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“Hace dos años, frente a este mismo rival, estábamos saliendo en tanqueta del Pascual” – Milena Conde, hincha del América y amiga de éste servidor

Muchas veces, en mis tiempos de colegio, las artes plásticas no eran muy amigas de mi proceso académico. Muchas veces, a pesar de las mil y una explicaciones que me daban, simplemente no comprendía los procedimientos para sacar un tejido, un dibujo, o una acuarela; tal vez porque no era de mi interés, o por qué no decirlo, no era mi fuerte, pero a las malas, con el año en juego por cuenta de esa materia, debí apropiarme de ese conocimiento.

Algo parecido hemos vivido con América durante estas dos últimas fechas. El equipo demuestra cosas, se pone arriba, domina los partidos, doblega futbolísticamente a su rival, pero…En los últimos minutos, y dando por sentado que el deber está cumplido, el conjunto Americano pierde su horizonte, se “duerme en los laureles”, y el rival, con algo más de fortuna que de fútbol, logra sacarle los puntos del bolsillo.

En Soacha, frente a Tigres, y con la gente a favor, América jugaba con agresividad y dominaba el partido, mantenía a raya al rival y ganaba, merecidamente, los tres puntos que lo aferrarían al segundo puesto, pero un descuido en un cobro de pelota quieta le permitió empatar al local y sacarle algo del botín al Rojo.

Ayer, en un Pascual Guerrero a reventar, con la gente motivada en las calles, las redes sociales, en cualquier rincón donde se posaran los colores escarlatas, y con la expectativa a pleno por el enfrentamiento con el líder Deportivo Pereira, creímos que la historia sería distinta. En el primer tiempo lo fue, porque se esperaba más del elenco “Matecaña”, pero el visitante decidió apelar al manejo táctico que al ataque contestatario.

América se puso en ventaja en el amanecer de la Segunda etapa, premio justo a su insistencia frente al arco de Mafla, pero la irresponsable expulsión de Brayan Angulo, le dio al Pereira un  aire para poder atacar como regularmente se ha visto en el Torneo. Sólo cuando el partido se puso con 10 hombres por bando en la cancha, el Rojo volvió a tomarle la manija, se acercó con peligro, pero, como pasó en el Luis Carlos Galán, no pudo cerrar la contienda  con un Gol más.

Y el aire de Soacha se posó sobre el Olímpico; América creyó que el partido estaba ya liquidado, que sólo era cuestión de tiempo para que el central Nicolás Rodriguez –De flojísima  sobreactuada incidencia en el encuentro, por cierto- decretara el pitazo final, pero en una desconcentración, de esas que cuestan puntos valiosos, Hernández, la figura Pereirana, empató el partido cuando el reloj ya marcaba el tercer minuto de adición.

La lección no se aprendió, eso es claro, otra vez una desconcentración le quitó al América dos puntos que se creían ya asegurados, y habiendo mostrado un buen juego y un planteo inteligente en la cancha, pero la cuestión no está en lo que se pierde en la tabla, sino en la capacidad de cerrar los partidos, si bien esos despistes son inherentes al fútbol, y pueden suceder en cualquier momento, lo mejor es trabajar en ellos, y evitarlos, porque si llegasen a aparecer en los Cuadrangulares, no sólo costarían un par de unidades, sino el mismo Ascenso, y el hincha Americano, ya tiene experiencia en ver caer su ilusión del regreso a Primera en esa clase de situaciones.

Cualquier sugerencia, queja, o lo que quieran manifestarme, pueden hacerla a través de mi cuenta de Twitter @ElTurcoPuertas, un abrazo a todos, y nos leemos en una próxima oportunidad en este “Rincón del Turco”, que estén muy bien.

 

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