Reflexión corta sobre la importancia de ser hincha de Millonarios, un estilo único de vida y un sentimiento que muchos no entienden.
Por la continua actividad del equipo embajador y el ritmo acelerado de los torneos, no había logrado encontrar el momento para escribir de algo que considero esencial para este blog y que de una u otra forma define a los usuarios que entrar a diario a leer un poco más sobre Millonarios.
Los usuarios, sean o no seguidores de Millonarios, tienen algo en particular. Todos entran a un espacio como este en busca de saber más sobre el glorioso embajador y porque de una u otra forma cada hincha vive el fútbol a su forma, unos van al estadio, otros ven los partidos por televisión, otros solo ven los goles y hablan socialmente de fútbol. Cada seguidor azul, vive y siente el fútbol de una u otra forma y no por esto son más o menos hinchas que otras personas, simplemente viven el fútbol a su manera.
Sin embargo todos los hinchas, los fervorosos, los barra bravas, los seguidores lejanos del equipo, todos de una u otra forma entra a un blog como este en busca de saber más sobre Millonarios y entran por la sencilla razón que quieran o no, siguen a un equipo que a más de uno lo desvela.
Conozco muchos hinchas y amigos cercanos que no les gusta admitir esto. No les gusta que los demás sepan que son tan fanáticos que en realidad les molesta y les afecta cuando el equipo pierde. No les gusta que nadie se entere de esto porque temen a las desilusiones y burlas, temen ilusionarse con el equipo porque luego la caída puede ser muy dura (sé que a más de uno de ustedes le ha pasado y me entienden).
Lo admito, decepciones como la del año pasado contra el Junior, la del 2003 contra el Cali son muy duras (a mi todavía me duele ese gol en el último minuto de Milton Rodriguez que nos sacó de la final y ni hablar de lo que pasó el año pasado en Barranquilla).
A más de uno le ha pasado que luego de un partido y de sufrir una desilusión, se levanta lleno de ira y jura y recontra jura que no va a volver al Campín nunca más, y a los 15 días, ahí está nuevamente, con gorrito y todo, en primera fila y hasta comiendo uno de esos horribles palitos de queso del estadio (que uno sabe que no tienen queso y son horrendos, pero igual los pide).
Lo cierto del cuento y extendiéndome más de lo que quiero, la verdad es que el amor por Millonarios es algo aparte. La mayoría de los hinchas ni siquiera lo hemos visto campeón, el 80% de las barras bravas no saben que es esa palabra, sin embargo saltan, gritan y viajan por toda Colombia a ver al equipo.
Es por eso, por ese amor incondicional que descubro día tras día que quise dedicar la entrada de hoy a destacar el amor y el sentimiento que la inmensa familia azul tiene por Millonarios. Un sentimiento que los vecinos no entienden y mucho menos los seguidores de otros equipos que no pienso nombrar, hinchas que son seguidores de títulos y no de equipo, que no saben lo que es querer a un equipo sin que este te de nada a cambio en términos deportivos.
Es por esto que Millonarios es amado y odiado. Amado por la mitad más uno de Colombia y odiado por algunos que no entienden cómo esta inmensa hinchada puede ser tan grande con lo poco que ha generado el equipo desde hace más de 20 años.
En verdad que es admirable ver como hay tanto sentimiento y tanto amor en pequeños hinchas que no han recibido nada del equipo sino decepciones deportivas. Por esto digo, que más allá de un gusto, o más allá de una afición, Millonarios es un sentimiento inigualable, digno de rescatar, porque siempre pase lo que pase, la hinchada ha estado ahí.
En los peores momentos del equipo azul salimos adelante, sin cerrar tribunas por baja asistencia, sin pensar en llevarse al equipo a otra ciudad al ver las tribunas vacías, sin revivir viejos fósiles del fútbol para atraer público y sobretodo, sin vivir de campeonatos, modas y títulos comprados.
Hoy, que el equipo tiene un presente casi soñado y que ojalá esté muy cerca de lograr grandes cosas, los invito a reflexionar en lo grande que es este amor y que tengan presente la importancia de acompañar al equipo en este momento. Apoyar al equipo cada uno a su forma, los que van al estadio a gritar, los que no a mandar energía positiva, Millonarios somos todos y esto créanme que hace la diferencia para los jugadores.
Millonarios es un estilo de vida, lleno de sentimiento, sufrimiento y pasión. Sin importar lo que pase de ahora en adelante y así los sueños se cumplan o no, sin importar nada, lo cierto es que esta inmensa familia siempre estará ahí, a su forma, en el estadio, viajando, saltando o simplemente viendo el partido desde casa.
Un viejo amigo proveniente de otro país alguna vez fue conmigo al estadio. Al ver el Campín a punto de reventar, me dijo asombrado que no entendía cómo podía Millonarios despertar este sentimiento con los resultados deportivos de los últimos años. Lo cierto es que nadie lo entiende y para alegría de muchos y decepción de pocos, este Millonarios promete y Dios quiera este año sea el definitivo, la recompensa para una hinchada sufrida, pero que nunca ha abandonado.
Hay que ir paso a paso, procurar no emocionarse más de la cuenta, mantener los pies en la tierra, pero sin duda que este equipo nos pone a soñar y ojalá, de una vez por todas, la inmensa familia embajadora logre tener la anhelada estrella catorce.
Les dejo unas fotos que me recuerdan mucho lo que significa este gran sentimiento millonario, las imágenes son de una campaña de fotografía publicitaria de Pepsi del año pasado, tomadas por Jorge Oviedo, fotografo profesional en bogota ,
Más imágenes sobre la campaña publicitaria de Pepsi y Millonarios
Recuerden que ya salieron a la venta los abonos para los cuadrangulares.
Un saludo a la inmensa familia embajadora
Grandes Muchos. Gigante Sólo Uno. ¡Lo digo con Orgullo, de Millos nada más!!!
Nos vemos en Twitter. @amorembajador