Para nadie es un secreto que administrar no es fácil y más una institución deportiva que, a diferencia de otras, tiene unas complejidades adicionales como lo son la pasión de los hinchas, el colmillo de la prensa y la voracidad de los terceros, empezando por algunos empresarios y demás.
Los resultados son los que hablan por una gestión. No lo hace, ni creo lo hará nunca, un posteo en una red social, un discurso repetido por varias personas en grupos de WhatsApp o por cuentas en Twitter que, como loros (y focas) repiten y aplauden, a veces sin argumentos, cualquier cosa que ayude a distraer la vista de la realidad.
Estamos cerrando un año muy malo, lo sabemos y simplemente retomo el tema no porque sea un “odio” a la institución o tenga algo personal contra alguien en el club, al contrario, lejos de eso, respeto como persona y su carrera profesional a cada ser humano que conforma nuestro Comité ejecutivo, así como al staff completo, idóneo o no, que se desempeña en el club.
Valoro sus intenciones, sin duda siempre buenas (así se expresen con malos términos e incluso maltrato, pero con la educación de nadie se pelea), valoro el empeño de muchos de ese Comité, las ganas de sacarlo adelante más allá de lo que puedan decir sus amigos y familiares así como el deseo de ver a un Deportivo Cali en lo mas alto de las esferas del fútbol suramericano, lo aplaudo, en serio, no es fácil llegar al lugar en el que los asociados, creyendo plenamente en lo ofrecido y buscando la mejor opción para la institución, decidieron ponerlos democráticamente.
No es fácil llegar a ser la cabeza de un grande, tener que dedicar tu tiempo, dejar a un lado muchas cosas de tu vida para que, más que un hincha, ser el líder, la fuerza, la inteligencia, el fútbol, la unión y la pasión que un club necesita en su cabeza para darle a cada elemento de la organización un sentido. Al plantel un norte, a la cantera un valor, a los asociados confianza y a los hinchas pertenencia, amor y títulos, sobre todo esto último.
Me aterra, lo digo en serio, que, aparentemente, en un año que lleva este Comité ejerciendo como tal no hayan caído en cuenta de mucho de lo anterior y que, insisto, puede que no sea así, pero ante el silencio institucional, la falta de claridad y transparencia, la distancia tomada con varios asociados y el grueso de la hinchada, la ausencia de presidente en momentos claves y esas ganas de todos hablar y no decir nada, sumado a los resultados, hacen que el publico en general, en el que me incluyo, sintamos que el Comité hace rato dejo de hacer lo que podía y que nos tocará entrar en la filosofía del “algo es algo” como respuesta a una gestión que, en el balance de su primer año nos deja: un cupo a Copa Suramericana, tres dolorosas eliminaciones, fútbol destruido, ausencia de liderazgo, cantera desvalorizada, jugadores queriendo irse antes de querer venir (o volver) y un déficit llamativamente alto. ¿Olvidé algo?
Me aterra por una razón y es simple: para llegar a ocupar el cargo en el que están, durante la campaña y los primeros meses de gobierno, ni hubo censura alguna ni tampoco moderación para decir lo mal que estábamos económicamente. No hubo filtro para hablar de nuestros jugadores y descalificarlos y mucho menos para tratar al hincha de “aparecido”. Valoro, lo bueno no necesita defensa, el hecho de que hayan tomado medidas al respecto y ahora busquen cuidar la imagen del club que, lamentablemente, ya maltrataron. Espero, de corazón, sea la imagen del club y no la suya a título personal la que estén buscando cuidar, ¿no?
Destacar lo bueno, sí, por supuesto, lo he hecho antes y lo seguiré haciendo, pero no podemos quedarnos en que como tenemos un cupo a Copa y logramos incrementar los ingresos por mercadeo y uso de la marca tenemos un gran año, no, lo tuvieron los directos responsables, aplauso para ellos y el reto de seguir sumando, pero, el balance general es muy pobre más si se tiene en cuenta la experiencia empresarial de los miembros del Comité que, salvo en el área antes mencionada, no se proyectó todavía al resto del equipo administrativo que, dicho sea de paso, barato tampoco es.
Queda un sinsabor, sin duda, sabemos que el Deportivo Cali saldrá de esta, obvio que sí, por peores hemos estado, pero, ¿tendrá el Comité la capacidad de hacerlo? ¿Podrán atraer al hincha que alejaron? ¿Podrán devolverle la confianza a los asociados que ven en ellos una amenaza y no una herramienta? ¿Podrán unirse y unirnos? ¿Podrán?
Lo cierto es que apenas va un año de un plan estructurado a cuatro. Bueno, si lo vamos a ver como un acumulado espero que estos números no nos hagan perder la razón y salgamos a feriar canteranos, a buscar bajar costos saliendo de casa y mucho menos beneficiar a terceros.
El Deportivo Cali, la familia verdiblanca, nuestra historia y nuestro futuro dependen del presente, de lo que hagamos HOY por nuestra divisa, por la forma en que nos entreguemos, con amor y respeto al club y le apoyemos en lo que haga siempre y cuando sean acciones para beneficio de la institución y de sus componentes principales: el plantel y la cantera.
Trabajar para salvar un apellido o el prestigio personal, no, eso no, muchos saben de los nombres de los presidentes y miembros del comité anteriores no por lo que eran antes de llegar al Cali sino por lo que hicieron en el Cali, con el Cali y para el Deportivo Cali. Ellos, los inmortales, sabían exactamente cómo actuar porque por sus venas corría el club y en su cabeza, como en su corazón, solo había una idea: la gloria verdiblanca.
Arranquemos el 2019 creyendo en el club, basado en lo que somos como asociación, en lo que podemos hacer como asociados e hinchas, en lo que queremos y construyamos alrededor de eso, con decisión y entrega, un año que nos permita olvidar este 2018 que termina.
Tenemos la cantera, la ilusión de un nuevo DT y a nosotros, nuestro aliento, que, para bien o mal, es lo que nos ha mantenido palpitando, vivos.
Vamos Cali, vamos que de esta salimos, juntos, pero necesitamos un líder entregado, dispuesto y que en verdad represente los ideales de asociados e hinchas, que de verdad muestre resultados, no explicaciones y mucho menos excusas.
Don Juan Fernando, está en sus manos, corrija lo que haya que corregir. Ordene lo que haya que ordenar y llévenos, con solidez y criterio, a recuperarnos. ¿Puede? ¿Quiere?
Nos vemos en el estadio, nos leemos por acá y feliz año nuevo familia verdiblanca.
*Foto: Futbolred.com