‘El Chino’ llegó al Deportivo Cali sin mucho cartel, es cierto, sabíamos de su hermano, Rubens, y de su paso por un par de equipos argentinos sin mucho peso pero si sacrificio y trabajo. Llegó al Cali de Pecoso proveniente de Temperley y desde la primera vez que tomo el balón y arrancó en carrera loca hacía el arco rival supimos que sería un jugador diferente, uno al que debíamos mirar diferente. Y, aunque no siempre ha brillado, cuando lo hace es para aplaudir.

Argentino, nacido en Neuquén el primer día del mes de agosto de 1988 y miembro de una numerosa familia no solo es buen jugador de fútbol, actual referente del Deportivo Cali, sino también un muy buen tipo, al menos eso me cuentan quienes, por una u otra razón, han compartido con él fuera de la cancha.

Sambu, en confianza, viene reencontrando su fútbol después de una lesión. Lo discutieron y aquellos que nacieron para odiar, lo odian. Pero no es mi caso, si bien, como decía un párrafo atrás, no siempre fue destacado lo que si se le rescata, en cada partido, es que no da bola por perdida y que mete, mete y corre hasta cuando el cuerpo no le da mas. Eso, eso es de un profesional.

Mirá por ejemplo en el último partido, la victoria de visita en el Palo Grande de Manizales, en donde Fabián Héctor ocasionó el autogol para el primer tanto y puso el centro para la definición de Duque en el segundo. (¿No les encanta como se han entendido este par?)

Luego, tras las tres expulsiones, dos infantiles, una irresponsable pero todas merecidas, el partido cambió y no solo ‘El Chino’ tuvo que doblar esfuerzos sino que lo hizo el plantel completo y si antes hablamos acá que se les veía poca entrega ahora mostraron lo contrario. Se dejaron arrinconar, si, pero no bajaron los brazos ni la cabeza, por el contrario, pudieron, entre el argentino y Albarracín, marcar, con nueve hombres, un gol más. Luchado el triunfo, sufrido, así, como lo sabemos hacer los verdiblancos, contra todo, contra todos incluso, como en este infortunado caso, nosotros mismos.

Llevamos tres salidas por Liga Águila, Mario Yepes aparentemente encontró un equipo base aunque, fiel a su estilo, modifica planteo y nomina de acuerdo al rival. Ha aprendido, si, pero sigue sin usar todas las herramientas que tiene. Cardona, Mayer, los Murillo esperan por poder entregarle fútbol al Deportivo Cali y ganar minutos de confianza, esa que a veces nos falta. Esperemos, seguro los veremos pronto dándonos alegrías.

Lastima, en contraste, que el partido contra Cortuluá del próximo sábado 19 de febrero no pueda ser en el Estadio Deportivo Cali de Palmaseca. El club le cumplió a la Gobernación del Valle con los planes de contingencia y acción para los encuentros deportivos pero llegó un requerimiento adicional desde Palmira que nos obliga a jugar en El Pascual. Podremos, eso si, ignorar lo de la reducción en la capacidad de la casa de solo 25.000 y habrá más, ojalá, quienes podrán alentar al azucarero en la cancha, donde cuenta, claro, haciendo respetar la localia y respetando el estadio de la Universidad del Valle.

Cortuluá no viene bien, es un rival que debemos tratar con respeto por esa inyección anímica que implica jugar el clásico vallecaucano sumado a la juventud y deseo del plantel. Iremos a la cancha sin Andrés Roa quien venía muy bien pero que una lesión de tobillo lo dejará por fuera. Rosero, el central recién incorporado tiene para dos semanas más de recuperación y Miguel Murillo, de acuerdo al DT, le falta en su forma para estar al 100% que es como debe estar un jugador del Deportivo Cali.

Camilo Vargas, quién saliera golpeado del partido en Manizales será esperado hasta antes del enfrentamiento ante el ‘Equipo corazón’, confió en que el doctor Portela lo ponga a punto y si no lo siente así ira Mina ante su ex-equipo.

Cali viene bien, dos victorias seguidas, con arco en cero y una de ellas de visita, que es donde más le cuesta a Mario Yepes van consolidando una idea futbolística de control de juego, bandas abiertas y delanteros eficaces. La defensa gana en seguridad y con ello todo el equipo en confianza. La lección aprendida, espero, de las amarillas tontas debe ser asimilada pronto, nos estamos llenando de ellas y eso no habla bien del equipo ni de su forma de marcar. Ojo ahí.

El equipo va engranado, soltando y se ve mejor que lo visto en la pretemporada. Seguimos deseando una maquina demoledora pero, confío, se irá dando porque, en el medio, tenemos el talento de aquel que habla a la prensa pero prueba y valida sus palabras en la cancha y eso, con respeto a quienes piensen diferente, es muy valioso porque de cámaras, micrófonos,  selfie y Twitter no se logran tripletas ni pases gol. Eso es Fabián Sambueza, el artista, ‘El chino’, ese bacán que, callado pero efectivo se hace querer y no por promesas, no, sino por acciones.

Debe ser por eso, la humildad, el trabajo, el profesionalismo, la entrega y, obvio, el fútbol, que el Deportivo Cali, en cabeza de Álvaro Martínez decidió comprar sus derechos deportivos y agrandarle la familia porque ahora no solo tiene a Rubens, Paola, Lola y los viejos (si se me va uno, me excuso) sino que sumó a la gran mayoría de la familia verdiblanca. A vos, «hermano», infinitas gracias por la entrega y los mejores deseos porque sigás brillando en nuestra amada institución.

Mientras tanto, con él, los canteranos, los otros refuerzos, directivos, cuerpo técnico y demás seguiremos sumando aliento para que esto que queremos todos, ir por la décima, no sea solo un deseo sino que sea una historia para contar. Vamos Cali, vamos por la décima.

Nos vemos en el estadio, nos leemos por acá.

Germán Salcedo Cajiao

@Germanchos

 

PD. Si quieren conocer un poco más a Sambu, no se pierdan este vídeo:

 

Vídeo: Diario Popular

Foto: DeportivoCali.co