El pasado 04 de noviembre, tras una primera citación en la que inexplicablemente (así sea costumbre) los socios no llegaron para hacer quórum, fue elegido el nuevo comité ejecutivo, aunque de nuevo poco porque repiten tres de sus cinco miembros Luis Fernando Ángel, Henry Cuartas y Alvaro Martínez (presidente actual) a quienes se le unen, como nuevos integrantes, los señores Marco Caicedo y Juan Fernando Mejia.

Atrás quedaron las campañas, los asociados, 949 de ellos, decidieron en pleno ejercicio democrático, que aunque puede ser más pulido, es ejemplo para cualquier entidad deportiva en Colombia. 949 socios que decidieron por cerca de tres millones de simpatizantes e hinchas del club por nuestro futuro. Responsabilidad grande, para una institución aun más grande.

Hubo, como en toda elección, resultados esperados y otros no tanto así como los habituales quemados. Hay, como en toda elección, reacciones diversas al triunfo y la derrota de sus candidatos. Algunos lo asumieron con altura y en pro del club, otros se llenaron de esa soberbia que criticaron en el pasado para, aunque son libres, ni mas faltaba, declarar su inconformismo o celebrar desmedidamente, tanto que le dije a un amigo, también verdiblanco, que no parecía que llegaran por gusto a los cargos sino que tenía mas pinta de que lo hacen, al menos desde sus seguidores se siente así, por venganza.

Para nadie es un secreto (y si lo era ahora lo sabés) que en 2014 cuando Álvaro Martínez llegó a la presidencia no creí mucho en él o en lo que vendría de su gestión. Con el tiempo fui, a base de resultados, hechos, acciones y mucho amor por el Cali, cambiando de parecer al punto de apoyarlo (sin cobrar un solo peso, acción ni nada. Ya lo aclaré mil veces, pero no falta el «enamorado») en su campaña para la reelección.

Tengo, sabiendo que las comparaciones son odiosas, la misma sensación con lo que será la presidencia de Juan Fernando Mejía de quien no tengo duda es una buena persona y de quien, dicen, le va bien en los negocios. Espero, como con Martínez, que esta sensación se convierta en emoción y sean todas alegrías tal y como lo merece el Deportivo Cali, tal y como lo prometió en campaña.

Lo primero, en esto estamos de acuerdo, es recuperar el semestre que se perdió en lo deportivo. Los jugadores, por voluntad o capacidad, nunca alcanzaron su nivel. El DT no dejó nada diferente a mil frases incoherentes en las ruedas de prensa y una invitación a «soñar», toda una pesadilla este torneo.

Se han mencionado varios nombres para ser el próximo DT del equipo. Mejía, presidente desde el 09 de diciembre, dijo que quiere uno «ganador» y de «jerarquía». Tarea complicada. Para lograrlo dijeron que se apoyarían en un gerente/director deportivo que, según lo que he leído, será extranjero y junto a él evaluaran no solo al DT sino también los refuerzos para lo cual, dicen, cuentan con una «inversión fresca» de cinco millones de dólares. Imagino cómo andarán los empresarios frotándose las manos.

En lo institucional han anunciado, aunque no como debieron, que viene un «revolcón». Se habla de cambio en la gerencia general en donde el nombre de Rodrigo Cobo cobra fuerza. No lo conozco personalmente, pero sé que tiene experiencia en entidades como la nuestra y de llegar le deseo, como todo a el Deportivo Cali, lo mejor.

Menos mal alcanzaron a aclarar ese mal intencionado (y hasta diabólico) rumor que daba por hecho la salida del doctor Gustavo Portela. Eso es algo que no se debe dar ojalá, nunca. Igualmente lograron aclarar, aunque esto no fue propiamente obra de un comunicador descachado, que no venderán a ninguno de nuestros jugadores a equipos rivales. Gracias a Dios.

Por lo pronto debemos, creo yo, esperar. Y en eso estoy mientras disfruté el gol de Benedetti contra Nacional en la pasada fecha de la Liga Águila.Esperar, como lo hago por el partido contra Millonarios en el cierre del torneo y de cuyo resultado depende asegurarnos en la Copa Suramericana y, con el Señor de los Milagros trabajando horas extra, hasta una posible entrada a los ocho.

Ahora, en estos días, habrá mucho por decir, lo que no podemos es hacerlo de más y llenarnos de promesas, considero que es mejor aguantar las ganas, estar tranquilos, trabajar en silencio, sin alentar a quienes les gusta el humo y empezar a mostrar con hechos todo aquello por lo que los asociados votaron. Eso sí, si queremos resultados, es algo que he aprendido con los años, debemos estar unidos y ser, de verdad, uno.

Sé que lo lograremos porque, a pesar de haberse fracturado un poco la base de asociados e hinchas, al final siempre somos uno, la familia verdiblanca y a pesar de ver el fútbol de varias maneras así como entender la lógica de la institución de múltiples formas estaremos siempre ahí, fuertes, por y para el Deportivo Cali, como debe ser.

Ganó la democracia, ahora que gane el Deportivo Cali.

Nos vemos en el estadio, nos leemos por acá.

@Germanchos