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Mala definición y malos cambios.
¿Mal juego? No. Millonarios F.C. jugó muy bien ante Atlético Nacional y, contrario a lo que
dijo Pezutti, gran arquero pero mala persona, disputó el partido de
igual a igual. Se viene Envigado.

Ganó el equipo que metió los goles, el que aprovechó las opciones que tuvo y el que supo sacar el mayor provecho de las debilidades de su rival. Así de simple.

Perder ante los verdes nunca será agradable. Terminado el partido -cuando la Policía impidió durante más de 45 minutos que todos los asistentes a las tribunas de oriental salieran pacíficamente del estadio, afectando a cientos de niños pequeños, mujeres y ancianos-, advertí que en la hinchada hay tranquilidad respecto a lo que pueden ser las próximas actuaciones del equipo.

Como lo comentábamos hace unos días, el remate del torneo, en partidos ante equipos de gran presente futbolístico, serán un gran termómetro para Millonarios F. C. de cara a las finales. Y aunque el primero se perdió, el equipo tiene con qué pelearle a cualquiera. Cinco opciones claras de gol desperdiciadas y tres opciones espectacularmente salvadas por el portero rival, así como un fútbol sólido y colectivo que se vio en algunos pasajes del partido, dan cuenta de eso.

Toloza y Carpintero generaron opciones y remataron al arco. Candelo puso la pausa y generó fútbol. Rodríguez quitó y puso algunos balones acertados. Ortíz, cumplió su función de quitar balones, pero se vio desbordado. Vásquez, sobre todo en el primer tiempo, ayudó a empujar hacia adelante.

¿Qué pasó entonces? Que Nacional supo adaptarse al partido con los cambios que hizo. Millonarios no. Forzado por la lesión de Mera (¿se precipitó Páez al alinearlo el domingo?), el técnico mandó a la cancha a un Saa lento, dubitativo y nervioso, que se encontró en defensa con otros dos jugadores que tampoco son titulares, o no juegan habitualmente en la última línea: Henríquez, aunque rápido, no puede jugar por dos; y Mosquera, que sirve para atacar, pero no para defender; y cuando lo ponen a marcar punta no hace ni lo uno ni lo otro.

El siguiente lío fue la exclusión de Mayer Candelo. ¿Lento? Sí ¿No ayudó a marcar? No. Pero estaba poniendo buenos balones y la ira que despertó el cobro del penalti al final del primer tiempo era garantía de faltas para tiro libre. A eso se sumó que Jefferson Angulo no brilló como en partidos anteriores.

Y, en el último tramo del partido, con el rival encima, Páez, como él mismo lo reconoció, decidió «jugarse el todo por el todo», vencer o morir, sacando a Omar Rodríguez para meter a Tancredi. Desde ahí Ortíz se quedó sólo y el equipo contrario llegó con facilidad al arco. Pocos minutos después el partido se puso 2-1.

Dentro de todo este balance Nelson Ramos merece una mención
especial. Independientemente del resultado, tuvo voladas espectaculares que
evitaron una caída peor. En el penalti -después de verlo el TV reconozco que sí existió- hizo lo mejor que pudo. Y en el segundo gol el desorden de la
defensa lo hizo lanzarse erróneamente. Su liderazgo va en alza y es innegable titular y referente.

Agrego este párrafo por sugerencia de Diegofrg12, quien pregunta por el penal que le pitaron a Millonarios. A mi juicio, hay carga desde atrás. Pero otras personas que estaban a mi lado dicen que no fue… Le voy a Millos y el penal obviamente celebro que lo piten. Pero francamente es de esas jugadas que como puede que te piten, puede que no. No fue un penal claro como el que cometió Mera.

Si algo dejó en claro el partido del domingo es quiénes son los titulares y quiénes son los suplentes. Las ausencias de Robayo, Domínguez y Cichero pesaron enormemente.

El próximo sábado Millonarios tendrá que buscar un resultado positivo ante el Envigado, en una plaza complicada pero que le ha dado satisfacciones al equipo en años pasados. El reto está en convertir en goles, en tres puntos, ese potencial tangible que muestra Millonarios.

Domínguez y Cichero regresarán. Este último, discutido por mí en un principio, hace falta y se complementará bien con el rápido Henríquez, pues Mera estará por lo menos tres fechas fuera de las canchas. Robayito tendrá que pagar una fecha más de suspensión, por lo que Rodríguez seguramente estará en la titular nuevamente.

Ahí está el equipo, ahí está el fútbol. Ahora hay que meterla como se venía haciendo.

Y la hinchada sigue aquí. Incondicional. Del lado del más grande. La del domingo, aunque dolorosa, es apenas una batalla. El azul no afloja ni es exitista. Aquí estamos con la camiseta puesta.  

 

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Aprovecho para hacer un comentario sobre la generalizada inconformidad por la logística en el partido del domingo.

Qué bueno que en Bogotá a las hinchadas visitantes sí se les trate con respeto. Aquí sí pueden ver el partido completo. Aquí las autoridades sí les garantizan derechos. Qué bueno. Sin embargo, eso no puede ser patente de corso para que la Policía, por tres mil personas, le haga la vida imposible a 23 mil. O las trate como potenciales delincuentes.

Dos filas para ingresar a todas las ubicaciones, con gente colándose, con desórdenes, ante la mirada impávida, casi burlona de policías bachilleres hablan muy mal del operativo.

Y más de 45 minutos de bloqueo en la salida, sumados al cierre de calles para quienes portaran la camiseta de Millonarios, cuando ya hacía mucho rato los hinchas del verde se habían ido, es un irrespeto con la gente que va a ver fútbol.

El agradecimiento es infinito con las autoridades. Gracias en serio por brindarnos seguridad durante el espectáculo. Y su labor es necesaria como pocas. Pero el sentido común y la decencia no riñen con nada. Punto para tener en cuenta.

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¿Cómo ven al equipo para el sábado a las 6:20 p.m. frente al Envigado? ¿Cuál es su once titular? 

¡Sus comentarios, como siempre, son más que bienvenidos!

Un saludo muy especial a los hinchas de otros equipos que comentan en este blog. Este también es su espacio, todos somos hinchas del fútbol.

 

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Nos vemos en  Twitter

 

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