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En diferentes entradas de este blog se han mencionado las lesiones inherentes a la práctica del fútbol y cómo los deportistas aficionados pueden beneficiarse de tecnologías y tratamientos desarrollados en el deporte de rendimiento; también se ha planteado que debe realizarse una labor preventiva para disminuir la incidencia de lesiones.

En el deporte de Alto rendimiento se manejan presiones de orden socioeconómico que obligan al atleta a moverse en el tope de sus posibilidades fisiológicas y por ende al borde de la lesión, allí el objetivo primordial es el resultado deportivo y el grupo médico se encarga de proteger la salud del atleta e incrementar su desempeño.

Para el resto de la población el fútbol debe ser una fuente de diversión donde confluyan los ideales deportivos, la equidad, el derecho a la participación, la sana competencia y también la puerta de acceso a la actividad física para las personas, sin distinción de género, edad, raza o condición social, en la simpleza de sus normas está su fortaleza y en la universalidad de su lenguaje radica su atractivo y poder.

Es allí donde la salud del futbolista debería estar por encima de otras motivaciones, el fútbol también puede ser una herramienta de salud pública para que más personas se involucren en la actividad física y el deporte, para que las poblaciones accedan a sus beneficios y cumplan con las recomendaciones de los paneles de expertos.

Se han documentado múltiples beneficios sobre la salud al practicar fútbol:

  • Aumenta la capacidad aeróbica: la distancia cubierta durante un partido exigente de 90 minutos se acerca a 10 Km donde se pone a prueba la resistencia intermitente.
  • Disminuye la grasa corporal y aumenta el tono muscular: es un deporte donde la práctica constante ocasiona incremento de la masa muscular, predominantemente en miembros inferiores, y disminución del porcentaje de grasa corporal.
  • Mejora la salud cardiovascular: al entrenar y exigirse de manera correcta se adquieren todos los beneficios cardiovasculares del ejercicio. El corazón y los vasos sanguíneos se vuelven más eficientes en su función y se contrarresta el efecto de otros factores de riesgo cardiovascular subyacentes.
  • Mejora la fuerza y potencia muscular, tanto de los miembros inferiores como de los brazos y el tronco.
  • Aumenta la fortaleza ósea: al recibir las cargas aplicadas los huesos se adaptan y modifican su estructura.
  • Mejora la coordinación: correr, caminar y cambiar ritmos es parte esencial del juego. La técnica de pateo y de dominio del balón impactan positivamente la función cerebral y neuromuscular, además, la coordinación ojo-mano y ojo pie se incentivan todo el tiempo.
  • Aumenta la confianza y la autoestima, fundamentales en cualquier momento de la vida. Básicas para contrarrestar la depresión o la ansiedad.
  • Promueve el trabajo en equipo y el compartir: son habilidades neuropsicológicas que trascienden hacia el funcionamiento social, laboral y la salud de quien las posee.
  • Aumenta la función cognitiva cerebral: aumenta la concentración, la persistencia, la autodisciplina y requiere de tomar decisiones rápidas en el campo. El futbolista siempre está buscando ventajas territoriales y de posicionamiento.
  • Cualquiera puede jugar: Comparando el fútbol con otras actividades no es cara ni prohibitiva, solo necesita un espacio y un balón, admite a niños y niñas, jóvenes y viejos, ricos y pobres alrededor del mundo, incluye personas con discapacidad visual, auditiva o cognitiva.

Es cierto que el riesgo de lesionarse siempre está presente, pero los beneficios sobre la salud y el disfrute que trae consigo esta actividad son mayores y tan grandes que permiten que el fútbol continúe presente y vigente en el mundo actual, creciendo en popularidad y notoriedad.

 

Fuentes:

Top 10 Health Benefits of Soccer/ www.healthfitnessrevolution.com/top10-health-benefits-soccer-men/

Samir Becic, March 27, 2015,

Systematic review of the health benefits of physical activity and fitness in school-aged children and youth  Janssen, Leblanc,International Journal of Behavioral Nutrition and Physical Activity20107:40, 2010.

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