Hoy más que nunca… ¡se vale soñar! El empujón anímico que supuso la victoria ante Gremio será crucial para un Millonarios ambicioso, lleno de fe y amor propio que le apuesta a la Copa y la Liga.
A veces sí se puede. A veces, como dice nuestro himno, gana aquel que «en la cancha es mejor». Pero es solo a veces. Y eso es precisamente lo que hace de ese momento algo tan único y especial.
El mejor no es el que más tiene el balón, el que más tiempo quema o el que más mañas se sabe. El mejor -a veces- es el que se sobrepone a sus limitaciones y sus nervios, el que saca lo mejor de sí y logra el objetivo. Y eso aplica hoy para Millonarios y su hinchada.
Esta noche, de la mano de un equipo lleno de amor propio, de una hinchada que supo controlar la ansiedad y de un técnico arriesgado y ambicioso, Millonarios no solo alcanzó la semifinal de la Copa Suramericana dejando en el camino al mejor equipo del torneo: también se llenó de la garra, de esa coraza de fútbol y confianza tan necesaria para afrontar las jornadas por venir.
Este equipo tiene mística. No todos las noches un balón de Cosme pega en el palo y entra. No siempre el buen Wilberto pone un balón tan acertado para que Wason la mande al otro palo y a la red. Y mucho menos, Járol Martínez, ‘la Roca’, se mete con tal tenacidad al área en una jugada que termina en penal. A veces pasa.
Y qué alegría ver a ese Millonarios que hace que su hinchada sonría, que hace que los desconocidos se vuelvan amigos de toda la vida en la tribuna.
«Vamos a ver cuánto les dura la alegría», me escribió esta noche un hincha de otro equipo. Y pues sí: ya veremos. Lo único que sé es que si bien Millonarios no ha ganado nada, absolutamente nada hasta este momento, ya se tiene la confianza para buscar la gloria.
Torres lo dejó claro: quiere Liga y Copa. Sigo pensando que la prioridad es la estrella 14, pero, ¿por qué no? Es fútbol. Y es este Millonarios.
Miremos un poco el funcionamiento del equipo. Esta vez hagámoslo desde lo colectivo y no lo individual. Durante pasajes del primer tiempo y los primeros minutos de la segunda mitad me preocupó ver a un Millonarios tocando ‘a lo Richard Páez’: hacia los lados, hacia atrás, como falto de ideas para ir al frente.
La entrada de Vásquez y luego de Tancredi ayudó a llenar la mitad del campo. Torres ha entendido que aún prescindiendo de un volante de marca (Ganiza, en esta ocasión), si hay quién maneje el balón, la tenencia mejora. Eso sí, se nota por momentos la duda en el equipo sobre si salir por el medio o los costados. También sobre si jugar a un toque o retener la pelota.
Pero los jugadores se conectan. Y la prueba está en los dos primeros goles. Qué factura de goles. Qué juego colectivo.
Me gustó, además, que el equipo supo ganar sin Mayer Candelo en la cancha. Y ojo: espero que el ‘viejo’ no se pierda ni un partido de aquí en adelante, porque es un pilar fundamental. Pero Wason, Cosme (siempre, hemos creído en él), Otàlvaro, Ramírez, Martínez, Vásquez y Tancredi se las arreglaron. Y de qué forma.
Por otra parte, tranquiliza enormemente que en la crucial victoria ante Gremio participaron jugadores que habitualmente no son titulares, como Tancredi y Henríquez.
No la va a tener fácil Torres para rotar su nómina. Vienen ocho partidos (ojalá sean 12… ustedes me entienden…) en cuatro semanas. Pero cuando hay fe, ganas, amor propio, ambición y una hinchada optimista y serena, se logran cosas. Ya lo estamos viendo.
¿Qué viene? Millonarios enfrentará a Tigre (ARG) los días 21 y 28 de noviembre. Y por Liga al Junior (V) el 18 de noviembre; Tolima (L) el 21 o 22; Pasto (V) 24 o 25; Pasto (L) 1 o 2 de diciembre; Tolima (V) el 5 o 6; y Junior (L) el 8 o 9.
Eso sí, es un hecho la posibilidad de mover partidos de Liga para dar tiempo de recuperación en la Copa. Esto en virtud de un pacto a nivel de Dimayor. Veremos cómo va la cosa.
Antes de terminar, clave destacar el lunar del partido: la logística estuvo fatal. Particularmente en Occidental se vio a muchos hinchas de pie o sentados en las escaleras. Es cierto que algunos no respetaron la numeración, pero fue evidente el nivel de reventa. Los señores de logística, tan severos a veces con algunas tonterías, ni aparecieron.
Y lo peor de todo, la reacción de los jugadores de Gremio al final del partido. Hasta patadas hubo para el juez de linea. Solo les cito la frase de mi papá que resume el asunto: «Son un equipo de viejos que cree que todo se lo tienen que regalar porque sí. Cansones y malos perdedores es lo que son».
Pero bueno. Destaquemos lo bueno. Así que, por lo pronto, a sonreír recordando los goles ante Gremio.
El domingo, toda la fuerza ante Junior. El envión anímico me da para ilusionarme con una victoria…Y motivaciones hay de sobra. Vean esta joya que me encontré. Ánimo Jhonny, referente y pulmón de este equipo.
Les dejo varias preguntas: ¿Qué les gustó y qué no del funcionamiento del equipo? ¿Cómo rotarían la nómina para los partidos que vienen? ¿Copa o Liga? ¿O las dos…?
¡Participen!
Se vale soñar, se vale alentar hasta el final, se vale ilusionarse, se vale emocionarse hasta el límite.
Se vale soñar con cumplir la sentencia que nuestro himno fija: «Millonarios, el tiempo corona solo aquel que en la cancha es mejor».
Somos millones de amigos y un solo corazón.
¡¡Vamos Millonarios!!
Pd. Si celebraron con música y caipirinha, me tomo la libertad de dejarles una canción que aplica.
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