Deportivo Cali sigue sin ganar en casa, es como si el regreso de la gente le hubiese hecho daño o como si el estadio le incomodara. Creo que esto es único en el planeta, digno de una historia de las de Chespirito, es para reír y llorar al mismo tiempo mientras seguimos ahí, chilinguiando en la tabla, a duras penas con el nivel del ocho, buscando llegar a ser octavo. ¡Increíble!
Alfredo Arias llegó al Cali con un discurso lleno de fútbol, lo recuerdo, en una rueda de prensa de las que se hacen para iniciar un torneo continental el profe habló muy bien y muy claro del estilo que quiere darle al Cali y de la forma en cómo lo iría haciendo. Por supuesto, un Deportivo Cali atacando con un DT que había salido campeón en su país con una escuadra llena de canteranos ilusionó a muchos y deslumbró, aún lo hace, a otros tantos.
«Van siete fechas, yo creo que el equipo va a clasificar y tengo la fe en el equipo, mis jugadores, en el trabajo que estamos haciendo. Nuestro objetivo es clasificar”, dijo, de acuerdo con lo que leí en El País, el entrenador uruguayo al final del partido. En eso va el discurso ahora, en un mensaje de incertidumbre, un llamado a la fe y un objetivo que se basa en alcanzar ser octavo, no cuarto, no líder, estar de ocho (entre 20).
No hay una declaración cercana al deber, a la necesidad y/o a la obligación que tenemos como institución, sumado a la nomina armada, de estar en la cima, peleando liderato e incluso, de líderes.
No existe la verbalización del deseo del hincha por estar, no a un punto del octavo, sino en la cabeza de la tabla con varios de ventaja y mas aún cuando los puntos se siguen escapando en casa sin nadie atajando esa fuga. ¿Qué hará falta?
Agradecemos la sinceridad, obvio y el mantener aterrizados, pero mostrar aparente confort con estar cerca a la clasificación, mostrar ese conformismo por clasificar y ya, al menos a mí, no me deja tranquilo.
Me preguntaron, en uno de los chats que compartimos varios asociados e hinchas, por la diferencia de clasificar primero u octavo. Un paréntesis, qué pregunta preocupante esta porque denota, al parecer, que la mediocridad se ha ido normalizando, grave. Les decía, me preguntaron eso, por la necesidad de “matarse” por ser primero si en el torneo da lo mismo llegar de líder o de octavo.
La verdad es que sí, en términos del esquema del campeonato es lo mismo ser uno que ocho, todos clasifican, pero mirá que al líder se le ve con otros ojos y no solo los rivales, no, los hinchas y, mejor aún, los patrocinadores.
La motivación de un hincha nace desde la simpatía y cercanía por los colores y los valores que estos representan, eso es claro y por eso es que uno, como hincha, alienta en las buenas y en las malas sin abandonar un solo minuto ni condicionarlo, cierto también, pero ayuda mucho a la construcción de los nuevos hinchas el tener un equipo que pelea los primeros puestos y no uno que espera poder clasificar. Ahí es donde ser uno u ocho marca la diferencia, en la construcción de hinchada.
Con los hinchas arropando al equipo y llegando masivamente se logra cerrar acuerdos de patrocinio más importantes, jugosos, rentables y visibles. Con la distribución y pago por los derechos por TV, no tan favorable como lo es en otros países, el tener patrocinadores es vital. Entre más hinchas, mejores patrocinios, entre más arriba en la tabla, más te ven. Otra diferencia al ser uno u ocho.
Igual, espero se entienda adentro del plantel de la mejor manera, pero de afuera preguntan es por el equipo líder, no por el que va a un punto del octavo para buscar talento para reforzar otros equipos en otras latitudes. En la parte media de la tabla no te ven como solución, te ven como uno más.
Deportivo Cali sigue sin ganar en casa, nuestro DT, respaldado por los jugadores y, al parecer, el Comité ejecutivo, no así por el grueso de la hinchada, sigue sin poder aplicar con contundencia y claridad el discurso con el que llegó. Nos quedamos en palabras conformándonos con aspirar a entrar entre los ocho sin mayor reto que ir sumando, así sea poco y lentamente, lo que se pueda con lo que se tiene. Conformismo pobre, un “algo es algo” lastimero e indigno de nuestro club, de lo que somos y sentimos como institución.
Esperemos mejores resultados, un “respaldo” realmente poderoso y no este respaldo perezoso, conformista y amarrete que se ve en la cancha. Querer es poder y si no podemos, ¿realmente queremos?
Vamos Cali.
Nos vemos en el estadio, con todos los protocolos de bioseguridad, nos leemos por acá.
*Foto: Colombia.com
** Originalmente publicado en www.germanchos.com