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En varias entregas de este blog he planteado que la lesión deportiva es un asunto frecuente en el fútbol, es casi inherente a su práctica, porque exige movimientos rápidos, giros, saltos y porque implica contacto directo con el adversario.

Sin embargo varios científicos del deporte a nivel mundial se han dedicado a recopilar y analizar la estadística de las lesiones, allí puede encontrarse gran parte de la explicación de porqué tantas lesiones:

Un niño comienza su práctica de fútbol recreativa desde los 5 o 6 años de edad, pero si quiere convertirse en profesional a los 11 o 12 años debe estar inmerso en un esquema de entrenamiento de élite definido por un volumen de práctica de 412 horas al año, un volumen de partidos que alcanza las 160 horas al año y un volumen de competencia oficial de 67 horas al año, según los datos publicados en el libro Science and Soccer: Developing elite performers, basado en estudios realizados en países con diversas metodologías, Portugal, México, Brasil y el Reino Unido.

Se plantea que después de 10 años de práctica el jugador debe acumular un promedio de 4.553 horas de juego.

Los jugadores que son desechados en el camino hacia el profesionalismo alcanzan en promedio 3.581 horas de práctica. Quien desee alcanzar la maestría deportiva y competir con éxito en las ligas europeas tiene que acercarse a las 10.000 horas de práctica, son datos que ya están medidos e identificados por la ciencia del deporte. En términos simples: Si quiere ser el próximo Cristiano Ronaldo o Messi, aparte de tener la genética apropiada, debe practicar – jugar 10.000 horas de fútbol.

El fútbol de elite de hoy exige que el balón sea disputado con la misma intensidad en el minuto 6 y en el minuto 96 de juego. Por esa razón los clubes profesionales realizan entre 5 y 6 horas de entrenamiento por día, divididos en 1, 2 y en algunos casos excepcionales en pretemporada de 3 sesiones al día, sumados a las sesiones en gimnasio y de preparación general. Las jornadas de entrenamiento se dan durante 5 a 6 días por semana.

A manera de ejemplo un club español debe jugar entre 70 y 85 partidos en el año para cumplir con el calendario que implica La liga (38 partidos), la Liga de campeones (13 partidos), Copa del rey, Supercopa de Europa y el Mundial de Clubes, a esta cifra se puede agregar los partidos que desempeña el jugador en su selección nacional y los juegos de exhibición.

En el fútbol se ha diseñado un sistema para determinar la incidencia de lesiones y consiste en tomar grupos grandes de jugadores y cuantificar el número de lesiones que presentan por cada 1.000 horas de exposición a la práctica.

De esta forma se ha determinado que mientras que existen 3.6 lesiones por cada mil horas de entrenamiento, la cifra aumenta a 41.7 lesiones por cada 1.000 horas de competición de acuerdo a un estudio realizado en 728 jugadores de 16 clubes de la primera división española. Esto muestra que el riesgo de lesión es 12 veces mayor en un partido que en un entrenamiento. La incidencia de lesión en competencia aumenta a medida que avanza la temporada.

Las lesiones más frecuentes se dan en miembros inferiores y por sobreuso, el tiempo de recuperación promedio está en 1 semana pero puede variar entre 1 día y 6 meses.

En un estudio realizado en la liga Holandesa, el 62.7% de todos los jugadores profesionales experimentó una lesión durante la temporada, el diagnóstico más frecuente fue lesión musculotendinosa en el 32.9% de los casos y el promedio de recuperación para lesiones que afectaban la rodilla estuvo en 45 días.

Otro estudio mostró que los jugadores que realizan dos partidos en un período de 4 días presentan 25.6 lesiones por 1.000 horas, y los que juegan 1 solo partido en 4 días 4.1 lesiones por 1.000 horas.

Estas cifras nos muestran el panorama de exigencia actual, y la conclusión a la que se ha llegado es que debe hacerse todo lo posible en términos de prevención y de recuperación para evitar la lesión por sobreuso.

Entre las estrategias planteadas está limitar el número de partidos para cada jugador, el uso del frío (sumergirse en agua con hielo después de los partidos), el uso de prendas de compresión durante las 12 horas posteriores al juego y estrategias nutricionales encaminadas al restablecimiento de los niveles de glucógeno muscular.

Fuentes:

  1. Epidemiology of injuries in First Division Spanish football Javier Noya Salces, Pedro M. Gómez-Carmona, Luis Gracia-Marco, Diego Moliner-Urdiales, Manuel Sillero-Quintana. Epidemiology of injuries in First Division Spanish football. Journal of Sports Sciences, 2014; 32 (13): 1263
  2. Injuries in Professional Male Soccer Players in the Netherlands: A Prospective Cohort Study, Janine H. Stubbe, PhD,*‖ Anne-Marie M. C. van Beijsterveldt, MSc,† Sissi van der Knaap, MSc,* Jasper Stege, MSc,*Evert A. Verhagen, PhD,‡ Willem van Mechelen, MD, PhD,§ and Frank J. G. Backx, MD, PhD†J Athl Train. 2015 Feb; 50(2): 211–216.

Edgar Galeano MD.

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