La derrota, que vino en la última fecha jugada, fue justa. Un gol tempranero por un descuido defensivo (minuto siete); la expulsión del «Capi» Andrés Pérez a los 12 minutos por una descomunal, desmedida e irresponsable, entrada fruto de un balón que no logra controlar y el segundo gol fruto de otra desatención marcaron en la historia de la joven carrera de Mabeto que su primera derrota como DT fue en Barranquilla, ante un publico que lo aplaudió al llegar.
Obvio, como ya es una tradición, de las más pobres, miserables y mezquinas que hay, los «hinchas» empezaron acabar con el equipo. Piden a gritos la cabeza de Pérez, la muerte futbolística para el deportista. «Tiene que irse ya». Hombre por Dios, eso es desconocer lo que Andrés ha dejado en la cancha y fuera de ella por el Cali. No anda bien, cierto, la expulsión nos perjudico, también pero le permitió al profe, sin proponerselo ni desearlo, tantear a los muchachos, sus muchachos, acerca de la madera de lo que están hechos, lo que tienen entre pecho y espalda.
El juego del Deportivo Cali ha cambiado, no solo en el orden dentro de la cancha, sino en la intensidad del mismo. Lo hablábamos en el estadio en el intermedio del partido pasado (si, prefiero la charla en Palmaseca que responder trinos o comentarios llenos de veneno, perdón) pareciera que el DT, en medio del estilo que quiere imponer a nuestro verdiblanco ha optado por sacrificar un poco la agresividad antes confundida con vehemencia) por una aparente pasividad, que no lo es por el orden, en el campo. Sus muchachos si que se vieron «muchachos» ante Junior una vez fue expulsado el cinco. Les pesó de entrada, para la segunda parte nos faltó profundidad.
Ahora bien, les decía que es una prueba, como todas y cada una mientras Yepes logra consolidarse en ese buen camino que lleva. Los muchachos lograron tener control del partido por momentos e incluso impidieron que Junior, acostumbrado a barrer en el Metropolitano, nos pasara por encima. Bien, muy bien. Perdimos, pero, aunque la frase de Maturana siempre me ha parecido de una tibieza monumental, ganamos en eso, en creer, en volver a creer que bastante falta nos hace.
Fuera del rectángulo verde también se nota el cambio. Las declaraciones en las entrevistas pierden los acostumbrados rodeos. Van al punto, al grano dejando a la prensa sin mucho que inventar pero si para analizar, todavía la mayoría no lo hacen.
Escuchar y leer las palabras de Calderón o Balanta te tranquiliza. Saber que el profe les está trabajando la cabeza, les hace sentir al club sin apasionamientos desmedidos ni revanchas nutre. Hablan de salir a ganar y buscan hacerlo, hablan de compromiso y se les ve. Es otra cosa, es una inyección, pequeña todavía, de jerarquía.
Seguramente los refuerzos que vendrán, porque lo harán, sumarán no solo en lo deportivo sino el proceso de formación de estos pelaos, los muchachos que tienen a Sambueza en cancha, un jugador ejemplar, que mete, corre, presiona y si se equivoca, asume, responde y construye. Jugadores así, quizá sin tanto cartel pero profesionales a carta cabal, son los que necesitamos, los que queremos.
Somos octavos y nos quedan tres partidos, dos en casa (Jaguares y Rionegro) y uno mas por fuera (Envigado), nueve puntos que son necesarios y que debemos conseguir sin perder ninguno. Quienes entren al terreno de juego deben entender que les están dando una oportunidad en cada juego y deben hacerla valer. Ya de fama no ganan ni el rival va dejar de correr.
La agresividad, la ambición, la sed y hambre de gloria deben aflorar en los muchachos sin perder el orden y elegancia ganados hasta ahora. Hay que salir a ganar cada encuentro, cada balón, cada duelo, con inteligencia y fuerza. Es nuestro deber y obligación, porque somos Deportivo Cali. Punto.
Mario Alberto Yepes lleva tres partidos y varios entrenos ya le ha visto la cara al equipo, le está trabajando el alma y por eso dijo que tiene, con los muchachos, con qué llegar a la final así ese no sea su objetivo para este semestre. Él cree en ellos, deberíamos hacerlo también. ¿No?
Vamos Cali, vamos muchachos, acá estamos y esto lo sacamos juntos, como siempre.
Nos vemos en Palmaseca, nos leemos por acá
Germán Salcedo Cajiao
Nota: felicitar al Comité Ejecutivo y su gestión. En el 2015 el Cali fue, entre 36 equipos que conforman la Dimayor, el club que genero más ingresos. Los necesitábamos, el hueco de administraciones anteriores era peligrosamente hondo. Ahora debemos procurar porque esos ingresos se mantengan y diversifiquen su fuente. Hay mucho por hacer.
*Foto: Eltiempo.com y Futbolete.com