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JUNIOR 2, MILLONARIOS 0

 


El Metro lució concurrido no por la cantidad de
asistentes -dijeron diez mil-, sino por el despliegue de voces que alimentaron
con fortaleza y pujanza a sus tiburones que se deslizaron sobre el verde
iluminado pasto de Barranquilla.

El Metro como objeto público polifónico, anoche, entonces
sufrió… aguantó angustias en sus gargantas y fue durante y después de que el Ballet Azul, escenificara un ordenado
planteamiento táctico para cerrarle las voraces y hambrientas intenciones a un
Junior con guayabo de carnaval; Millos planteó una defensa de hasta 5 y 6
hombres coordinados por un medio campo híbrido de talentosos jugadores como
Ramírez y Mosquera, que hizo que Junior fracasara en sus toques ofensivos y por
ende sus llegadas fueron inexpresivas.

Sólo los centros de Fawcett -que entre otras debe
fundamentar su pegada al balón, tanto para centros como para disparos al arco
ya que el pelao, hay que reconocerlo,
está en muy buen nivel-, hicieron una estética esperanzadora para los de Umaña.

Pero Junior, como decía, fue incapaz de mover el
bloque de autodefensas espontáneos que armaron Los Azules, sin embargo no es
que haya sido un fracaso total porque sí se llegó y las oportunidades de gol, a
pesar de escasas, fueron malabarismos más individuales que colectivos por parte
de los caribeños. Y el primer tiempo de Junior fue una orquesta afinada hasta
las 18, porque más allá desentonaba como cual chupacobre recién calentá

Junior se mueve bien, es más, le veo más velocidad
pero carece de recepción de la pelota en general y son los jugadores que desde
su intersubjetividad, necesitan también fundamentación y técnica. Ojo ¿qué está
pasando con la recepción de balones y con las jugadas a espaldas del arco?, fíjense
como lo resuelven en el Manchester United y en el Barcelona…

Junior entonces era una máquina de dominio pero
Millos no se dejó porque le robó la pelota y las enunciaciones de profundidad
de Los Azules se hicieron intensas y por momentos pensamos en la tribuna, que
el cero a cero podía convertirse en un uno a cero a favor de los visitantes
porque defensivamente el Junior mostró papayazos y en la ofensiva no se
culminaba con la alegría que esperábamos.

Millos se paró bien. Felicitaciones.

Pero de tanto ir al cántaro… se abrió Millos por
sus laterales defensivos, por su izquierda se fue Arzuaga quien desordenó la
táctica del Chiqui y lo llevó a reflexionar. La entrada de Vázquez (mucho antes
que el primer gol), fue fundamental para mostrarse como un pelao de futuro,
tiene contención, armado, teoría de conjunto y método de futbolista trajinado.
Pero de nada sirvió un aire joven porque el Metro empezó a exigir y a gritar, a
impulsar a sus estrellas; y entonces el despelote de la defensa de Millos que
hasta entonces era impecable con Henríquez, Pérez, Mera y Casierra, tuvo su
última apertura pragmática, es decir, su papayita: esta vez fue por la derecha
Gio quien cabalgó como cual caballito de mar y se metió sin pedir permiso y a
un costado puso su sello de calidad para un dos a cero. Es que los Andinos no
supieron nadar en aguas profundas, pura
chalupadera…

El Metro, silbó de alegría y la rumba de l
carnaval que se había ido en el espíritu de Joselito, volvió con sus trompetas
a celebrar su reencarnación, aunque fuese efímero, aunque fuese cortita, aunque
fuese para celebrar la coherencia de los equipos que dirige Umaña.

Buena Junior a buscar el oro sólido en Medellín
ante Nacional.

Junior sigue con tu fe. Dale Umaña a seguir
trabajando.

Ahí estamos contigo, Tiburón.

Chulespe volverá.

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