Hubo de todo. Errores individuales, colectivos, tácticos y, lamento decirlo, hasta técnicos. Erramos como nunca en seleccionar equipos, en enfrentar rivales y leer partidos así como, hay que decirlo, en darle continuidad a un proceso, me refiero a Héctor Cárdenas, que no debió ser.
Hubo de todo. Rumores de visitas a media noche a negociar quién sabe qué, jornadas nocturnas de diversión, exceso de tatuajes, de «papa y yuca» y de confianza. Dicen, incluso, que los jugadores estaban divididos, participando activamente en política siendo pasivos en la cancha e incluso, la última, hasta xenofobia con el goleador.
Viejo, a lo hecho, pecho. Tiempo para llorar ya hubo al sabernos eliminados sin posibilidad. Lástima, porque, como nunca antes, el equipo tenía (y tiene) todo para dar mas, faltó, tal vez, algo de voluntad y, como les decía hace un rato, suerte.
El cierre de Liga Águila para el Deportivo Cali será ante Millonarios en Bogotá, ideal una victoria para asegurar cupo en torneo internacional y, porqué no, para mostrarle a la hinchada, la siempre fiel y leal, que lo que viene en el 2018 es mejor que lo que se vio al cierre de este 2017.
Esperamos, tras el partido, no se equivoquen y vengan a ganar, que el 2018 sea mejor aunque, hay que decirlo, por el momento es un año de muchas promesas, algunas conjeturas y cantidades irresponsables de humo por parte de cierto sector de la prensa.
Es jueves, el partido es el sábado y es muy poco lo que se dice desde Cali del equipo o lo que pretenderá Checho, como DT, con sus dirigidos ante el ya clasificado Millonarios. No, eso quedo en un segundo plano porque de lo que hablamos los hinchas es de lo dicho por Mayer Candelo que, en un desahogo, la emprendió contra el comité ejecutivo electo y nuestro próximo presidente el señor Juan Fernando Mejía.
Entrar en ese debate no me seduce, es más, prefiero que unos y otros encuentren un escenario adecuado, uno de caracter institucional y logren zanjar las diferencias y que como hinchas del equipo que dicen ser, se preocupen más por nuestra grandeza y cuidar nuestra institucionalidad que se ve en entredicho con cada declaración populista, salida de tono o, quizá sin voluntad, que se pueda tomar como malintencionada.
Obvio, no es para taparlo ni mucho menos entrar en tibiezas, pero el comité ejecutivo electo así como sus asesores vienen cometiendo errores que, como parte del aprendizaje, son válidos más si se contempla no como excusa sino como explicación, esas ganas de querer hacerlo todo ya. Ojo, paso a paso también se puede y se debe, más cuando a ejecutar un plan se refiere, pero sin aceptar la critica, complicado.
Igual, primero el verdiblanco y tal como lo dije en la entrada anterior del blog, espero y de corazón deseo que al Deportivo Cali le vaya bien siempre sin importar quien y es por eso que insisto en que es mucho mejor que las obras (los hechos) sean los que hablen en vez de solo las palabras.
El sábado 18 de noviembre terminamos la Liga Águila II y todo quedará en estadísticas para la historia misma que se encargará de contar la que inicia el 09 de diciembre, esperemos y vayamos un paso a la vez, sí, pero por favor todos juntos.
¡Vamos Cali!
Nos vemos en el estadio, nos leemos por acá
*Foto: DeportivoCali.co