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La derrota de España en la final de la Copa Confederaciones fue para muchos la señal de que el ciclo de esta generación está por agotarse. ¿Es realmente así? ¿Habrá España para rato?

Hasta el mismo momento que Cesc Fabregas pateó el quinto penal que eliminó a Italia en la Eurocopa del 2008, la Selección Española era considerada cómo un equipo de segundo orden, que apelaba a «la furia» cómo único argumento para buscar la victoria y que su rol en el mundo del fútbol estaba destinado a organizar la liga de las Estrellas. Pero de un momento a otro y gracias a ese penal, todo se trastoco y el orden de las cosas acostumbrado a mitos cómo que Brasil es el «jogo bonito» o «el fútbol es un deporte de 11 contra 11 en el que gana siempre Alemania«, sufrió un cambio abrupto al que no estábamos acostumbrados.

Ni los mismos españoles creían en que eso fuera posible. La selección les estorbaba. Estaban acostumbrados a una Liga en la que lucían las grandes estrellas mundiales y en la que los españoles eran complementarios. Cuando se paraba el campeonato, veían a una selección que ganaba en primera ronda y luego caía con algo de mala suerte con un equipo superior. Pero llegó Luis Aragonés, acabó con los egos en el equipo -sacando a Raúl y Morientes- y le apostó a un estilo que no tenía ni siquiera el Barcelona, ya que Guardiola asumió un mes después de la Euro. Ahora los españoles con algo de razón y prepotencia, se creen los mejores porque ganaron todo y cómo cuando surgen nuevos ricos, los envidiosos buscan la manera de cuestionarlos y criticarlos.

Cuando España eliminó a Italia de la Euro decían que una cosa era sacar a una Italia vieja en los cuartos y otra ganarle una final a Alemania. Sin embargo, ganó la Euro. En el Mundial de 2010, decían que una cosa era el Mundial y otra la Euro y que iban a decepcionar, más cuando perdieron el primer partido. Maradona llegó a decir, en pleno campeonato, que «si el fútbol se jugará hacia los costados, España ganaría 10 a 0». Sin embargo, gano el Mundial y muchos nos deleitamos con su juego. No obstante, algunos dijeron que ganaron todos sus partidos por un gol, que Casillas los salvó en la Final, que Ronaldo en un mundial (el del 2002) hizo los mismos goles que «la roja» y que sin ganarle a Brasil, la Copa no valía.

Tres años después de ser el octavo ganador de una Copa del Mundo, «La Roja» sigue liderando el ranking FIFA, ganó una Euro caminando y llegó a la Final del Maracaná, de la única copa que le falta ganar. Sin embargo y sobre todo en Sudámerica, cuesta colocarla en la élite mundial. «Si le sacan los extranjeros, su liga es horrible, no tienen recambio. Ellos tienen un Mundial, nosotros dos«, dice Óscar Ruggeri. Por su parte Scolari, antes de la final afirmaba que «La selección española ha jugado bien, bonito y ha ganado. Pero es una generación que se acaba en dos años, no se olviden, porque los más jóvenes no tienen el mismo estilo. Nosotros somos pentacampeones y seremos locales«.

El estilo, el bendito estilo, es lo que más se le alaba y se le critica a España desde Sudamerica, quizá porque Brasil hace rato apostó al tacticismo en detrimento del «jogo bonito» y Argentina, con pocos argumentos tácticos (Basile, Maradona y Batista de DT) siempre apela a que la salven las individualidades (Lionel Messi). Sin embargo a España se le cuestiona que juega lo mismo, que ya le están agarrando la mano y que no tiene «plan B». Quizá este argumento es razonable. Pero no hay que olvidar que el Mundial lo ganó con un solo delantero, que en la final de 2012 arrasó sin un 9 (jugaba en esa posición Cesc Fabregas) y que contra Italia, Del Bosque puso a Javier Martínez de nueve. Variantes no le faltan.

Es cierto que son cinco años más viejos y que la Selección Española debe hacer unos retoques pensando en el futuro y que ya los rivales saben jugarle. Pero por un partido no hay que decir que este equipo que ya lleva 5 años en la élite, está acabado. Por suerte son conscientes los mismos españoles. Sergio Ramos dice que «alguna vez había que perder y que no son unas máquinas» e Iker Casillas dijo «que hay que hacer variantes, agregar a algunos sub-21, pero que no hay que volverse locos que la revancha vendrá el año que viene». La derrota de la Confederaciones de 2009 le sirvió a España para cambiar e hizo que Del Bosque llevara a Pedro, Piqué y Busquets a la Selección.

Los grandes equipos de la historia -Brasil 70 y Holanda 74- duraron seis y siete partidos. España lleva 5 años en la élite y todavía es cuestionada. ¿Fin de ciclo? Dificil, ya que España sigue siendo campeona de Europa Sub-21, y es candidata a ganar el mundial sub-20, con jugadores de buen pie que apuestan al fútbol ofensivo cómo Isco, Morata, Jesé, Thiago y de Gea. Sólo habrá fin de ciclo, si España de buenas a primeras desmonta lo que hizo en 5 años y vuelva a apelar a la furia y no al fútbol. Colombia hizo algo así, acabó con todo lo que hizo en once años gloriosos que la llevaron a tres mundiales y todavía lo está pagando, más allá de José Pekerman.

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