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CALI 2, JUNIOR 2

Junior lució como grande que es, pues enfrentar al Cali en su bello estadio, no fue fácil dado que la perspectiva de juego dominante del Verde, durante largos pasajes, construía un juego difícil y la verdad, por momentos, el Cali se montó en el partido.
Pero ahora viendo el resultado y la sobrepotencia de mi Junior, el Cali no supo manejar el partido y eso lo supo leer el Tiburón que lució, repito como imperioso cuando le tocó; y de ahí miren el resultado porque jamás renunció a la pérdida parcial de un 2-1 en contra.
Muy bien Umaña con un futbol que abre por las puntas, con excelente y versátil desahogando a los volantes centrales que alimentan los aleros, y por ahí, llegó la teoría de escape hacia una alegría que continúa creciendo en nuestra condición de Caribes creativos del júbilo y bajo cualquier condición.
La trama de un juego se mide por la constancia que diseña un equipo y el Cali lo mostró hasta donde pudo porque después el Junior le aplicó la abducción correcta y los códigos se extraviaron y ya no fueron verdes sino rojos, azules y blancos… la pelota y el guión cañero quedaron en un azúcar amargo.
Entonces Junior comprendió que el Cali era de momentos efímeros y no de firmeza continua, entonces optó Junior por mostrar sus estructuras serias y empujó  empujó y pudo ganar, pero el tiempo, creo, que se le agotó a Junior porque 5 ó 7 minutos más, la victoria se hubiera podido hervir en la olla de la Niña Matere de la Calle 30, muy cerca del Palacio donde Juana, la de Álvaro Cepeda Samudio compraba las cerbatanas para irse los domingos al Romelio a lanzarlos y matar a cuanto jugador corría y Juana se divertía…
…como me divertí hoy en Cali, 
Tenemos equipo.
Saludos a Machado Da Silva.
Chulespe volverá

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