Pronto será 09 de diciembre y el comité ejecutivo que preside Juan Fernando Mejía cumplirá su primer año liderando y llevando los pasos del Deportivo Cali, un año que, como cada año, esperé lo mejor para mi primer amor y que, con los meses fui viendo que no sería el año que deseé y mucho menos el que me prometieron en campaña. Pero bueno, página superada, es el deber, porque ad portas de iniciar el 2019 las cosas no se ven del todo bien y por quedarnos deseando otras situaciones o buscando, no es mi caso aclaro, alguna revancha personal, no vamos a llegar a ningún lado.

Deportivo Cali tiene una organización que es ejemplar para muchas instituciones en el país, pero que a su vez es complicada y más cuando se trabaja pensando en el “Yo” antes que en el “nosotros”. Pasamos de un mandato a otro en donde quien llega, no solo se encuentra regularmente la caja en cero, sino que, a veces de manera incorrecta, desea imponer cuanto antes su estilo de gobierno y rodearse de quien considere, seguro con muy buenas intenciones, el mejor staff para gobernar (si es que algún grupo de asociados con amigos periodistas de tinte vengativo les permite) sobre, no solo la asociación Deportivo Cali sino la pasión de los hinchas, las necesidades deportivas de un club de primer nivel y la obligación histórica de estar a la altura de verdaderas leyendas como lo es Don Alex Gorayeb, si porque para aspirar siquiera a sentarse en lo que alguna vez fue su silla algo, alguito de él debés tener.

Estamos en un momento muy complicado, de esos en los que tranquilamente dejarlo todo y dedicarse a otra cosa es fácil, muy fácil. Pues, a diferencia de aquellos que ya lo decidieron así y que respeto, acá no hay chance de abandonar lo que amo, lo que me trajo al fútbol, lo que me mueve el corazón. Deportivo Cali, una vez más: contá conmigo.

Tenemos trabajo que hacer, mucho. Debemos recuperar el animo de la gente, transformar el discurso de odio en uno de integración como primera medida. No puede ser que aquel que no esté de acuerdo conmigo sea inmediatamente mi enemigo cuando legítimamente buscamos lo mismo: un Cali grande y campeón.

Pensar diferente es lo que nos une, paradójicamente, porque de ahí construimos escenarios amplios, de visón larga y de consideración incluyente. En el Cali todos contamos hinchas, asociados, jugadores, canteranos, cuerpo directivo, comité ejecutivo y, asumiendo su responsabilidad, los barras. Todos somos Deportivo Cali y si nos va bien celebramos en familia y cuando, Dios no lo quiera, debamos ver celebrar a otros nos unirá el deseo de ir por el siguiente partido con toda. Acá el ego queda a un lado, el orgullo debe guardar silencio para que el “ven, seamos uno” pase de un discurso politiquero acomodado (y urgido) a una realidad. Si te ofrecen apoyo y ayuda, déjate ayudar.

Pasamos no hace muchos días a tener esperanzas dos torneos a estar sin DT, sin arquero (aunque ya está firmado, gracias a Dios), sin delantero referente y sin capitán. Nos llenamos de dudas e indignación, caldo de cultivo para esa prensa mediocre y servil, así como para el enemigo interno del Cali. Cizaña, buitres, hienas y demás, todos sin un norte claro más allá de perjudicar a la institución aprovechándose de ella sin cuartel. La incertidumbre genera miedo, ojo ahí.

No temamos, preguntemos, no traguemos entero. Los números no mienten, la matemática no los deja, contrario a las palabras ellos responden con su resultado, las palabras por su parte requieren acciones para sustentarse.

Acciones, sí, hechos y realidades. En este caso, humildemente y con respeto, pido que se tomen las medidas que nos permitan cesar con las dudas. Que se vean los resultados ante lo ofrecido porque hasta ahora el equipo no me enamora, no siento que tenga jerarquía alguna y en cuando a lo administrativo, bueno, somos deficitarios, pero hace rato no estábamos a este nivel.

No contamos bien lo que hacen bien, optaron por un modelo sin estrategia de comunicaciones en donde parece es mas importante el paisaje y la agenda social que lo que de verdad genera opinión, es relevante para la afición. Los espacios para la verdad se van perdiendo para darle paso a la especulación o para favorecer a unos pocos que, aunque seguro para ellos es lo mejor de la vida y “no se le creen”, para el Cali es un daño irreparable. No por tener una primicia sos mejor que otros, lo que te hace bueno es hacer correcto uso de ella.

Suenan los DT, se mueven las posiciones y seguro llegarán refuerzos. ¿Bajo qué plan de trabajo? ¿Bajo que mapa de ruta o estrategia? ¿Damos tumbos apostando a la suerte? Ya perdimos, porque lo perdimos y con toda, un año. No podemos seguir desvalorizando a nuestros canteranos y mucho menos desmotivando a nuestros juveniles, ojo con la Cantera es, así no te guste, el eje de lo que hoy es Deportivo Cali y ese eje debe estar afinado con las piezas correctas, con el personal idóneo, con la gente que es, no esos que van a figurar para después ver qué le sacan. Basta de eso, basta con eso. Respeto.

Acciones, ¿Qué vamos a hacer presidente Mejía? ¿En qué te puedo ayudar Rodrigo Cobo? Acá estoy, públicamente disponible en la medida en que así decidan y consideren pueda aportar y como yo, sé que hay muchos hinchas y asociados que queremos lo mejor para el club, verlo crecer, recuperarse, hacerse más grande. Ya es hora de cambiarles el tema a los periodistas “referentes” de Bogotá, ¿no les parece?

Aquí estoy, pero no para discursos o promesas, no, ya no más. Eso debe desaparecer junto a los mensajes de odio, de discriminación e irrespeto.  Con eso también deben irse las focas y la naciente horda de “mercenarios de Twitter”, esas son cosas de niños y ya estoy viejo. Señores, lo bueno no necesita defensa y menos rastrera. Menos pantallazos, más ideas. Menos focas y mas foco, concentrémonos (por favor) en lo importante. Es simple.

Propongamos, hagamos, actuemos y sigamos, vuelta de hoja. Unámonos, los que de verdad queremos al Deportivo Cali por encima del reconocimiento, poder, negocio y apellidos somos y seremos siempre más. Que se note.

Vamos Cali, saldremos como lo hicimos antes. Un líder bueno no aleja a quienes no piensan como él, los acerca para tener el panorama completo y desde ahí, marchar sin descanso por la victoria y eso llegará, estoy seguro. Sumemos.

Nos leemos por acá, para vernos en el estadio falta un rato.

 

Germán Salcedo Cajiao

@germanchos

 

*Foto: archivo particular.