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Los clásicos son partidos
distintos, partidos aparte. Dicen que los clásicos no se juegan, se ganan. El
clásico 274 entre Cali y América se jugó, de forma fenomenal, y será un partido
que quedará para la historia por muchos factores: primero, fue el primer
clásico en nuestra casa; segundo, el intermitente argentino Morel hoy fue un
monstruo, un extraterrestre y se ganó un monumento con su capacidad goleadora;
tercero, porque hacerle 6, óigase bien, 6 goles al rival de patio (otrora rival
de patio, ya no compartimos el mismo escenario), y cuarto y más importante,
quedamos vivos en el torneo.

El partido de hoy no se nos
olvidará jamás. Fue uno de esos partidos que sólo ocurren una vez en la vida.
De esos partidos que, a los que no tenemos aún hijos, se nos volverá una
anécdota para contarle a nuestros futuros ‘retoños’ para que ellos compartan
este sentimiento que nos une.

El argentino Martín Morel
desde hoy quedará inmortalizado en la historia del Cali. Sí, ha tenido partidos
donde ha sido pecho frío. Sí, ha sido irregular. Pero hoy, lo de hoy es la
gloria. Ni en un Xbox o PlayStation es posible hacer en un mismo partido una
tripleta de la calidad de la que hizo el gaucho ex – tigre. Morel, hoy y el
miércoles, un grande. Parece que por fin se está adaptando y adquiriendo el
nivel que se le reclamaba.

Pero empecemos por el
comienzo. El gol de ‘Manga’ Escobar al minuto 19 fue un gol de ‘crack’. El
jovencito definió con una tranquilidad que daba miedo. Su mirada ante Ramos lo
tiró como un boxeador noqueado al piso y pudo definir con el arco libre luego
de recibir un pase magistral de Jonathan Álvarez.

El empate americano llegó
más por un error que por virtud del visitante. En una falta torpe de Briceño,
el arquero rojo nos empató pero 7 minutos más tarde empezaría el concierto del
argento.

Un tiro libre al palo del
arquero fue el prólogo para lo que sería una obra maestra. Luego, un centro de
Calle por la derecha que recibió en el área Morel terminó siendo una jugada
de fantasía. Martín la levantó y en el aire la empalmó de chilena para
enloquecer a la hinchada con lo que hasta este momento era el 3-1.

Antes de que el juez Ímer
Machado pitara, un lateral le calló de nuevo al ‘crack’ del sur quien fue
derribado de forma violenta por Bélmer Aguilar. Diego Álvarez, un jugador vital
para el Cali y cuyo trabajo de sacrificio ha sido fundamental para nuestro
ataque cobró suave al palo izquierdo de Ramos que nada pudo hacer. 4-1 y
goleada en la primera mitad.

En la complementaria y
cuando apenas se acomodaba la gente, Morel robó una bola en la media cancha y
metió un misil acomodado que terminó en las redes de Ramos. Quien no podía
creer lo que veía.

Cali se relajó y le entregó
el balón al América, que en una bola convirtió con Galván. En los últimos
minutos, Diego Álvarez le puso un pase de la muerte al otro Álvarez para que
convirtiera el sexto de la tarde, su quinto en el torneo. 6-2, marcador de
tenis.

Pero al final, Fernández nos
metió un golazo. Aunque sólo sirvió para maquillar la paliza que les propinamos
a los americanos. Decía mi colega Blogger del América que ellos ganaban los clásicos
importantes siempre. Se equivoca, se equivocó. Acá se mostró quién es en estos
partidos el equipo más firme. Sí, en 2008 les salió bien, pero a Pecoso lo
sacamos con un 3-1, en 2005 con los rojos en el grupo quedamos campeones y ya
llevan más de un año sin ganarnos.

Ahora se viene la semifinal
de la Postobón contra Equidad donde vamos ganando. El camino parece mejorar y
toca seguir alentando. Solo podemos decir, gracias Cali. Será una tarde que no
se olvidará, esas que marcan una temporada.

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