A quince días de que se reanude la eliminatoria al Mundial Brasil 2014, Colombia hace su debut en la segunda rueda con todo a su favor: cuatro partidos de local que con ganarlos todos le dará el tiquete, una generación brillante de jugadores, una idea de juego y sobre todo el consenso de la gente. Todo el país se ha puesto la camiseta amarilla y se ha subido al bus de la victoria. Hasta lo que no merecen hacerlo.
Algo muy frecuente en Colombia cuando las cosas bien. Alabar a Pékerman está de moda y todos tanto aficionados, periodistas y directores técnicos compiten entre quien más lo apoya y lo alaba. Atrás quedaron las críticas sobre su nacionalidad, su perfil bajo, por no haber puesto a Messi contra Alemania en el 2006, por la labor misteriosa de su representante en el banco de suplentes, y por las convocatorias con beneficios a empresarios.
La Selección va bien y es tan buen negocio hacer publicidad con ella que todos se anotan cómo los «padres de la criatura». Uno de ellos es Hernán Darío «el Bolillo» Gómez quien hace unas semanas en la Revista Bocas afirmó que él le dio el estilo a la Selección y Pekerman recogió lo sembrado. En esa entrevista afirmo que hoy están con el técnico argentino todos los que el llamo antes salvo James Rodríguez y que cuando llegó a la Selección no encontró nada y el arrancó de cero.
Olvida «Bolillo» que al asumir manifestó que el encontró una serie de jugadores ya fogueados con Lara y que él sólo le iba a dar un estilo. Si bien la Selección Colombia hizo una digna Copa América y un partido brillante con Argentina, enfrentó a la sub-23 de Costa Rica, a Perú y a Bolivia sin llegar más lejos que a Cuartos de Final. Por otra parte, Falcao no tenía la compañía que hoy tiene y sus acompañantes eran los delanteros «retrasados» Dayro Moreno y Adrían Ramos, jugadores que el técnico argentino ha dejado de lado.
Jorge Luis Pinto es otro técnico que manifestó hace dos años en su efímero paso por Junior que ahora se ven los resultados de su trabajo en la Selección ya que el fue el que descubrió a Carlos Sánchez y Cristian Zapata, puso de titular a Macnelly Torres y Falcao García. Olvida Pinto que su Selección practicaba un fútbol dinámico y vertiginoso que agradaba poco al aficionado y que muchos de esos jugadores que hoy se ufana de poner no estuvieron en el 4-0 contra Chile cuando fue despedido.
Cuando un proceso es exitoso todos buscan una tajada del rédito que hoy lleva el protagonista. Si bien en parte estos dos técnicos pueden tener razón, no es de sabios pedir alabanzas cuando el éxito se lo llevan otros. Los ex técnicos de la Selección no pueden parecerse a los ex presidentes que le exigen a su predecesor lo que ellos no hicieron como técnicos y que cuando las cosas salen bien cobran por ventanilla por lo que poco les pertenece.
Todo el país futbolero sabe que esta brillante generación de jugadores fue moldeada, formada y disfrutada como DT de la Selección Mayor por Eduardo Lara. Algo parecido a lo que sucedió con José Pekerman quien en Alemania dirigió a 14 jugadores que estuvieron con él en las selecciones juveniles. Sin embargo, en la Selección no brillaron con Lara y si con Pekerman quien potencializó lo que encontró.
En la rueda de prensa posterior al partido de México, Pekerman alabó el trabajo de sus predecesores y dijo que íba a continuar una línea. Pocos cambios hizo contra Perú y Ecuador y los resultados fueron malos. Cuando hizo retoques jugándosela con Carlos Valdés, Edwin Valencia, Macnelly Torres, Teófilo Gutiérrez y Aldo Leao Ramírez y cambió el famoso 4-1-4-1 por un esquema más ofensivo se vieron los resultados.
Subirse al bus de la victoria por la puerta de atrás es una práctica que debe ser desterrada del fútbol. «Bolillo» y Pinto han hecho mucho en el fútbol que no necesitan colgarse ellos mismos medallas de las que son los otros los que las deben poner. Según ellos ganan con cara y con sello. Porque si las cosas no hubieran salido bien con Pekerman, ellos afirmarían que se debió a que fueron sacados injustamente.
En Twitter: @mauroelgrandote
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