Equidad se puso en ventaja en la llave por la Copa Águila en nuestro estadio por dos goles a cero; ante Liga de Quito en la capital del Ecuador caímos por la mínima diferencia en un partido en donde Sand, que no suele fallar, falló. Goles Deportivo Cali, goles.
Por la Liga Águila empatamos con Millonarios a cero en su casa y nuevamente de visita caímos ante Rionegro por dos goles a cero. Cuatro partidos, tres torneos, cero goles anotados, cinco recibidos y un solo punto cosechado de doce en disputa.
¿Crisis? no, no es grave, es decir, urge salir del bache, que ya tiene tintes de preocupante, pero no es crisis, es simplemente una racha de esas que suelen darse cuando las cosas, en definitiva, no se dan. Podemos, eso sí, señalar culpables en lo individual, es la fácil de una hinchada «caníbal», pero esta vez considero que pasa más por el colectivo, por la suma de los errores, la falta de capacidad para reaccionar y remontar un resultado (preocupantemente reiterada en la era Pelusso), así como, evidentemente, meterla.
¿Qué podemos hacer? Podemos, debemos, como hinchas y asociados, juntos, exigir que los resultados lleguen, obvio, considerando las variables pues pretender ganarlo todo con el calendario que tenemos, a las ciudades (por la altura) a las que vamos y con la nómina que nos dejaron (DT y Comité) no es, a mi juicio, posible, deseable sí, posible, bueno, si la metiéramos, tal vez.
Lo cierto es que, en el frío número, tenemos cuatro partidos sin anotar gol como últimos resultados y 14 más en los que o bien nos remontaron o empataron (cuatro veces) o no pudimos darle vuelta al marcador cuando empezamos perdiendo (10 veces). No, no es crisis, lejos de eso, pero si conviene generar una, digamos, alerta temprana porque sobre todo lo de los 10 partidos no remontados (el último fue en marzo de 2018 contra Leones) es para no dejar pasar simplemente sostenido en “la estrategia y el control de juego”.
El esquema de don Gerardo es defensivo, no es nuevo ni sorprende como tampoco lo hace nuestro fútbol por los costados que dependen de la velocidad de los extremos, que aparezca Nico o que Sand esté enchufado, sin contar con que sean respaldado por un verdadero filtro en la medular y una defensa sólida, sin errores. Y eso no ha sucedido. Nos midieron el aceite, ya saben a qué vamos y cómo vamos, todo esto mientras Macnelly, el diferente, lo ve desde el banco.
¿Podemos cambiar de estilo y buscar variantes que nos permitan no solo más oportunidades de gol sino adicional que sean más los hombres que lleguen a ella para no depender de la efectividad del único punta? Creería, abro debate, que con la nómina que tenemos podemos hacerlo, jugar con dos enganches, uno como falso nueve e incluso dos puntas cerrando a tres defensas lanzando al lateral al ataque. Algo un poco más vertical, sin decir que no lo seamos, pero con menos vértigo, con menos espacios por recorrer, con mayor profundidad y, ojalá, contundencia.
Pelusso no tiene la culpa de lo que dilapidan Delgado, Murillo, Benedetti o Sand, pues el talento es de ellos, pero la disposición de este talento en cancha, las herramientas tácticas, sí son del espectro del DT y es ahí en donde podemos, porque urge, sorprender. El porcentaje de posesión no es nada si no se marca un gol y menos si en dos o tres llegadas que le permitimos al rival nos ponen abajo en el marcador con una clara, los números no mienten, incapacidad para remontar. O arrancamos ganando o perdemos, así se ha vuelto y no debería ser.
No estoy en contra de don Gerardo ni mucho menos voy a salir a acabar, aunque a muchos les encante, con él o los jugadores por cuatro partidos, no, pero sí quiero ser claro en algo, si el profe Pelusso llegó y está es por los resultados de su hoja de vida ante lo que le recuerdo que: en Liga vamos novenos, en Copa abajo por dos y en Suramericana abajo por uno. Remontables, sí, seguro, si empezamos ganando. Frío, pero necesario, si es por resultados necesitamos, con velocidad, algo que se vea y se sienta mejor.
Tal vez sea cansancio, saturación, falta de motivación o quién sabe. Lo cierto es que, en los entrenos, por las fotos que comparte el club en sus canales oficiales (no los de John, Nelson y/o Pamo, sino los oficiales de verdad) se nota un ambiente de alegría, bastante y familiaridad, pero, ante un equipo serio, bien parado y que nos conoce, esa alegría se pierde, se convierte en ansiedad, en nervio y frustración.
El exceso de alegría no es sano, menos cuando hay que ponerse serio y en el Deportivo Cali, es hora de recuperar la seriedad y no permitirnos otro partido sin cantar un gol y mucho menos dejar escapar los objetivos que, hasta donde sé, bajo la inversión hecha, con la gente que hay, esos objetivos no son negociables.
Confío en el Cali, siempre lo haré, porque estoy con ellos y para ellos. Por eso mi aliento no tiene condiciones ni tampoco mi amor, me preocupo, claro, pero no salgo a acabar con todo porque los necesito activados, concentrados, dispuestos, comprometidos y efectivos, como antes, como siempre.
Vamos Cali, le damos la vuelta todos, juntos, con energía, con alegría cuando podamos ser alegres, pero serios siempre, más que nuestros rivales, más que las dificultades, más que las condiciones. Estamos, contra todo y contra todos, por eso, hay que salir a ganar, a hacer goles, a buscar el resultado y no a esperar.
Vamos Cali, hagámoslo.
Nos vemos en el estadio, nos leemos por acá.
Germán Salcedo Cajiao
*Foto: DeportivoCali.co y archivo personal (de esos que le gustan a lord y lady pantallazo 😉)
Buenos dias
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