez se comió al pescador.

 

¡Buena esa
Junior!

Chulespe
volverá.

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