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Junior 0, Real Cartagena 3

Y ya lo anunciábamos en la
tribuna. Los ceños se fruncían. La brisa cesó. La marea roja palideció. La polifónica del estadio fue un monoligüísmo de silencio. Entonces comprendía que tu papá estaba en vainas. Ante un gran rival real, nada de ficción.

Un timorato, impreciso, confundido y torpe Junior -por momentos-, ante
un Real estilizado, técnico, veloz (se me pareció al Inter cuando ataca y
defiende), moderno y serio, muy serio… se entregaban los Tiburones por su
impotencia y baldona futbolística. Pero tampoco, estoy exagerando, porque
Junior tuvo oportunidades claras que Arzuaga, Bacca y Gio tuvieron a merced de
Henao y no pudieron concretar, aprovechar. Por momentos, Junior dominó
futbolísticamente al líder y lo puso en aprietos. Pero no fue pragmático de ahí
que se debilitó y la prueba fueron sus expulsiones y descaches para anotar.

Si Umaña tuviera clara la
historia de Henao como portero supiera que es un pieza que hay que jugarle en bombita, dispararle el balón en globito debido  a que el paisa juega por fuera de su área,
del territorio tradicional de los arqueros… es un Higuita moderado, diría alguien…
pero sí, muchas situaciones fueron a las manos de él, cuando se pudieron
resolver englobando los balones para marcarle al Real. Pero no, ¿hasta en eso toca
pensar un técnico?, ¿no es acaso sapiencia de las individuales?, ¿no se tiene
una bitácora histórica de los rivales y de sus jugadores? Anche pareció que no.

Junior demostró que en casa
llena
se le secan los muros y ni una fragua… el tiburón necesita humedad
para navegar con estructura gloriosa y generosidad estética para su público… ¿Pero
es el público el culpable de la catástrofe? ¡Jamás! sin embargo hay aficionados
que sienten que yendo al estadio, se les activa un agüero insoslayable. Eso es
peligroso y no es contemporáneo, corresponde al entramado y misterioso
inconsciente lleno de dudas, inseguridades y culpabilidades. ¿Será que Umaña, y
aclaro que tampoco creo, estará contaminado de esa asimetría?

Lo cierto es que Junior de este Umaña
(que no es el mismo del América) si malgasta el ritmo o sino lo tiene, se cae
fácil ante su adversario. Me refiero a que en la Libertadores, mientras Racing
de Montevideo venía de un torneo en Ecuador, caliente y entrenado, Junior
apenas se engalanaba con dos partiditos previos; y ayer Junior mostró su
demolición interna en razón de que muchos jugadores, dizque titulares que no
jugaron la Copa Postobón, pisaban el Metro sin competencia continua. ¡Es una
hipótesis!

El Junior de anoche (20 de marzo
de 2010) jugó, a pesar de su derrota, un partido de clásico emotivo y generoso.
Y no es contradicción, pero sí es un oxímoron, algo así como una ambivalencia
ante una realidad ficcionada. Fue
todo un partidazo.

Y no estoy molesto por la
pérdida del Tiburón, y gracias a que el Real es también costeño, de mi tierra;
tengo la ventaja, -aquí habla Chulespe-, que no soy barranquillero, sino del
Caribe, en exacto del Golfo del Morrosquillo, de la Villa Coronada de Santiago
de Tolú y esa condición interlocal me
hace repartir mis aficiones futbolísticas, estéticas, políticas y otras, a todo
el entorno de mi gente costeña, de mi bella región. Eso es multiculturalidad
que pongo a funcionar desde mi lo-ca-li-dad
para no pelearme con los signos de mi raza, de mi historia, y sobre todo, desde
este presente que vivimos, de mi condición postmoderna, como diría Habermas o ¿Lyotard,
Jean François?

Pero volviendo al partido, Umaña
tiene que corregir muchas cosas, sobre todo el estado físico que ayer no se
lució; corregir definiciones en las llegadas de gol; corregir estructuras de un
lenguaje de equipo coordinado y sobre todo constante cuando se juega en La
Arenosa o en otra plaza, porque hay que ser el mismo donde se juegue.

Jossimar anoche no funcionó a
pesar de su gran juventud y disposición táctica, pero se escachó en variadas
situaciones y no se armó de gnosis para colaborar agregándose como un volante contemporáneo.
Me parece, que el de ayer ante el Real, era un partido para Jaramillo, para
García o para Ruíz, que son más duros y volátiles, más tabiques también, más
livianos en la velocidad, porque este Cartagena no fue ficción, fue un equipo
de fuerte fisicidad, alegre, muy contemporáneo y sobre todo contundente y con
un ritmo que lleva y trae al rival como quiere… a veces el Real fue tan veloz
que se invisibilizaban en el terreno. De ahí que Junior necesitaba hombres alas
y hombres experimentados. ¿Cazafantasmas?

Arzuaga le debe a la afición lo
que ella le da: confianza en los goles y menos torpeza; Bacca estructura adulta
y profesional en su mentalidad y si la pone a funcionar, se acercará a un
delantero capaz y hábil de corte mundial; Gio falto de físico y constancia
regulada; Fawcett le digo lo mismo que le dije a Bacca; a Didier que mejora su
rendimiento a pesar del penalti, pero ajá si le permite la defensa dejar entrar
el rival como Pedro por su casa,
pues… en fin, mejorar todo Junior porque la gente salió del Metro con un nivel
de crítica muy fuerte pero no rencoroso, quizá por ese «algo» costeño que vengo
hablando. Y si es eso, es que estamos en un piso de agradable evolución humana
y sobre todo cultural. ¡Amarnos como territorio humano y no tanto geográfico!
Amarnos con nuestros signos. Pero y ¿Junior dónde queda?

Real Cartagena es un verdadero líder y hay que reconocerlo.

Mis
amigos también caribeños y cachacos, me dicen que si escribo esto me dirán
traicionero, yo les digo que un costeño cuando escribe esto, no puede ser
juzgado de esa manera porque su corazón y mente son tan grandes como su región.
Y conste que no hago política por aquello de la Región Caribe, no me refiero a
ello, sino a otra Política, a la que revela la grandeza de los sentimientos
emocionales y también a los deportivos. Tampoco mucho menos deseo plantear una
regionalidad enfermiza y competente entre sus microlocalidades, tampoco deseo
remarcar fronteras, sino hacer posible una colombianidad multiestética, una que
dé forma a una belleza histórica, semiótica, humanística, una como la que en Macondo
floreció.

Saludos a Ney.

Chulespe
volverá.

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