Si no sos seguidor o lector de la Biblia el titulo puede no serte familiar. Pero, si por el contrario lo sos, sabés exactamente que me refiero al libro de Ezequiel en su capítulo ocho, versículo trece que dice (traducido al lenguaje hoy): «Pero esto no es todo; todavía vas a ver cosas peores».
Tranquilo no viene una diatriba innecesaria acerca del trabajo de Héctor Cárdenas con el equipo o la forma como, poco a poco, sus dirigidos y el fútbol que exponen, le va restando pasión al hincha al punto que, como el DT, nos aferramos a los resultados como único medidor ante una nomina que, al menos podría, no individualmente sino en conjunto, dar algo mas, dar espectáculo, darnos el fútbol que tienen.
El Deportivo Cali es sexto con 18 puntos fruto de cinco victorias y tres empates en doce partidos. 50% de rendimiento que, si bien nos tienen dentro de los ocho es poco para lo que deberíamos estar dando como equipo que tiene aspiraciones. Los fríos números no cuentan la historia completa, solo hablan de lo que son, resultados, pero nos dejan sin poder entrar al fondo y con preocupación, sentir a un equipo en extremo tibio, sin ambiciones, con un corazón que se mueve por raticos y con una inseguridad en la que debe estar trabajando a fondo la psicóloga. Somos un equipo generoso, no con el fútbol sino con el rival.
Andrés Roa, Pablo Mina y Nicolas Benedetti destacan por lo que vienen haciendo así como lo hace Néstor Moiraghi, con su codo y todo, pues son ellos los que traen un comportamiento regular que beneficia al equipo y que da algo de sentido al fútbol. Lo raro es que el DT solo deja jugar, a los del medio para arriba, poco tiempo juntos. Quedar bien con todos no siempre es lo mejor, que jueguen los que más dan, no los que más piden. Simple.
Desde febrero 18 de este año nuestro Cali no lograba tres victorias al hilo, es muy bueno, sí, pero a la vez terrible sacar un recuerdo de esa naturaleza mas cuando sabemos que nuestro fortín, El estadio Deportivo Cali, ahora no lo es tanto y lo que viene es fuerte. No estamos clasificados, ojo, no nos confiemos porque ese exceso de tranquilidad es lo que deriva en la apatía que vemos fecha a fecha.
Sí, hemos logrado los resultados y celebrado, pero, si no le metemos más en entrega, trabajo táctico, dinámica y variantes no nos alcanzaran para lo que queremos: dar la vuelta. 50% es bueno para los media tabla, nosotros debemos, sí o sí, ir por el 100% siempre y sin excusas.
Ahora sí, Ezequiel 8:13, porque en medio de esta Liga Águila II nos encontramos en proceso electoral y, desafortunadamente, algo que es un orgullo nuestro como lo es nuestra institucionalidad y poder democrático se ha convertido en una ejemplo de lo que no debe ser una contienda. Reina el juego sucio, las amenazas, los insultos (propios y a través de terceros), los chismes a través de dulces esbirros y sus siempre disponibles micrófonos y tintas.
Todos, creería, sabemos de los supuestos escándalos de los otros. Que no es claro un fichaje, que se hizo en el pasado una pobre gestión, que se usa personal de la institución para campaña, que se filtran (constantemente) documentos privados y, la última, que se agreden funcionarios. Seguro los conocés o alguien te lo dijo, lástima que no hay pruebas o si las hay no hay una acusación formal, no hay transparencia o hay mucho miedo.
Para mi atacar a un miembro del comité directivo actual y/o a su presidente es atacar al Deportivo Cali directamente y, si lo que buscan en la guerra sucia que han traído y que se pondrá peor, es dañar a alguien lo harán en simultánea con el club. Y, paradójicamente, al final terminaran eligiendo como miembro de ese comité a alguien que, tal vez, haya hecho esta guerra sucia y mezquina. Lo que dije antes, si así son los candidatos, imaginá cómo será el dirigente. Vendrán cosas peores.
Por eso mi invitación, hasta octubre 21 fecha de la primera citación, es que hagan una campaña limpia, basada en una propuesta clara, novedosa, incluyente y de mucho sentido de pertenencia que nos lleve a seguir con el éxito financiero, pero, como es el deber de una institución deportiva, a los logros en ese campo, títulos con canteranos de exportación, participaciones internacionales respetables y aquello que es nuestro: la Gloria.
El chisme, la cizaña, el oportunismo, la lambonería, el maltrato, el insulto, las amenazas y la hipocresía déjenlo para quienes viven de ello, nosotros, como Deportivo Cali, vivimos es del orgullo de pertenecer a esta institución y por eso, al menos yo sí, la cuido y defiendo de quien la quiere dañar.
Vamos Cali, somos una gran familia, que se note.
Nos vemos en el estadio, nos leemos por acá
Foto: Juan Pablo Rueda/ETCE para Futbolred.com